domingo, 30 de enero de 2011

2 de febrero, entre la tradición y el sazón

Partir la rosca conlleva un compromiso para quienes encuentran dentro de la rebanada que les tocó, la figura representativa del niño Jesús y ello significa convertirse en su padrino o madrina, obligación que ha de cumplirse el 2 de febrero, “Día de la Candelaria”. Esta fecha se continúa el festejo con tamales y atole que corren por cuenta del padrino.

La tradición es historia viviente, es la mejor forma de edificar la comunidad, es abrir la puerta y entrar a la factoría donde se funden el presente y el pasado del hombre. Por ser historia viviente y comunitaria, la tradición tiene una dimensión humana, una dimensión social, una dimensión geográfica y otra temporal y en estas se entrelazan las generaciones que a su vez adquieren sentido, color, sabor, perfil, y fisonomía social.

Los mexicanos tenemos tradiciones, ligadas entre ellas por su manifestación como forma sencilla, amena, social y medio para comunicar y transmitir la cultura en el correr del tiempo. Estas de alguna manera se vinculan con la alimentación. Ejemplifican estas afirmaciones la celebración del 6 de enero y 2 de febrero. La riqueza religiosa de ambas es enorme pero lo que nos ocupa ahora es el simbolismo gastronómico que ellas encierran.

El 6 de enero familiares y amigos se reúnen para cortar la tradicional “rosca de reyes”, práctica que se extiende hasta los centros de trabajo y todo lugar que se preste para la ocasión lo que permite la convivencia incluso de los que poco se relacionan. Partir la rosca conlleva un compromiso para quienes encuentran dentro de la rebanada que les tocó, la figura representativa del niño Jesús y ello significa convertirse en su padrino o madrina, obligación que ha de cumplirse el 2 de febrero, “Día de la Candelaria”. Esta fecha se continúa el festejo con tamales y atole que corren por cuenta del padrino.

Más que un alimento de la vida cotidiana los tamales son un símbolo que podemos disfrutar en cualquier fiesta a lo largo del año. Están presentes en nuestra mesa desde la época prehispánica, fray Bernardino de Sahagún nos da cuenta de ello. Muchos de los tamales que consigna tenían un carácter ritual y abundan los que se vinculaban a ritos funerarios, costumbre heredada hasta nuestros días. Por tamal (que viene del náhuatl, tamalli) entendemos un alimento con base en la masa de maíz, relleno de diversos ingredientes, envuelto a manera de paquete en hojas vegetales, para posteriormente ser cocido. Podemos disfrutarlos en una gran variedad de sabores, tamaños, envolturas e ingredientes según la región y el lugar donde se hagan. Los podemos saborear dulces o salados, con carne de cerdo, res, camarón, aceitunas, papa, almendras, ciruela pasa, chiles secos, pollo, piña, pescado, etc. Y aunque la lista de tamales es grande no podemos negar que son clásicos los de salsa verde, rajas, mole y dulce color de rosa.

Bien podría escribirse una enciclopedia sobre los tamales por su enorme gusto y variedad, pero lo más destacado es que además de ser dignos compañeros en fiestas, celebraciones, trabajos, duelos, compromisos, o en un habitual desayuno dominical. Un tamal es la reivindicación de nuestra cocina, inspiración que provoca el sentimiento nacional y contexto cultural que propicia la convivencia.

Postre

¡Queremos, obispos, al lado de los pobres! ¡Queremos, obispos, al lado de los pobres! Fue el grito de los fieles que se congregaron en la Plaza de la Paz, allá en San Cristóbal de las Casas, para despedir a “Tatic” Samuel quien el 24 de enero nació para la eternidad.

No basta que los obispos, cardenales y vicarios de Cristo escriban magistrales disertaciones sociales y condenen la pobreza. Señores, hace falta en ustedes un genuino compromiso en favor de la justicia, estar al lado de los pobres, no de palabra, de obra, tal y como lo hizo el rabí de Galilea, tal y como lo hizo Tere de Calcuta, tal y como lo hizo Samuel Ruiz.

