sábado, 28 de mayo de 2016

Doce cartas a Dios Padre, doce cartas a Dios Hijo

En lo personal me agradaron los textos del sacerdote jesuita, ojalá estas cristologías estén al alcance de todos, del hombre y la mujer de la calle, que no sea el patrimonio de unos cuantos.


Por los pasillos de la Universidad Iberoamericana Puebla hay un par de vitrinas que expone textos de divulgación y creación literaria que la casa de estudios publica para su venta a la comunidad universitaria y al público en general, me llamó la atención un par de libros: “Doce cartas sobre Dios” y “Jesús el Galileo, doce nuevas cartas”. Sin más los adquirí y me sorprendió la sencillez con que el autor se refiere a Dios, al rabí de Galilea, la religión y la espiritualidad.

David Fernández Dávalos, autor de estos magníficos escritos, mediante un dialogo epistolar con Alo, un joven universitario embarcado en una aventura espiritual a través de la religión oriental, le comparte su descubrimiento personal de Dios y de Jesús de Nazaret en el contexto del mundo actual. La lectura de las misivas son ágiles, sugerentes, conmovedoras, libres de dogmas o aburridas disertaciones teológicas.

Considero que estos textos pueden ser un bálsamo para aquellos que creen que otro Dios es posible, puede ser un choque para las personas cuyas convicciones religiosas permanecen inalteradas, una certeza para quienes han experimentado a Dios con corazón de padre y entrañas de madre y que temían expresarlo abiertamente. Para ello presento algunas ideas que el autor formula en las “Doce cartas sobre Dios”:

Carta primera. Una invitación: “Deseo entablar contigo una serie de conversaciones a propósito de Dios, de la religión, de la espiritualidad. Pienso darle forma de cartas dirigidas a ti, si no te importa; o a alguien que lleve otro nombre, pero que seas tú.”

Carta segunda. A Dios lo experimentamos todos: “Dios se muestra a toda la humanidad, de diversas maneras, en distintas circunstancias y en distintos moldes culturales. Se experimenta en la relación humana, con los demás y con uno mismo.”

Carta tercera. ¿Cuál es el Dios verdadero?: “Se mira desde los ojos de los más pobres, de los que sufren y de los marginados de esta sociedad. El Dios del culto o la ortodoxia, de ninguna manera muestran el verdadero rostro de Dios.”

Carta cuarta. ¿Dios guarda silencio?: “Dios no es un Dios mudo, habla en el silencio, a través de sus profetas antes y ahora, en la gente sencilla que busca un porvenir.”

Carta quinta. Dios y el mal en el mundo. “Somos los hombres y las mujeres los que hemos fraguado las grandes tragedias y los grandes cataclismos de la historia. A veces por abuso de la naturaleza, a veces por mero deseo de preeminencia sobre los otros.”

Carta sexta. Dios es también mujer: “Si Dios es también mujer, entonces el potencial humano de las mujeres es ilimitado, tienen entonces la razón y el derecho para esperar que la humanidad con sus pesadas cargas y sus bendiciones sean también para ellas y no solo para los hombres.”

Carta séptima. Dios es amor: “Lo primero que nos enseñan en el catecismo, y que en realidad se nos queda grabado para toda la vida, es que Dios es amor. Un poco más tarde nos hablan de cosas terribles como el infierno o nos amenazan con castigos impuestos por Dios si no hacemos lo que los adultos nos dicen. Y entonces uno empieza a razonar: Pero si Dios es un Dios de amor, no creo que mande a nadie al infierno. Pero uno se desconcertaba bastante cuando lo amenazaban con aquello de que Dios te va a castigar”.

Carta octava. Dios es comunidad: “A Dios se le comprende y representa en el mundo mediante grupos y formas participativas en relación, y no, en cambio, por formas autoritarias en las que sigue solo la voluntad de un jefe. Dios es una comunidad de personas plurales.”

Carta novena. Dios y la pluralidad: “Es necesario tener la osadía de ver el mundo desde otras perspectivas. Si una religión es auténtica, debe poner las condiciones para que todos podamos escuchar la voz de Dios en nuestra vida.”

