miércoles, 26 de mayo de 2010

Koinonía, el cierre del semanario

A finales de 1997 Georgina Cid y Etelvina Carreón le presentaron al Padre Marco Antonio García, en aquel entonces vicario en la parroquia de Guadalupe Volcanes y director de la revista Koinonía, un ambicioso proyecto editorial que involucrara a sacerdotes, religiosos, laicos, apostolados y seminaristas. El padre Marco aceptó integrarse y apoyar la iniciativa, se destinaron semanas para redactar la justificación, el presupuesto y la línea editorial de un semanario diocesano, propuesta que fue presentada a Rosendo Huesca Pacheco, en su momento pastor de los poblanos. Transcurrieron 4 sesiones con el arzobispo para que aceptara la idea y se imprimió el número de prueba que evaluó la comunidad arquidiocesana, la respuesta en general fue favorable. Con la bendición de nuestro pastor y con el gran ánimo por comunicar el Evangelio, el semanario Koinonía hizo su debut el 5 de abril de 1998, domingo de Ramos.

Vaticinaron que duraríamos 3 meses y trabajamos 12 años, en ese tiempo vivimos momentos de bonanza pero también de estrechez económica. Al principio trabajamos con muchas limitaciones pero pudo más la terquedad, el ánimo y la ilusión de prosperar, al grado de tener el equipo necesario para no depender de otros.

Subsistimos por nuestros propios medios, por eso el taller de imprenta creció por los trabajos comerciales y de los sacerdotes, quien crea que las publicaciones viven de las ventas en los puestos de la calle, subestima la tarea de ser impresor-editor, ya ven los diarios con páginas a todo color de publicidad de los grandes almacenes, la propaganda del gobierno y los partidos políticos, ahí están los jugosos ingresos, Koinonía, por ser un medio con una fisonomía y misión diferente a las otras publicaciones no podía prestarse a la dinámica de los medios, ciertamente tuvo publicidad pero estuvo apegada a la línea editorial.

Tras celebrar los cinco años de vida llegaron los episodios de crecimiento en infraestructura y la planta laboral, trabajamos con el equipo de apoyo de la Comisión Episcopal de Comunicación Social (CEPCOM) para la elaboración del Plan Nacional de Pastoral de la Comunicación. Junto con la Comisión Diocesana de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Puebla (CODICOS) fuimos anfitriones del Encuentro Nacional de Responsables de Comunicación Social que se ralizó del 9 al 13 de octubre de 2006 en la ciudad de Puebla. El Semanario Koinonía es acreditado como medio de comunicación católico en la IV y V visita pastoral de Juan Pablo II a México. Participó en el XLVIII Congreso Eucarístico internacional de Guadalajara octubre de 2004) y en la Jornada Mundial de la Juventud 2005 en Colonia, Alemania.

También en el camino se cometieron errores, administrativos y de producción que pusieron en predicamento la situación del semanario, y para saldar cuentas el padre Marco vende buena parte del equipo de impresión, vende espacios publicitarios en las agendas que Koinonía en su momento editó, organiza sorteos para hacerse de recursos y con muchos esfuerzos sale adelante. La crisis económica también nos pega, disminuyen los trabajos de imprenta, se reduce considerablemente el tiraje del semanario y lo entendemos porque la gente prefiere ahorrarse unos pesos para su transporte o las tortillas. No dudo que en algún momento pasó por la mente del Padre Marco liquidar gente para estabilizar la situación financiera, quizás no lo hizo por su “corazón de pollo” o tal vez confió en que las cosas mejorarían, lo cierto es que no debió tentarse el corazón contra los que abusaron de su confianza y aquellos que le mordieron la mano.

Al momento de redactar estas líneas vienen a mi mente los temores que en su momento expresó Rosendo Huesca acerca de la viabilidad económica de Koinonía, ya me imagino un encuentro entre el padre Marco y el ahora arzobispo Emérito que lo increpe con un “te lo dije Marco, no deseaba esta situación”... la triste noticia del cierre definitivo del órgano formativo e informativo de los católicos poblanos por problemas económicos. Entiendo que el padre Víctor, el arzobispo de Puebla, no quiera que Koinonía siga viviendo con deudas que parecen imposibles de saldar y lo más sano sea cerrar y vender todo. Hace un par de años cerraron La voz, el diario vespertino de Puebla por sus difíciles condiciones económicas, no tiene mucho tiempo que el rotativo volvió a circular con un nuevo concepto. Creo que pudo hacerse lo mismo con este semanario, porque si lo cerraron para que días después surja otro, como seguramente sucederá, perdonen que lo diga pero eso se llama plan con maña.