Si desea saber un poco de la vida y obra del extinto obispo de San Cristobal de las Casas, le recomiendo leer “Cómo me convirtieron los indígenas”, de Carles Torner, bajo el sello editorial de Sal Terrae. Lo puede adquirir en las librerías San Pablo y en Buena Prensa.

viernes, 21 de enero de 2011

Servir como digno mensajero

…dudo mucho que el Rabí de Galilea requiera para esta encomienda emisarios mediocres y oportunistas, sacerdotes y religiosos que no apoyen ni comulguen con esta obra, agentes que no se atrevan a llamar a las cosas por su nombre para no darle problemas al Obispo en turno, misioneros que no tienen espíritu de superación y prefieren permanecer en su estado de confort…



En el decreto Inter Mirifica encontramos que “la Iglesia católica (...) urgida por la necesidad de evangelizar, considera que forma parte de su misión predicar el mensaje de salvación, con la ayuda, también, de los medios de comunicación social, y enseñar a los hombres su recto uso”. Hace 45 años era inconcebible y riesgoso comunicar el evangelio en el cine, la radio, la prensa y la televisión, máxime por no contar con los recursos para sostener areópagos propios para tal fin. Bregando mar adentro, los medios comerciales, cuidando las formas, poco a poco han abierto sus puertas a Cristo y se ha podido cumplir con el exhorto de Pablo VI. El actual Pontífice, tras reconocer las amplias perspectivas que ofrece la red de redes, desea que también ahí se difunda un mensaje de paz, armonía y fraternidad, tal como lo hace el Vaticano con su canal de videos en you tube (http://www.youtube.com/user/vaticanes) para que los usuarios consulten las actividades del Santo Padre y los acontecimientos más relevantes de la Santa Sede.

Qué bueno que se gesten ésta y otras iniciativas para comunicar el mensaje de Jesús, lo cual no debe ser ningún motivo de gloria ni de privilegio, es la misión de todos los cristianos según el área de competencia. Para quienes están involucrados en la pastoral de la comunicación, el compromiso es mayúsculo, no solo han de capacitarse periódicamente para superar el estilo de redacción, trabajar mejores imágenes, perfeccionar la locución o generar ideas originales y entretenidas, capaces de llegar al corazón de nuestro interlocutor y transformar su vida con el poder vivificador del Evangelio. Ciertamente la preparación técnica y académica no son suficientes, la formación doctrinal también es necesaria porque hoy día no es suficiente haber hecho un curso bíblico. Cada día deben leer, estudiar e investigar para dar razones de nuestra fe. Se debe fundamentar la verdad que proclamamos. En otras palabras, ser coherentes, vivir el apostolado con convicción y calidad profesional para ser dignos mensajeros.

A mi modo de ver, la dinámica referida es en la que debe avanzar un medio de comunicación católico, dudo mucho que el Rabí de Galilea requiera para esta encomienda emisarios mediocres y oportunistas, sacerdotes y religiosos que no apoyen ni comulguen con esta obra, agentes que no se atrevan a llamar a las cosas por su nombre para no darle problemas al Obispo en turno, misioneros que no tienen espíritu de superación y prefieren permanecer en su estado de confort.

Aunque el mensaje de nuestro Señor es el mismo, los tiempos cambian y anunciar la Buena Nueva demanda un renovado ardor para cumplir con esta tarea. Es muy significativo lo que podemos aportar a esta época y el hecho de estar capacitados para utilizar los medios nos pone en un lugar especial a la hora de evangelizar. Como decía Pablo VI: “Nos sentiríamos culpables delante de Dios si no aprovechamos estos medios para llevar su Palabra”.