Carta décima. Dios y la muerte: “Frente a la muerte, a la hora del crepúsculo, comprendemos finalmente que la vida no tiene mayor secreto que vivirla. Que la propia existencia no puede ser tomada demasiado en serio porque es un regalo. Y eso nos hace libres y humildes, lejanos del mareo del poder y del prestigio. [...] La muerte no duele, no es más que un súbito apagón, sin memoria, sin recuerdos, sin rencores. Sé que la muerte es no ser y que, por eso, una vez muerto, la muerte no existe.”

Carta undécima. Dios en la posmodernidad: “De nada vale hablar hoy de Dios de manera doctrinal, puesto que todas las certezas se encuentran profundamente cuestionadas.”

Carta duodécima. Dios es misterio inabarcable: “Tratar de definir a Dios en una centena de páginas es una enorme estupidez [...] Hablar de Dios requiere de una gran audacia, que pudiera ser simple desvergüenza si las palabras no son dichas con una genuina humildad [...] Creo en el Dios verdadero: el que protege la vida realmente existente, el que quiere el bien de toda la humanidad sin distingos, el que nos cubre con su designio amoroso.”

Cabe señalar que cada una de las cartas va acompañada de una anécdota o suceso en la que el autor lo vincula con Dios y cómo se manifiesta a través de los acontecimientos.


Ante el éxito que supuso “Doce cartas a Dios” (más de tres reimpresiones), David Fernández consideró oportuno hablar de Jesús, el rabí de Galilea, sin clichés, a la luz de los tiempos modernos, aportando una relectura del Evangelio a partir de las actuales circunstancias mundiales y culturales. Si los extractos de las cartas cuestionaron sus creencias, los siguientes podrían provocar profundas cavilaciones. Veamos:

Carta primera. El Jesús de la historia: “…la interpretación que se hace de la vida de Jesús cambia necesariamente con el paso del tiempo, porque depende del contexto en el que se hace. No es lo mismo leer los hechos y dichos de Jesús en la Edad Media que en las sociedades democráticas del siglo XXI. […] ¿De manera que hoy tenemos que predicar un nuevo Jesucristo, porque el de siempre no se ajusta a las necesidades del hombre y la sociedad modernos? […] Para poder predicar al Jesucristo de siempre debemos despojarlo del ropaje del pasado, quitarle lo accesorio, lo que el tiempo ha venido colgando en su persona y dejar, en cambio, lo esencial, lo verdaderamente perenne.”

Carta segunda. El Dios de Jesús: “Jesús revela a Dios como Padre […] de hecho lo llamó  Abbá […] Jesús es el primero en llamar de esa manera al Dios que en el Antiguo Testamento aparecía como el ‘Dios de los ejércitos’. El cambio de visión es evidente. […] Si Jesús habló como papá y no como mamá fue por mera circunstancia cultural. Las mujeres no era relevantes entonces para la mayoría de las personas. El mensaje no hubiera sido comprendido o hubiera sido rechazado francamente. Pero, en el fondo, de lo que Jesús hablaba era de un Dios que es papá y mamá al mismo tiempo”.

Carta tercera. Jesús y el reino de Dios: “Jesús no vino a juzgar ni a condenar a nadie. El Reino que Jesús anuncia y realiza acoge a todos, no hace acepción de personas. […] Para Jesús, y desde él para todos nosotros, predicar el Reino es ayudar a los demás a ser felices y luchar contra el mal. Es sanar, quitar el dolor, consolar, acoger, reivindicar, sumar, proteger. Y la primera invitación o enseñanza que podemos extraer de la observación de Jesús y de su trabajo por el Reino es la necesidad de recuperar nuestra propia sensibilidad frente a los que sufren y son excluidos; acercarnos a ellos para saber cómo servirlos; hacernos uno con ellos para transformar este mundo roto en un mundo de hermanos”.