Ojalá que quienes editen el sustituto de Koinonía les vaya bien y se vuelvan ricos como algunos alevosamente dijeron del padre Marco, tendrán que empezar de cero a pesar de contar con una modesta infraestructura. La tarea no será sencilla.

Así es estimados lectores, nos vamos, tristes pero de cara al sol porque pusimos todo el empeño en nuestro trabajo, al mismo tiempo es justo reconocer que cometimos equivocaciones, como suele suceder en muchos periódicos, errores de dedo y ortografía, publicación de reportajes anodinos, repetición de temas, notas y fotos pequeñas sin mucho lustre, artículos muy extensos y con lenguaje rebuscado, páginas que se cerraron con textos bajados de internet, en fin, todo ello forma parte del aprendizaje y del esfuerzo semanal por ser un medio de información y orientación de los católicos poblanos.

Agradecemos a las personas que colaboraron con nosotros: al padre Nacho por su implacable constancia, él empezó desde el primer número hasta la última edición, al padre Fernando Sedano por su sección “Familias del Tercer Milenio” cuando dirigió el apostolado Hogares Nuevos, a Víctor Castillo que semanalmente dio a conocer a las instituciones de beneficencia pública con la sección “La voz de los que trabajan en silencio”; a Roberto O´Farril por la sección “El Pulso del Papa”, quien fue censurado el año pasado por escribir un artículo incómodo sobre los Legionarios y hace unas semanas supimos el destino de esa “congregación”. A tantas y tantas personas que por falta de espacio y no por omisión agradecemos su contribución.

Los que nos vamos, nos llevamos un gran aprendizaje, gratos momentos compartidos y la convicción de que comunicar el evangelio no es tarea exclusiva de los pastores de la Iglesia, ni de los profesionales de las publicaciones o los medios de comunicación de contenido religioso. Es tarea de todo cristiano, que puede y debe realizar continuamente cada día, tomando ocasión del trabajo, de las relaciones familiares y sociales. Quien está convencido de que tiene lo mejor, aspira a comunicarlo, comenzando por las personas que más aprecia.

Colofón

Agradezco a los lectores que siguieron esta columna en el semanario Koinonía, sus comentarios, felicitaciones y críticas ácidas ayudan para que este escritor mejore. Ciertamente se cierra el semanario Koinonía pero seguimos aquí en este blog y también participaremos en el Centro Católico Multimedial(CCM).

Padre Marco, gracias por todo. Lo bueno está por venir

miércoles, 19 de mayo de 2010

Noticomentarios

Por tratarse de Salvador Cabañas, jugador de las águilas del América, equipo de futbol de Televisa, pensábamos que en cuestión de horas se resolvería el atentado en contra del guaraní. Pese a conocerse santo y seña del agresor, desde enero de este año a la fecha no ha sido detenido para que se dicte sentencia. A finales del mes de marzo nos enteramos de un extraño homicidio, el de la niña Paulette Gebara, y digo extraño porque a casi dos meses del delito, no se han fincado responsabilidades y las autoridades judiciales han perdido credibilidad en sus pesquisas. Y para colmo, desde el sábado pasado está desaparecido Diego Fernández de Cevallos sin que se sepa nada de su paradero, mucho hermetismo en torno a su caso o tal vez mucha cautela, no lo sabemos, lo que sí extraña es que tratándose de una importante figura política, no se sepa nada a ciencia cierta. De lo que sí se puede estar seguro es de la incompetencia, la incapacidad o el desasosiego de la autoridad para actuar...

Debo reconocer que Benedicto XVI ha tenido la sapiencia y la valentía para reconocer una dolorosa verdad: los traidores al mensaje de Cristo están ahora entre sus principales colaboradores, sus representantes en la tierra. Esto no nos debe sorprender, recordemos que a Jesús lo traicionó uno de los suyos, así ha sido siempre y lo será en el futuro. Sin embargo, hay una gran diferencia en esa trágica situación: Judas se suicidó por el remordimiento de conciencia, el temor de Dios consumió su alma hasta matarle. ¿Ocurrirá lo mismo con los traidores de hoy?...

La semana pasada nos enteramos que empresas como Volkswagen, Bimbo, HSBC y Findlay Industries, proveedora de la armadora alemana, aplican la prueba de VIH/Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) a sus trabajadores sin su consentimiento y despiden a quienes resultan positivos. ¿Sorprendente? Tal vez, más asombroso es la persistencia de otras arbitrariedades como el límite de edad laboral, la exigencia de certificado de no embarazo a mujeres, la falta de garantías en el trabajo doméstico, aburrir a los trabajadores “indeseables” para que renuncien y se evite pagar costosas liquidaciones...

