viernes, 8 de junio de 2012

El propósito de los sindicatos


Los sindicatos no tienen ni deben tener carácter de partido político que luchan por el poder, cuando pierden de vista este criterio, arriesgan su cometido específico, que es salvaguardar los derechos de los trabajadores.

Los sindicatos tienen su origen en las corporaciones artesanales medievales, en cuanto que estas organizaciones unían entre sí a hombres pertenecientes a la misma profesión y por consiguiente en base al trabajo que realizaban. Sin embargo, los sindicatos modernos han crecido sobre la base de la tutela de los justos derechos de los trabajadores frente a los empresarios y a los propietarios de los medios de producción.

Los sindicatos son un exponente de la “lucha” por la justicia social, por los equitativos derechos de los hombres del trabajo. No obstante, esta querella debe ser vista como una dedicación a favor del justo bien, por el bien que corresponde a las necesidades y a los méritos de los hombres del trabajo, pero no es una hostilidad“contra” los demás. Si en las cuestiones controvertidas asume también un carácter de oposición a los demás, esto sucede en consideración del bien de la justicia social y no por la “lucha” o por eliminar al adversario.

El trabajo tiene como característica propia, antes que nada, unir a los hombres y en esto consiste su fuerza social: la fuerza de construir una comunidad en la que deben unirse de algún modo, tanto los que trabajan, como los propietarios de los medios de producción. La unión de los hombres para asegurarse los derechos que les corresponden, nacida de la necesidad del trabajo, sigue siendo un factor constructivo de orden social y de solidaridad, del que no es posible prescindir.

Los justos esfuerzos por asegurar los derechos de los trabajadores, deben tener siempre en cuenta las limitaciones que impone la situación económica general del país. Las exigencias sindicales no pueden transformarse en una especie de “egoísmo” de grupo o de clase, por ello la huelga, como derecho de los trabajadores, es un acto legítimo en las debidas condiciones y en los justos límites, es un medio extremo y no se puede, ni se debe, abusar de él en función de juegos políticos porque esto puede conducir a la paralización de toda la vida socio-económica de la nación, y esto es contrario a las exigencias del bien común de la sociedad.

La vida social y económica es como un sistema de “vasos comunicantes”, y a este sistema debe también adaptarse toda actividad social que tenga como finalidad salvaguardar los derechos de los grupos particulares.

Los sindicatos no tienen ni deben tener carácter de partido político que luchan por el poder, cuando pierden de vista este criterio, arriesgan su cometido específico, que es salvaguardar los derechos de los trabajadores en el marco del bien común de la sociedad entera. Se debe saber medir los límites, más allá de los cuales los perjuicios causados son absolutamente reprobables; el egoísmo y el afán de dominar al prójimo son tentaciones permanentes del ser humano, por ello es necesario un discernimiento, cada vez más afinado, de la realidad para conocer desde su origen las situaciones de injusticia e instaurar progresivamente una justicia menos imperfecta.

Postre
Hace dos sexenios Vicente Fox, el candidato del Partido Acción Nacional, sacó al Partido Revolucionario Institucional de Los Pinos, ahora nos sale con la novedad de que el referido instituto político debe regresar y aboga por el candidato del partido tricolor, Enrique Peña Nieto,que encabeza las preferencias electorales. Sin duda sus dichos desconciertan y la actitud del ex mandatario mexicano es calificada de traición, sin embargo, podría tratarse de una maniobra calculada para que el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, que en las últimas semanas ha crecido en adhesiones, por ningún motivo gane la contienda electoral a sabiendas de las acciones que podría ejercer en caso de llegar al poder.

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