Cartas cuarta. Jesús y la conversión: “Jesús no pide arrepentimiento ni penitencia, pide opción por el Reino, por la vida, por la justicia, la fraternidad, la solidaridad. Demanda que veamos hacia adelante, no hacia atrás. A Jesús no le interesa el pasado pecaminoso de alguien; solo le interesa la posibilidad de un futuro diverso. No juzga ni condena. […] Los cristianos vivimos en continua conversión, siempre queriendo ir hacia la justicia, siempre queriendo construir el Reino, siempre yendo contra el propio querer e interés.”

Carta quinta. Jesús y el llamado a seguirlo: “El miedo nos hace apegarnos a situaciones, cosas, personas. La inseguridad nos hace tener apegos. El apego crea ansiedad. El llamado a seguir a Jesús es un desafío a nuestra libertad. Es una invitación a vivir siempre abierto, siguiendo al viento, para mirar al mundo siempre con ojos nuevos.”

Carta sexta. Jesús y su pasión: “Se dice, por ejemplo, que Jesús tuvo que sufrir para redimir nuestros pecados; que con cada falta que cometemos contribuimos más al sufrimiento de Jesús; que para salvarnos es necesario sufrir en esta vida. Todo esto es completamente falso. […] Lo que a Dios agrada no es el sufrimiento, sino la actitud con que éste se asume. Jesús se comprometió a hacer desaparecer el sufrimiento de la historia y del ser humano: ‘los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y la Buena Nueva llega a los pobres´ (Mt 11,2-6)

Carta séptima. Jesús y la resurrección: “Una experiencia de Resurrección es cuando vives la esperanza a pesar del fracaso, o cuando conservas la alegría en medio de las dificultades. Es cuando entiendes que más allá de lo que ves y experimentas, existe un sentido oculto, que todo lo trasciende y sostiene. […] La resurrección trae paz y esperanza. Y todo cristiano tendría que preguntarse qué tanta paz tiene, qué tanta esperanza lo anima, y a dónde lo conduce. Porque ¿cómo puedo tener esperanza en Dios que no veo, si no la tengo en lo que sí veo? La esperanza, ultimadamente, es lo que nos hace fuertes en medio de la lucha y la dificultad”.

Carta octava. La encarnación: “Dios decidió en Jesús, el Galileo, hacerse presente en el mundo para salvar al género humano. Dios sigue decidiendo estar presente en el mundo de hoy, en el infierno de hoy, para hacer redención. Ésta es la estructura del cosmos entero: es la acción constante de Dios que sostiene y salva. Y esto se nos revela en Jesucristo.”

Carta novena. Jesús y su presencia en el mundo: “Los hombres y las mujeres tenemos en nuestras manos nuestro devenir, nuestro porvenir y el destino del mundo. Y en ese destino Dios se juega su suerte. Esta es la dramática profundidad de la revelación de Dios en la encarnación. […] Dios está presente en todos lados. Dios no está allá, en el cielo, sino que está aquí, en la única realidad que existe. […] Dios trabaja en el cosmos, sosteniéndolo, dándole un sentido, animándolo. Jesús lo dice claramente: ‘mi Padre también trabaja’. Con este dicho y al trabajar en sábado, Jesús rompe otro de los grandes dogmas de Israel: que Dios descansa”.

Carta décima. Jesús y el proyecto de vida: “El concepto de felicidad que hoy circula hoy como moneda corriente está ligado a la falsa concepción de la vida según la cual, el ser humano, cambiante por naturaleza, puede llegar a un estado más o menos estático de satisfacción permanente. Eso es falso. La felicidad no es la meta; en todo caso es el camino.”

Carta undécima. Jesús y el compromiso en la historia: “Jesús ve en los más necesitados, en los pobres y los excluidos a los redentores de la historia, a los privilegiados del Reino de Dios, en oposición a los privilegiados de este mundo. Un proyecto histórico de inspiración cristiana, por tanto, ha de tomar seriamente en cuenta la situación de las minorías sociales excluidas y las necesidades de las mayorías empobrecidas, y a ellas ha de responder.”

Carta decimosegunda. La misión en el mundo de hoy: “…el mundo roto requiere ser enmendado y preservado para las generaciones actuales y futuras; porque todavía existen grupos humanos avasallados que demandan solidaridad y respeto. […] mi Iglesia católica se ha alejado de las nuevas generaciones, de los jóvenes como tú. Ha estado más preocupada por la unidad institucional y por la ortodoxia, y menos dedicada al anuncio del Reino. Con esto se ha olvidado de ir al mundo y sigue echando las redes del mismo lado de la barca.”