¡Hasta la próxima!

miércoles, 12 de mayo de 2010

Remen mar adentro

Hace unos días recibí una invitación para unirme al grupo “Los mensajeros del Señor” al que se puede acceder si uno tiene cuenta en Facebook, una de las redes sociales más populares en internet. Al principio pensé que se trataba de afiliarse a un movimiento sectario pero fue grande mi sorpresa saber que la convocatoria que me formuló Jesús, el Rabí de Galilea, es para comunicar su Evangelio en la nueva generación de medios audiovisuales.

El hecho de haberme elegido no es para formar un grupo selecto ni nada por el estilo, sencillamente depositó su confianza, como a muchas otras personas que ha elegido, para llevar su palabra a aquellos que no le conocen y sean liberados por el mensaje de misericordia y esperanza. Eso sí, me exigió ser congruente en palabras y acciones en todo momento, le disgusta que catequistas, líderes de apostolados, alguna religiosa o religioso y uno que otro sacerdote prediquen santos y escupan demonios. “Esos no son dignos de ser mis mensajeros, aborrezco a quienes pretenden hacerse de poder y privilegios, por más buenas intenciones que tengan. Yo exijo discípulos que dejen todo por mí, no solo dispuestos a difundir el legado de mi Padre que les he revelado, también están llamados a denunciar con valentía la pobreza y la injusticia, ser conciencia lúdica, ayudar a construir un mundo mejor. Como les dijo el Padre Felipe Arizmendi, no teman hablar a la gente de Dios, remen, remen mar adentro.”

La tarea parece difícil pero con tales exhortos, el rabí me brindó los ánimos necesarios para ejecutar mi trabajo. Sin embargo, emergieron de mí algunas inquietudes, tan naturales como humanas para exponerlas. Me dijo que no me sorprendiera de las envidias, de los alejamientos y los silencios mal disimulados de mis compañeros en la faena de comunicar el Evangelio, incluso podría quedarme solo en esta tarea pero con la ayuda del Espíritu de la Verdad sabré actuar para seguir con la misión encomendada.

Pese a las vicisitudes que se presenten en el camino, al final el Hijo del Hombre sabrá recompensar mis esfuerzos y el de mis compañeros, los que lealmente cumplieron a cabalidad con el encargo, de eso estoy seguro.

miércoles, 5 de mayo de 2010

A Tere y Alberta

Un refrán que solemos expresar cada vez que el clamor propio o ajeno es tardíamente escuchado, es: ¡Hasta que la revolución te hizo justicia! Lo mismo expresaron la semana pasada Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, “vamos contentas de que por fin se hizo justicia”, indígenas otomíes que fueron liberadas tras la resolución de la Suprema Corte de Justicia que no las encontró culpables de los delitos que les fabricaron, secuestro de seis agentes de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) y posesión de droga en agosto de 2006.

Sin duda alguna es una victoria que se adjudicó el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro quien litigó a favor de ellas, un triunfo de los miles de activistas que hicieron eco de esa injusticia, un éxito del recién electo gobernador de Querétaro el priísta José Calzada Rovirosa que tuvo el valor de exigir justicia para sus paisanas, un laurel para la ministra Olga Cordero que obró con sentido común y apego a las leyes.

Tere y Alberta exigen que sus acusadores pidan disculpas públicas, es posible que con eso queden conformes, pero no basta con que las autoridades, como siempre, salgan apenados a decirnos “disculpe usted, fue una equivocación” y todos contentos a su casa o aquí no pasó nada. ¡Por favor! Para que se haga justicia por completo los denunciantes deben reparar el daño y en el mejor de los casos ser castigados administrativamente o penalmente. Esa debería ser la norma, pero como en nuestro país tenemos un formidable sistema de impartición de justicia, dudo mucho que eso suceda. Dejemos de tolerar estas prácticas abusivas e impunes.

En Tere y Alberta hay un gran regocijo de que la revolución les hizo justicia y al mismo tiempo un gran temor de que sus acusadores quieran vengarse. “Sí tenemos ese miedo de que ellos quieran vengarse otra vez de nosotras por haberlos sacado a la luz pública, pero si no los sacábamos a la luz pública siempre iba a seguir pasando lo mismo, no nada más con nosotras, sino con toda esa gente que es humilde, gente indígena como nosotras”, opinó Teresa González.

Ojalá y este caso de impartición de justicia deje de ser uno de tantos expedientes aislados o excepciones, la ley y el orden debe ser para todos no solo para los que pueden pagar abogados, fianzas e influencias, también para los que no tienen quien los defienda de oficio y los que no hablan español. Cabe señalar que de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, en México hay unos ocho mil indígenas encarcelados, cuyos procesos presentan diversas irregularidades.