miércoles, 28 de octubre de 2009

El día de los petateados

“Calaveras de azúcar o de papel china, esqueletos coloridos de fuegos artificiales (...) Adornamos nuestras casas con cráneos, comemos el día de los difuntos panes que fingen huesos y nos divierten canciones y chascarrillos en los que ríe la muerte pelona, pero toda esa fanfarronada familiaridad no nos dispensa de la pregunta que todos nos hacemos: ¿qué es la muerte? No hemos inventado una nueva respuesta. Y cada vez que nos la preguntamos, nos encogemos de hombros: ¿qué me importa la muerte, si no me importa la vida?”, dice Octavio Paz en El laberinto de la soledad, texto que encontramos en el capítulo dedicado a “Todos Santos, Día de Muertos”. Y es que a casi 60 años de que se publicara la citada obra, la auténtica y generosa alegría por celebrar la vida sobrevive en sitios como Mixquic, Teotitlán del Valle, Huaquechula, Pátzcuaro, San Martín Chalchicuautla y San Gabriel Chilac, los lugares más importantes y concurridos, fiestas indígenas dedicadas a los muertos declarados por la UNESCO como Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Ahí colocan altares monumentales y majestuosas ofrendas que conmueven a propios y sorprenden a extraños. En recónditos lugares de la república mexicana la tradición permanece intacta, ignorantes del absurdo halloween y ajenos al multitudinario turismo muchas veces irrespetuoso, pero hambriento por descubrir y palpar de cerca aquello que en las urbes promueven pero no transmiten por completo el torrente de olores, colores y sabores.

¿Realmente el día de muertos vive su agonía o es una tradición que se resiste a morir? Me provoca desazón que las nuevas generaciones prefieran la anodina fiesta anglosajona –que nada tiene que ver con nuestras calaveritas de chocolate y amaranto, con las hojaldras, mucho menos con las ingeniosas composiciones para referirnos chuscamente a la catrina— Quiero pensar que les da flojera colocar un altar u ofrenda o de plano les vale, el único acercamiento a esta tradición es en las escuelas y eso para pasar la materia. Las mismas instituciones educativas caen en la incongruencia de promover a los cuatro vientos lo que es nuestro y le dan relevancia a festivalitos de disfraces. Creo que a muchos de nosotros nos preocupa que esta celebración se resista a morir y nos ocupa ponerla muy por encima del inadmisible día de brujas o espantos.

Esta es una de mis épocas preferidas del año; esencias, matices y sazones los tengo arraigados desde mi niñez y mi capacidad de asombro se ha mantenido al sobrecogerme con la velación de muertos en el panteón de Arocutín o Cucuchucho en Michoacán, al recoger la memoria gráfica de quienes cultivan la flor de camposanto en las fértiles tierras de Atlixco y Cholula, al participar en la “ofrenda nueva” llevando ceras y flores como se dice cuando alguien muere este año o degustar una jícara o tazón de atole con pan mientras se contempla el altar.

Los animo para que conozcan más allá de la ciudad y contribuyan a mantener más viva que nunca la fiesta de la vida, la fiesta de los petateados.

jueves, 22 de octubre de 2009

Los Herederos

Bianca y Jordi son dos adolescentes que a regañadientes concurren, con otros compañeros de su colegio, a una brigada social. Es la primera vez que participan y no saben ni qué onda, están un poco impacientes y con celular en mano envían mensajes a sus amigos y se desconectan del mundo escuchando música. La escuela donde estudian los mencionados muchachos reunió sin mayores problemas cobijas, alimentos, medicinas, agua y juguetes en buen estado que serán destinados a la comunidad donde el grupo de jóvenes permanecerá tres días.