En lo personal me agradaron los textos del sacerdote jesuita, ojalá estas cristologías estén al alcance de todos, del hombre y la mujer de la calle, que no sea el patrimonio de unos cuantos.

Los textos los puede adquirir con toda seguridad en las librerías San Ignacio Buena Prensa y en los campus de la Universidad Iberoamericana ya sea en Puebla, Ciudad de México (Santa Fe), León, Tijuana, Torreón, Guadalajara (ITESO) Acapulco (Universidad Loyola del Pacífico) y Oaxaca (Ayuuk-Mixe)

Acerca del autor
David Fernández Dávalos, sacerdote jesuita de la Compañía de Jesús. Licenciado en Filosofía y Ciencias Sociales por el Instituto Libre de Filosofía y por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de Guadalajara, Jalisco, institución de la que fue rector de julio de 1998 a enero de 2002. Licenciado en Teología por el Colegio de Estudios Teológicos, de la ciudad de México. Maestro en Sociología por la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.

De 1990 a 1994 fundador y Director del Movimiento de Apoyo a Niños Trabajadores y de la Calle (MATRACA), A.C., en la ciudad de Jalapa, Veracruz. De 1994 a 1998 fue Director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, A.C. Premio Human Rights Watch 1996. Miembro del International Council on Human Rights Policy, con sede en Ginebra, Suiza, entre octubre de 2000 y mayo del 2012. De junio de 2008 a julio de 2013 fue rector de la Universidad Iberoamericana Puebla y a partir de junio del 2014 es rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Colaborador editorial en El Gráfico y El Universal de 1994 a 1998. Escribió la columna Contrapunto en el diario El Independiente desde su fundación hasta marzo de 2004. Autor de diversos libros como “Malabareando. La Cultura de los Niños de la Calle”; “Este es el Hombre. Vida y Martirio de Miguel Agustín Pro”; “Educación y Derechos Humanos; “Ignacio Ellacuría: vida, pensamiento e impacto en la universidad jesuita de hoy”.

sábado, 14 de mayo de 2016

5 lugares recomendables para ir a la misa dominical en la ciudad de Puebla


La celebración eucarística dominical, como lo puntualiza el Padre Rogelio Montenegro, es una fiesta, los católicos nos congregamos en el templo para agradecer a Dios por las bendiciones recibidas y adorarlo, para alimentarnos de la palabra y participar en el banquete de Cristo que se hace presente en las especies consagradas del pan y del vino. Ciertamente es importante el rito pero también la homilía, las reflexiones del evangelio y las lecturas que el sacerdote esboza a los fieles.

Al respecto, proponemos a la feligresía foránea y de Puebla, cinco lugares para ir a la misa dominical, aunque pueden ser más lugares recomendables, sin embargo, propongo este “top five” porque es un deleite escuchar las reflexiones de cada uno de los sacerdotes y cómo el evangelio se aplica, sin perder vigor, a la vida cotidiana.



Templo de San Jorge (14 sur esquina con 111 C Oriente, Infonavit San Jorge)
Oficia el Padre José Ignacio González Molina a las 9:30 de la mañana.



Templo de Santa Rosa (12 Poniente 302, Centro)
Oficia el Padre Rogelio Montenegro a las 11:30 a.m., 1:00 p.m. y 7:00 p.m.



Capilla de la Universidad Iberoamericana Puebla (Blvd. del Niño Poblano 2901, Reserva Territorial Atlixcayotl. San Andrés Cholula)
Ofician los sacerdotes Fernando Fernández Font S.J. y Carlos Escandón Domínguez S.J a las 12:00 horas.



Templo de Nuestra Señora de la Luz (2 Oriente esquina con 14 Norte, Barrio de la Luz)
Oficia el Padre Guillermo Hernández Flores a las 9:00 a.m., 12:00 a.m. y 6:00 p.m.



