viernes, 11 de febrero de 2011

Amor a un clic de distancia

...para conocer a una persona es fundamental el contacto cotidiano, cosas tan elementales como los olores, los estados de ánimo, el plan de vida y el grupo de amigos nos permiten aceptar, querer, respetar y amar a ese ser que nos mueve el tapete, detalles que jamás serán posibles saber con el teclado...


Aranza vive en una pequeña ciudad, trabaja como maestra de tiempo completo y su círculo de amistades se limita a un grupo musical cuyos integrantes, la mayoría son casados. Hay algunos prospectos de su tierra natal pero ninguno de ellos satisface sus pretensiones. Un buen día, en un viaje de trabajo, conoció a Luis Carlos, ambos se sintieron muy a gusto pero el devaneo duró una semana. A partir de aquel encuentro una gran ilusión surgió en ellos, mantuvieron contacto y el conocimiento de uno y otro, chateando diariamente, motivó que en un par de meses se hicieran novios. Había un pequeño detalle que dificultaba el romance, ambos vivían muy lejos, sin embargo intentaron llevar un noviazgo a distancia cuyo trato virtual se limitó a mensajes de correo electrónico y llamadas telefónicas ocasionales. Diariamente se conectaban en el messenger para estar al día en las cosas de cada uno.


Desafortunadamente la relación no funcionó y el fugaz amorío terminó en buenos términos. Bien dice el dicho popular que “nadie ama lo que no conoce”. Y es que para conocer a una persona es fundamental el contacto cotidiano, cosas tan elementales como los olores, los estados de ánimo, el plan de vida y el grupo de amigos nos permiten aceptar, querer, respetar y amar a ese ser que nos mueve el tapete, detalles que jamás serán posibles saber con el teclado a pesar de tener nuestra cámara web para observar a nuestro interlocutor. Para que no quede duda otro refrán fortalece esta situación: “amor de lejos es amor de tontos”. Y por más sincero y transparente que sea el idilio virtual, uno oculta su verdadero Yo con fotos y perfiles falsos creando quiméricas expectativas, ni qué decir de una relación en vivo y a todo color donde uno pone su careta para no descorazonar al pretendiente en cuestión.


Así como Aranza y Luis Carlos, muchos jóvenes y no tan jóvenes de las metrópolis y las pequeñas urbes, se inscriben en los buscadores de pareja que proliferan en la red de redes con la esperanza de encontrar algo más que un amigo. ¿Por qué recurrir a este tipo de sitios para encontrar pareja? Por la facilidad de encontrar personas afines a nuestros intereses, pero se debe pagar una cuota para contactar el perfil deseado y de ahí en adelante la capacidad de seducir y ser seducido tendrá éxito si uno no está dispuesto a engañar y ser engañado, de aceptar respuestas honestas a preguntas honestas en el ciberespacio.


¿Está perdiendo su encanto ligar frente a frente? Tal vez, presumiblemente nuestra habilidad para relacionarnos en contextos de mayor intimidad como un café o un parque se están debilitando, quizá expresar nuestros sentimientos nos hace sentir vulnerables y es preferible manifestarlos tras una pantalla para evitar exponernos.


Es innegable que la modernidad ha traído cambios radicales en los hábitos y costumbres de las personas. A finales del siglo XX apareció internet que, entre otras cosas, revolucionó la manera en cómo las personas podían comunicarse al acortarse las distancias, sostener una relación sentimental, es una de ellas. A fin de cuentas todo está a un clic de distancia pero ¿a qué costo?

Postre

La noche del martes 8 de febrero Megacable Puebla bloqueó la señal de CNN en Español aproximadamente tres horas, a propósito del despido de Carmen Aristegui de MVS. Al día siguiente el canal se sintonizó sin ningún problema y en el noticiario CNN México: Perspectivas, conducido por Mario González,se transmitió la posición de la laureada periodista… Ojalá se restituya a Carmen Aristegui en su noticiario y que no crezca este malentendido, que no crezca la confusión, más vale que no sea un pretexto para deshacerse de una periodista incómoda, sino pregúntenle cómo le fue a Gutiérrez Vivó. Al tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario