Los sudamericanos acogieron con júbilo la mejor noticia que hayan recibido en mucho tiempo: Río de Janeiro fue declarada sede de los juegos olímpicos del año 2016. Será la primera vez que se realizarán en el cono sur, será el segundo certamen que se lleve a cabo en América Latina, 48 años después de que nuestro país tuviera ese privilegio.
¿Qué motivó al Comité Olímpico Internacional confiar la realización de unos juegos olímpicos a los cariocas? Tal vez la decisión va más allá de corregir el desequilibrio geográfico en la concesión de un certamen mundial. Lo robusto de la economía brasileña y el liderazgo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ex obrero y ex líder sindical, fueron determinantes. Veamos por qué:
Brasil es uno de los países que ha superado la crisis económica mundial al grado de prestar 10 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI) para pasar de deudor a acreedor. Brasil descubrió dos de las reservas petroleras más grandes del planeta para convertirse en el octavo productor mundial de crudo. Los Juegos Olímpicos (2016) y el Mundial de Futbol (2014) significarán 70 mil millones de dólares en inversiones, por lo cual no se aumentarán impuestos o inventarán otros gravámenes a los contribuyentes. El fortalecimiento de la economía brasileña ha permitido que 30 millones de personas salgan de la pobreza mediante sus programas de asistencia social y sanitaria. De continuar con esta tendencia en poco tiempo se convertirá en la quinta economía mundial.
¿Cómo lo logró? Reactivó créditos de la banca estatal, implementó un programa de reducción selectiva de impuestos, mejoró el salario mínimo, aumentó el gasto público, disminuyó el Impuesto a la Producción Industrial a favor de la venta de vehículos automotores, rebajó las tasas de interés; incentivó áreas como la construcción, servicios y producción de electrodomésticos y fortaleció sus intercambios comerciales.
¿Por qué Brasil (ya ni se diga Colombia y Chile) crecen y nuestro país sigue preso en sus propias trampas? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué no emular los “casos de éxito” de otros países (salvo el modelo gringo) y los adaptamos a nuestra realidad? Dolorosamente vemos que importan más los feudos de poder económico y político que el bienestar social. México será el último país en salir de la recesión económica, así lo han confirmado análisis financieros.
La multitud reunida en la playa de Copacabana, tras conocer el veredicto del Comité Olímpico Internacional, proclamó un jubiloso ¡obrigado Deus! al Cristo redentor de Corcobado, ese gigantesco rabí que atestiguará los juegos olímpicos.
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