Templo de María Reina (Av. San Ignacio esquina con Río Bravo, Jardines de San Manuel)
Oficia el Padre José Luis Bautista a las 8:00 a.m. y 9:00 a.m.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Ser multiplicadores de la palabra de Dios

Estar dentro de los medios implica estar preparado para poder transmitir algo, porque se puede conocer la técnica de esos medios, pero si no se tiene lo que se va a comunicar, la sustancia, entonces habría una laguna muy grande. Por otro lado, involucra la formalidad y la fidelidad a un compromiso de hacerte responsable de un espacio otorgado y saber qué hacer con ese espacio.


El próximo domingo, 8 de mayo, en la Solemnidad de la Ascensión del Señor, se celebrará la 50 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, una valiosa oportunidad para vivir la apoteosis porque va de la mano con el jubileo de la misericordia, el título del mensaje del Vicario de Cristo así lo refiere: “Comunicación y Misericordia: un encuentro fecundo”.

“En un mundo dividido, fragmentado, polarizado, comunicar con misericordia significa contribuir a la buena, libre y solidaria cercanía entre los hijos de Dios y los hermanos en humanidad”, afirma el Papa Francisco en su mensaje y agrega que todos los bautizados “están llamados a comunicar con todos, sin exclusión”. Para ello, la Iglesia utiliza la misericordia, con la que puede “tocar el corazón de las personas y sostenerlas en el camino hacia la plenitud de la vida”.

La última parte del Mensaje está dedicada a las nuevas formas de comunicación como los “correos electrónicos, los mensajes de texto, las redes sociales, los foros”.  Sobre ellos, el Papa señala que “no es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios a su disposición”.

A propósito de la Jornada de las Comunicaciones, platicamos con 4 sacerdotes de la Arquidiócesis de Puebla, nos comparten algunas de sus experiencias y plantean algunas recomendaciones para que laicos, religiosos y sacerdotes se involucren en los medios de comunicación:

Padre Rogelio Montenegro Quiroz
Profesor del Seminario Palafoxiano de Puebla, Director del Instituto de Teología para Laicos “Camino Verdad y Vida”, párroco del templo de Santa Rosa. Es uno de los pioneros en el uso de los medios de comunicación en la ciudad de Puebla con su programa de radio Buenas noches Puebla en la XEHR 1090 de AM.

“Creo mucho en los micrófonos grandes, los sacerdotes los manejamos todo el tiempo en las iglesias, pero debemos comprender que esos micrófonos no cuentan con toda la audiencia que tienen los grandes micrófonos emisores”, así lo reconoce el padre Rogelio, “porque la iglesia católica ha dado pasos muy lentos en ese sentido, sin embargo, poco a poco otros sacerdotes han incursionado en otros espacios radiofónicos.

“Estar dentro de los medios implica estar preparado para poder transmitir algo, porque se puede conocer la técnica de esos medios, pero si no se tiene lo que se va a comunicar, la sustancia, entonces habría una laguna muy grande. Por otro lado, involucra la formalidad y la fidelidad a un compromiso de hacerte responsable de un espacio otorgado y saber qué hacer con ese espacio”.

Refirió que la presencia de los laicos preparados para estar delante de una cámara o micrófono, hablando temas de religión, los cuestiona, ya que se supone que los ministros deberían estar en esas palestras. “Aunque todavía faltan más sacerdotes, si nosotros buscamos espacios, los mismos medios reconocerán que deben darnos un lugar porque es necesario para la sociedad, entonces empezarán a tomarnos en cuenta en sus programaciones”.

Con más de 20 años de evangelizar en la radio, el padre Rogelio propone una emisora donde se conozca la palabra de Dios, las ciencias eclesiásticas. “Me he dado cuenta de que si el trabajo del sacerdote es anunciar a Cristo, debe buscar en todas las plazas quien lo escuche. Vivimos en un mundo plural donde tenemos que buscar espacios ante tanta invasión de ideas erróneas, hay que abrirle brecha al evangelio porque de otra forma ya no se va a poder. También he observado que de igual forma hay que preparar e integrar a más laicos, son el futuro clerical. Hay que seguir trabajando con ahínco para que tanto sacerdotes como laicos estemos en los medios de comunicación.”

