Los padres de familia de nuestro país se esfuerzan para que sus hijos estudien, no importa si es en la mañana o en la tarde pero que vayan a la escuela porque no quieren que sus vástagos corran la misma suerte que ellos, que les vaya mal en la vida por no instruirse. Para los progenitores prepararse significa asegurar un mejor porvenir, los casos de éxito así lo demuestran pero no todos corren con la misma suerte… Muchos, por necesidad, desertan; otros, pese a abandonar la escuela, paradójicamente les va mejor en la vida.
Con este panorama, que no es para acongojarnos, inicia el documental que se exhibe en las salas de cine de nuestro país, “De panzazo”, filme que revela por qué está tan mal la educación en nuestro país, no se inclina por señalar a un culpable (alumnos, maestros, padres de familia, directivos, sindicato y el ministerio), es el sistema lo que ha propiciado que no existan avances, pese a ello egresan buenos médicos, abogados, ingenieros y una amplia variedad de profesionistas.
El documental, con una duración aproximada de una hora con treinta minutos, permite conocer mediante los testimonios de alumnos, maestros, padres de familia, planteles educativos y expertos en la materia, por qué están tan mal las cosas: Aulas sobrepobladas, planteles funcionando con deficiente equipamiento, ausentismo magisterial, la promesa sexenal de mejorar la educación, negativas de los profesores a ser evaluados, entre otros factores, indican el por qué el quebranto del sistema educativo.
Otro elemento que no fue incluido en el documental y que habría sido valioso es el de las cuotas; los hay para festivales, exámenes, entrega de documentos, adquisición de artículos de limpieza… ¡Ni que fuera escuela de paga! Y hablando de colegios particulares, de quienes se supone tienen mejor nivel académico, no se salvan de la problemática, son exhibidos en el filme. A los chavos, tanto de una escuela privada como de gobierno, les pusieron de prueba realizar una operación aritmética y ninguno de ellos acertó el resultado correcto… Cabe señalar que la mayor parte del presupuesto destinado al sector educativo es para pagar los sueldos de los maestros y una pequeña parte para infraestructura. A los maestros se les descuenta una parte de su sueldo que va a las arcas del sindicato… ¿Qué hace con tanto dinero?
El filme, en términos mediáticos es una denuncia valiente que no se queda en eso, en imputar, también exhorta al público a tomar acciones concretas para mejorar las cosas: Que los padres de familia conozcan a sus profesores y los apoyen, leer 10 minutos diarios con los hijos, exigir a los maestros que no falten y sean evaluados.
Otra cosa, es una insolencia ponernos como meta elevar nuestro nivel académico al grado de países como Corea, Alemania, Japón, Inglaterra o Estados Unidos, considero que primero debemos empezar por alcanzar los niveles de estudios de naciones como Chile, Argentina o Colombia… Cuando eso sea posible, entonces sí, busquemos ponernos al tú por tú con los países de primer mundo, de lo contrario, seguiremos siendo un país que pasa “de panzazo”.
Les dejo el tráiler del documental, por cierto, dirigido por Juan Carlos Rulfo, hijo del autor de “El llano en llamas” y del periodista Carlos Loret de Mola.
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