Postre

A elegir:
Pese a todos los merecimientos, no deja de causar suspicacias el proceso de llevar a los altares al papa polaco. Es posible que Juan Pablo II no supiera de la conducta del fundador de los Legionarios de Cristo, es posible que algunos de sus colaboradores lo supieran y se negaran a aceptar semejante testimonio de vida pese a que ya existían pruebas contundentes. ¿Pecado de omisión?

En unas horas Kalimba, el ex cantante de OV7, fue capturado para ser juzgado por supuestos delitos en el estado de Quintana Roo. La justicia mexicana lleva una década tratando de reaprehender al Chapo Guzmán… ¿No ha podido o no ha querido?

jueves, 13 de enero de 2011

La voz dulce de la oración

Si las campanas simbolizan la alegría, también suenan para llamar a la acción, están destinadas a llamar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a esforzarse cada vez más por liberar al mundo del egoísmo, de la falsedad, de la mentira y del aislamiento.

Desde el siglo V de nuestra era cristiana, las campanas fueron adoptadas por la iglesia católica para convocar a los fieles a reunirse en asamblea y celebrar la fe. Sin embrago, éstas no fueron instrumentos exclusivos de la Iglesia, fueron utilizadas por pueblos tan antiguos como los egipcios, griegos y romanos. Los romanos le llamaban tintinábula y los cristianos le llamaron signum porque servía para señalar o avisar la hora de las reuniones. Fue hasta el siglo VII cuando este instrumento fue llamado “campana”.

Conforme a los tiempos, las campanas se han fabricado en distintos tamaños, formas y materiales; suelen llevar en su superficie externa algunas inscripciones en relieve, hechas en la fundición; al bendecirlas se les da un nombre. Aunque para la Iglesia su uso es exclusivamente litúrgico (llamar a los oficios, anunciar fiestas, solemnidades o defunciones, o para la hora del “Ángelus” a medio día), muchas veces ha participado de una función social; basta recordar la famosa “Campana de Dolores” que cada 15 de septiembre se hace repicar, recordando la llamada histórica a la lucha por la Independencia. Tampoco se puede separar de ellas el misticismo que encierran estos instrumentos, mismo que ha dado origen a innumerables y antiguas leyendas, por ejemplo, la “Campana María” de la Catedral de Puebla. Se ha dicho que la voz de la campanas es “la voz de Dios” pues nos recuerdan que no se debe descuidar la relación con Él; además su tañido hace florecer diversos sentimientos: tristeza, si doblan a muertos; o alegría, si sus repiques recuerdan algún acontecimiento que no debe pasar desapercibido; o incluso, nos dan a veces la señal de alarma ante la amenaza del peligro. Si tal es su función, sería una pena hacerlas callar, su voz no daría más esperanza, consuelo, amor, ya no serían “las trompetas de Dios de los ejércitos, que convocan las milicias de la cruz al pie de los altares para romper fuego contra el infierno”, como rezaba un ritual de bendición antiguo.

El gran literato Luis Veuillot dice que la voz de las campanas es voz dulcísima de oración, que recorre campos, trepa las montañas, se cierne sobre los valles, atraviesa los tupidos bosques, y domina, sobre todo, el ruido humano que quiere callar la voz del Espíritu. Si las campanas simbolizan la alegría, también suenan para llamar a la acción, están destinadas a llamar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a esforzarse cada vez más por liberar al mundo del egoísmo, de la falsedad, de la mentira y del aislamiento. Su voz no puede ser apagada ni su canto mal interpretado, es una grave falta hacer que el bronce suene a metal barato. Si callaran las campanas, gritarían las piedras.