Padre José Ignacio González Molina
Se formó en la Compañía de Jesús, ejerce su ministerio en Infonavit  San Jorge. Es historiador egresado de la Universidad Iberoamericana, imparte clases en la Escuela Libre de Derecho. Difunde el programa de historia nacional Suave Patria en la frecuencia 105.9 FM Puebla Radio. Ha colaborado en Televisa Puebla; en radio con Enrique Montero Ponce, Carlos Martín Huerta y con los hermanos Grajales Salas. En medios impresos ha escrito en El Sol de Puebla, El Universal, Koinonía, Milenio Puebla y La Opinión. Participó en Radio y Televisión de la Virgen del Camino en la transmisión de la misa dominical.

“Cuando platiqué con el señor arzobispo, acordamos que las Mexicanidades es un tema interesante para que masones y no masones, creyentes y no creyentes me presten atención, de tal manera que siempre que yo hablo y escribo lo pinto de mexicanidad”, recuerda el padre Nacho, como cariñosamente se le conoce, cuando llegó a la Arquidiócesis de Puebla en 1986, cuando se entrevistó con el entonces pastor de los poblanos Rosendo Huesca Pacheco.

“Han habido muchas satisfacciones con las que he podido caminar en este ambiente tan hermoso y tan hostil, porque algunas veces han ensuciado mi auto con pintura roja, por defender las bases de la cultura social”, externó el Cura quien aprendió de su progenitora a desenvolverse en una radiodifusora. “Mi mamá desde el año 1957 participó en la radio, de manera que yo desde ahí la vi cómo se esforzaba para preparar sus programas donde difundía nuestros valores cristianos. Mi tía Elena era escritora del periódico Excélsior en los años 50 y siempre defendía nuestra cultura y ahora lo hago en los diarios donde tengo un espacio”.

Anima a los sacerdotes y laicos a comprometerse más en la difusión del evangelio a través de los medios de comunicación, “porque hay, muchas veces, proyectos hermosos y no se conocen, además la iglesia siempre es noticia, como dice el padre Montenegro, ya que si un medio de comunicación nos abre las puertas, es como un púlpito que rebasa el círculo limitado de la parroquia”.

En este sentido el padre Nacho está convencido de que todos podemos ser multiplicadores de la palabra de Dios, para ello es importante hacer oración antes de escribir, antes de salir a cuadro, antes de tomar un micrófono, hay que hacer oración. “Luego viene la parte técnica de cómo difundir el mensaje que es como tener un pastel decorado. No puedo presentar mi mensaje de manera grotesca, porque seguramente no será efectivo, debemos esforzarnos por comunicar el evangelio lo mejor posible.”

Finalmente puntualizó que el medio de comunicación también tiene que ser respetado, “para proponer un ambiente más laico que permita llegar a todo el público, no solo a los católicos. Y este trabajo debe ser sencillo como las palomas y muy astutos como las serpientes”.

Padre Ángel Paz y Puente
Articulista en El sol de Puebla, El Heraldo y Momento diario.  Participa en el programa de radio Así es que se transmite en la XEHR 1090 de AM. Colabora con cápsulas catequéticas en Semana Santa y Adviento para Televisa Puebla y Tv Azteca Puebla. Actualmente es párroco del templo de San Marcos e integrante del equipo diocesano del Encuentro de Novios y del Encuentro Matrimonial.

Conociendo la necesidad de la Iglesia católica de participar en los medios de comunicación, el sacerdote Ángel Paz y Puente Cervantes, desde seminarista y la pastoral vocacional, ha tenido presencia en los medios de comunicación.

Autodidacta y atendiendo a las recomendaciones del Concilio Vaticano II sintió el compromiso de llevar actividades y el pensamiento de la iglesia católica a los medios en prensa y radio, en semana santa y adviento en televisión. “Lo más importante para la iglesia es la democratización de la comunicación”, indicó el padre Ángel y agregó que es importante que los sacerdotes hagan uso de los medios de comunicación y ampliar el campo de misión y acción.