Tras recibir las indicaciones de sus profesores, los alumnos abordan el vehículo y los papás muy animosos los despiden deseándoles buen viaje, los colman de bendiciones y les desean una feliz estancia... De vuelta a la ciudad Bianca y Jordi parecen distintos. Después de responder a sus papás que vivieron una experiencia interesante, Bianca, como muchas de las niñas y los niños bien, exclama con incredulidad y asombro: “No me imaginé que existiera la pobreza y que ésta fuera tanta. Me asustó, creo que todas esas cosas que les llevamos serán suficientes para que no pasen hambre y frío.” Jordi agrega en el dialogo familiar. “¡Niños y niñas trabajan en el campo cuidando chivos o borregos en el monte todo el día! No tienen todas las cosas que nosotros tenemos acá, el agua, la luz, no van a la escuela y dicen que a veces toman pulque porque no hay leche ni los deliciosos ‘sangüis’ que mamá nos prepara...”

Sin querer queriendo he escuchado esas y otras expresiones de los niños y las niñas “nice” de la preparatoria, de las niñas y los niños “fresa” de las universidades, de los papás que en su vida jamás han sufrido algún tipo de pobreza económica y que ilusoriamente viven en un país próspero.

¡No! No tengo nada en contra de ellos, me indigna que crean que en este país no hay pobres, que es un invento de los noticiarios de televisión, ¡por Dios! Pero nada queda en saco roto, me consta que en las universidades del sistema educativo jesuita de nuestro país hay chavos y chavas que tras su experiencia en la Sierra Tarahumara, en Los Altos de Chiapas o en la región Mixe, regresan a la tribu urbana con un cambio social muy fuerte, influidos silenciosamente por el evangelio de la paz y la justicia que pregonó el rabí de Galilea.

¿A qué viene este pregón? Hace unas semanas fue estrenada en 9 salas de la ciudad de México el filme del cineasta mexicano Eugenio Polgovsky Los Herederos, una película que retrata la vida de los niños del campo mexicano y su lucha diaria por la sobrevivencia. Sus actividades son muy diversas: son campesinos y pastores; caminan largos trayectos para cortar leña; tejen; hacen ladrillos; cuidan a sus hermanos menores; migran con sus familias para trabajar en las cosechas; acarrean agua; tallan y pintan madera para hacer alebrijes. Al heredar las herramientas y técnicas de sus ancestros, estos niños también han heredado la miseria. Generación tras generación permanecen cautivos en un ciclo de pobreza heredada.

Y es que como bien dice Eugenio, “los niños son el principal indicador de la situación de un país. Son el presente, no el futuro”. Cómo va a ser posible que el mañana siga siendo tan desolador, sin ninguna oportunidad de progreso, de prosperidad, que las cosas sigan igual.

Ojalá la película sea exhibida en nuestra ciudad, si no le es posible ir al cine cómprela en los mercados libres de aranceles, mejor conocidos como “fayuca”. Véala con sus hijos y coméntenla, le aseguro que no se va a deprimir y adquirirá una buena dosis de conciencia social, de justicia.

Este fabuloso documental no recibió ningún tipo de ayuda institucional, a pesar de haberla buscado. Incluso el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) le negó el apoyo, por lo que se recurrió a Europa, encontrando respuesta en los fondos Hubert Bals, de Holanda y el Visions Sud Est, de Suiza. Dinero que no era suficiente para hacer la transferencia a 35 milímetros y poderse proyectar en cines.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se dio cuenta del atropello que los mismos mexicanos cometían contra Los Herederos, que decidió hacerse cargo de todos los gastos, para que el pasado 25 de septiembre, se estrenara en la capital de la república mexicana.

jueves, 15 de octubre de 2009

Obrigado Deus

Los sudamericanos acogieron con júbilo la mejor noticia que hayan recibido en mucho tiempo: Río de Janeiro fue declarada sede de los juegos olímpicos del año 2016. Será la primera vez que se realizarán en el cono sur, será el segundo certamen que se lleve a cabo en América Latina, 48 años después de que nuestro país tuviera ese privilegio.

