martes, 11 de septiembre de 2012

Septiembre de mil sabores



México debe nutrirse, fortalecer el diario acontecer con una buena dosis de proteínas, como las que aportan los chapulines, los gusanos de maguey y los escamoles, alimentos ancestrales que desde entonces constituyen una buena ración natural para caminar con esperanza, para soportar los embates de la recesión económica mundial y sobre todo para alejarse del fantasma de la crisis económica, trabajando duro y parejo, los comieron los antepasados y sobreviven en su herencia.


Nuestro país es un mosaico geográfico de cultura y raíces, de doméstica imaginación y creatividad fantasiosa, basta girar la mirada para extasiarse con los monumentos arquitectónicos, las fértiles y extensas llanuras, la agresividad de los desiertos, la inocencia de los juguetes y el amor de las canciones, sin olvidar la magia de las artesanías, la piedad de las oraciones que plasman en el arte de imágenes, pinturas y objetos religiosos a los que el cielo califica y pone precio. Así también se hace la patria, a través de las manos que conjugan libertad e iniciativa en las caprichosas ideas del ingenio mexicano. Una centella de esta genialidad se extiende a lo largo del territorio nacional, de península a península la magia habla a través de los sabores, de cada región, de cada familia, del sazón que transmite los deseos y aspiraciones de los hombres y mujeres que, como susurro del viento, comunican sus esperanzas a través de la comida mexicana. No en vano escritores y directores han delineado esta dimensión en sus obras, escrutando lo que al paladar y al espíritu nutre y agrada.

México debe nutrirse, fortalecer el diario acontecer con una buena dosis de proteínas, como las que aportan los chapulines, los gusanos de maguey y los escamoles, alimentos ancestrales que desde entonces constituyen una buena ración natural para caminar con esperanza, para soportar los embates de la recesión económica mundial y sobre todo para alejarse del fantasma de la crisis económica, trabajando duro y parejo, los comieron los antepasados y sobreviven en su herencia. Pero si de gustos se trata, no caerían mal algunos antojitos: tamales, chalupas, molotes, chanclas, pelonas y los tacos en su diversidad de rellenos, no tan nutritivos y energéticos pero ricos en su sabor y significado, siempre que de antojitos se trate hablamos del momento necesario par convivir, celebrar y festejar, no hay reunión que no presente esta oportunidad.

Los mexicanos disfrutamos los tiempos de antojitos, espacios abiertos al humor, a la alegría y al descanso, instantes que abren las puertas donde la historia se vuelve fantasía y la fantasía se escribe como historia, oportunidad de reír ante la muerte, la soledad y la trama incomprensible de las estructuras políticas y sociales, antojitos pasajeros donde la desgracia se vuelve mofa y burla como la misma vida. Y para acompañar el gusto, no olvidamos una buena bebida, las hay de todos los géneros: inhibidoras y sagradas como el pulque, refrescantes como las de los sendos vitroleros que expenden su sabor en las ferias y fiestas, medicinales como los tés e infusiones preparados con un toque de sabiduría ancestral acumulada por los años, alcohólicas como las que al débil hacen valiente y que arrasan con la profundidad del ser haciéndolo emerger al mundo irreal de la existencia, y hasta vigorizantes con toda la riqueza y propiedades de las frutas y verduras cultivadas en las parcelas y huertas revolucionarias porque al fin y al cabo “la tierra es de quien la trabaja”.

Un cúmulo de cultura encontrados en la mezcla de formas y colores, delineados a trazo de pincel, plasmados en metáforas, sonetos, relatos y versos, cinceles clavados en piedra de cantera, encuentro caprichoso de ingredientes que elevan el espíritu a los valores universales de la humanidad, indispensable en el ciclo vital de los mexicanos: moles y guisados, aves, carnes, combinaciones de lo dulce y lo salado, arte y cultura al alcance de todos. Y un toque final de dulzura, para dejar un buen sabor de boca, las mieles y embelesos de la vida que nos invitan al retorno, a la retrospectiva del optimismo y entusiasmo de frente a la vida: cocadas, duraznos, camotes, glorias, molletes, borrachitos, piloncillo, cristalizados, chispas de impulso hacia lo sublime, a la grandeza, al orgullo de haber nacido en México.

Que el sabor de septiembre nos antoje a disfrutar nuestro México. ¡Buen provecho!

Postre
Como ya es del dominio público, Audi, una de las prestigiadas empresas automotrices alemanas, instalará su planta ensambladora en el continente americano, en nuestro país, teniendo como sede San José Chiapa, en el estado de Puebla. Sin duda alguna el gran éxito de la gestión del mandatario poblano Rafael Moreno Valle, ya que el establecimiento de la firma teutona generará empleo y prosperidad en la región… así lo han referido los medios de comunicación que no se cansan de difundir esta noticia.

Ojalá que las inversiones de Audi  y las empresas proveedoras realmente beneficien a los poblanos; sin embargo, las personas mejor preparadas, poderosos contratistas, franquicias de diversa índole, sindicatos y otros activos, pelearán por llevarse la mejor tajada del gran pastel. Al tiempo.

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