El sacerdote no debe encerrarse en su parroquia, tiene que salir del púlpito a comunicar el evangelio más allá del templo. “Es importante que el sacerdote, tanto en la predicación dominical, en la comunidad parroquial y en los medios de comunicación comunique las enseñanzas de Cristo, más aún cuando los medios abren sus puertas a la iglesia, para ello se requiere estar preparado en cuestiones sociales.”

El padre Ángel, además de tener sus espacios en los medios, en su comunidad analiza y comenta con jóvenes y adultos lo que se difunde en el cine para ver las producciones cinematográficas con una visión crítica a la luz del evangelio y elabora talleres de análisis de contenido de telenovelas.

Ante la pregunta del papel que juegan los comunicadores católicos laicos, apuntó que la mejor manera de comunicar el evangelio es a través del testimonio.

Con respecto a los medios católicos que actualmente existen consideró que son pocos y monótonos, por lo que sugiere que sean dinámicos y creativos para atrapar a la gente y tengan mayor impacto en las audiencias.
Finalmente comentó que los cristianos, como sarmientos, deben estar unidos a la vid verdadera que es Cristo, ya que si no hay comunicación con Dios mediante la oración, está separado de Él.

Padre Marco Antonio García Ángeles
Fue director del Semanario Koinonía, órgano informativo de la Arquidiócesis de Puebla (1998-2010). Integrante del equipo de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación (2004-2009) Actualmente es párroco de Xoxtla e integrante del equipo del Encuentro de Novios Puebla y del Encuentro de Novios Mundial.

“Hacen falta personas capacitadas que sientan la necesidad de llevar el mensaje de la Iglesia a través de los medios de comunicación”, asegura el padre Marco Antonio García Ángeles, director del extinto semanario de la Arquidiócesis de Puebla, Koinonía (1998-2010), quien en su juventud tuvo la inquietud de trabajar en la pastoral de la comunicación y el deseo se hizo realidad cuando el entonces arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco, le encomienda el Centro de Información Pastoral y la edición de la Revista Eclesiástica, publicación dedicada a los sacerdotes de la Arquidiócesis. El proyecto dura 4 años y medio hasta que surge la necesidad de que el mensaje de la iglesia no solo llegue al presbiterio, también a los fieles, por lo que nace una publicación impresa con una fisonomía y misión diferente a las otras publicaciones que se llamó Koinonía.

“¿Qué fue Koinonía a lo largo de 500 semanas de trabajo, de constancia y presencia editorial, sino un medio de comunicación en el que se ha plasmado el sentir, la vida y la experiencia de fe de la comunidad diocesana, un medio que semana a semana expresa en palabras e imágenes una fisonomía particular y única del equipo editorial y de la realidad espacio temporal de una diócesis viva? Un medio que, en el aprendizaje permanente, contribuyó al crecimiento y maduración de la fe de sus lectores. Un medio que en su caminar, no pocas veces difícil y áspero, se esmeró en ser fiel a su misión de contribuir a que las palabras de Jesús dichas a sus Apóstoles ‘Id por todo el mundo y predicad el Evangelio’, se hagan realidad en la nueva cultura mediática.”

Finalmente destacó la necesidad de que más personas, capacitadas en el área de comunicación, se involucren en la pastoral, no solo laicos, también sacerdotes, para fortalecer esta área en el organigrama. También invitó a los jóvenes comunicadores a que conjuguen sus aspiraciones personales de realizarse profesionalmente con los valores cristianos, humanos y sociales.


Cabe señalar que otros sacerdotes como José Luis Bautista, Sergio Ángel Galindo y Paulo Carvajal tienen actividad en los medios de comunicación; uno lo ejerce brillantemente en las ondas hertzianas, otro coordina buenamente el semanario oficial de la arquidiócesis de Puebla y otro más rebasa fronteras con una estación de radio en la red de redes desde el Seminario Palafoxiano. Recordamos que en su momento los padres Eugenio Lira, actualmente obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla y José Merino, han tenido espacios en los medios de comunicación y han contribuido favorablemente para que se escuche, se vea y se lea la buena nueva.