¿Qué motivó al Comité Olímpico Internacional confiar la realización de unos juegos olímpicos a los cariocas? Tal vez la decisión va más allá de corregir el desequilibrio geográfico en la concesión de un certamen mundial. Lo robusto de la economía brasileña y el liderazgo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ex obrero y ex líder sindical, fueron determinantes. Veamos por qué:

Brasil es uno de los países que ha superado la crisis económica mundial al grado de prestar 10 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI) para pasar de deudor a acreedor. Brasil descubrió dos de las reservas petroleras más grandes del planeta para convertirse en el octavo productor mundial de crudo. Los Juegos Olímpicos (2016) y el Mundial de Futbol (2014) significarán 70 mil millones de dólares en inversiones, por lo cual no se aumentarán impuestos o inventarán otros gravámenes a los contribuyentes. El fortalecimiento de la economía brasileña ha permitido que 30 millones de personas salgan de la pobreza mediante sus programas de asistencia social y sanitaria. De continuar con esta tendencia en poco tiempo se convertirá en la quinta economía mundial.

¿Cómo lo logró? Reactivó créditos de la banca estatal, implementó un programa de reducción selectiva de impuestos, mejoró el salario mínimo, aumentó el gasto público, disminuyó el Impuesto a la Producción Industrial a favor de la venta de vehículos automotores, rebajó las tasas de interés; incentivó áreas como la construcción, servicios y producción de electrodomésticos y fortaleció sus intercambios comerciales.

¿Por qué Brasil (ya ni se diga Colombia y Chile) crecen y nuestro país sigue preso en sus propias trampas? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué no emular los “casos de éxito” de otros países (salvo el modelo gringo) y los adaptamos a nuestra realidad? Dolorosamente vemos que importan más los feudos de poder económico y político que el bienestar social. México será el último país en salir de la recesión económica, así lo han confirmado análisis financieros.

La multitud reunida en la playa de Copacabana, tras conocer el veredicto del Comité Olímpico Internacional, proclamó un jubiloso ¡obrigado Deus! al Cristo redentor de Corcobado, ese gigantesco rabí que atestiguará los juegos olímpicos.

jueves, 8 de octubre de 2009

¿Dónde están las buenas noticias?

Pensemos por un momento cómo serían los siguientes escenarios al momento de sintonizar el noticiario de radio o televisión, al leer las páginas del periódico o revisar las publicaciones electrónicas:

“Los países más industrializados del mundo presentaron a la Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO) un plan maestro a mediano plazo para poner fin a la crisis alimentaria que deja a la mitad de la población mundial en condiciones irreversibles de hambre y desnutrición...

“Diputados y senadores de todas las bancadas plantearon al presidente de México un proyecto alterno para que nuestro país, a más tardar en una década, cuente con suficientes plantas generadoras de energía limpia y barata para dejar de depender del petróleo. El mandatario se sometió a la propuesta de los legisladores e instruyó a que cada uno de los estados de la república...

“Caciques y grupos paramilitares de Oaxaca y Chiapas serán juzgados por los crímenes cometidos contra pueblos y comunidades indígenas. Las fuertes presiones de los organismos no gubernamentales y las Comisiones de Derechos Humanos obligaron a los mandatarios de esos estados a poner fin a la impunidad ancestral...

“Tras varios años sin ganarle a la selección estadounidense de fútbol en territorio norteamericano, la escuadra mexicana logró el triunfo más importante del torneo eliminatorio rumbo al mundial de Sudáfrica con un juego inteligente y convincente. La combinación de juventud y experiencia de la oncena mexicana...”

¿Una quimera? Seguramente. Lo cierto es que en los últimos años nos hemos habituado a las malas noticias, a la crítica ácida, a la falta de propuestas desde los medios, a la adulación, a los ataques, rara vez escuchamos una buena noticia o la voz de la ciudadanía. Además; informar, orientar, entretener y educar a las audiencias ya no es la dinámica de los medios, el rating es el eje rector de los ingresos a costa de programas ñoños y sensacionalistas.

Se erigen en juez y parte de un hecho noticioso, se convierten en catalizadores porque amortiguan empeoran los asuntos públicos, crean e indultan a personas e instituciones y si esto no es suficiente, se suben al ring de la arena política. Por si fuera poco, me inquieta la persistente frivolidad informativa, el bálsamo cotidiano para escapar de la dura realidad con la que lidiamos.

Ojalá pronto tengamos buenas noticias, ¡del ámbito que sea!, son necesarias.