Postre

A un año del catastrófico terremoto, los haitianos siguen sumidos en la pobreza, la corrupción, el abandono y la enfermedad, viviendo entre escombros, viviendo con la desesperanza de la ayuda internacional... Ojalá, ojalá se actúe a la voz de ¡ya! en ese país, ver las imágenes del apocalipsis que viven los haitianos da tristeza, vergüenza, impotencia... como si México por momentos se viera reflejado en ese espejo.

viernes, 7 de enero de 2011

El oficio de construir el corazón del tiempo

Aconteció en 1921 en la ciudad de Libres (Puebla), para esa fecha la fábrica no tenía nombre y mi papá barajaba algunas propuestas, le sugirieron ponerle Centenario ya que en ese entonces se cumplían cien años de la consumación de la independencia de México, le gustó y desde entonces así nos conocen.

Zacatlán no sólo se distingue por los frutos preciados de su tierra como el café y las manzanas, su reputación se extiende más allá de sus paisajes y sus sabores. En ese rincón serrano está uno de los íconos de la región: la fábrica de relojes monumentales Centenario, que con sus 93 años de innovación y creatividad ha trascendido en el tiempo y en el espacio. “Muchas personas piensan que un reloj público es un lujo, sin embargo, hemos comprobado que es un símbolo de cultura y progreso, presta un servicio social necesario en todas las ciudades y poblaciones”, es el concepto que José Luis Olvera Charolet, hijo de Alberto Olvera Hernández y gerente general de la fábrica Relojes Centenario, nos compartió en una visita que realizamos a su factoría.

Actualmente trabajan en Relojes Centenario los hijos y los nietos de Alberto Olvera, fundador de la firma, además medio centenar de empleados. La fábrica se localiza a dos calles del corazón de Zacatlán, fácilmente se puede confundir con el entorno urbano de la ciudad pero sus habitantes, sin mayor problema, dan santo y seña de él. Es un edificio que se distingue por su pequeña torre y un característico reloj, ahí se encierran muchos años de esfuerzo e ingenio, muestra de ello es el muro de fotografías en blanco y negro que exponen diversas facetas significativas de la empresa y sus trabajadores en la sala de recepción.

Un sortilegio que signó su destino

“Un reloj de chimenea propiedad de mi abuelo fue lo que cautivó a mi papá allá por 1909. Al tratar de repararlo lo desarmó y sucumbió ante la pequeña máquina de medir el tiempo”, relata con gran orgullo don José Luis Olvera y al mismo tiempo nos guía a lo largo de su taller mostrándonos algunos relojes armados.

El ruido de la actividad fabril no impide a nuestro anfitrión dar un salto al presente en la historia de Relojes Centenario al referir que ha instalado relojes monumentales a lo largo y ancho de nuestro país. “Hemos colocado el Reloj Floral del Parque Hundido en la ciudad de México, un reloj de fabricación especial para la Basílica del Roble en Monterrey, el reloj del centro joyero San Juan de Dios en Guadalajara, un reloj floral especial en Tuxtla Gutiérrez, el del centro comercial Plaza Real Saltillo en Saltillo, Coahuila, entre otros”.

Tal vez Alberto Olvera, cuando entregó su primer reloj de manera formal, no imaginaba que su empresa llegaría más allá de las fronteras mexicanas. Chignahuapan se inscribió en la lista de la entrega inicial en 1919 y la comunidad de Malargüe, en la provincia de Mendoza Argentina, es uno de los últimos encargos.

“Mi papá empezó a construir su primer reloj monumental a los 17 años, solamente contaba con un torno de madera, una fragua, un yunque y herramienta rudimentaria que pertenecía al taller de carpintería de mi abuelo. Años más tarde estableció su taller en Coyotepec, donde trabajó hasta 1929. A partir de esta fecha contó con un ayudante y varios aprendices”.

Relojes Centenario, además de fabricar e instalar los relojes, repara relojes franceses, alemanes e ingleses de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando Porfirio Díaz sugirió que se colocara uno en cada población.

La inquietud por conocer el origen de la marca Centenario, despierta en el hijo de don Alberto Olvera, una sonrisa juguetona y de su memoria brota una de cientos de anécdotas que con sencillez expone. “Aconteció en 1921 en la ciudad de Libres (Puebla), para esa fecha la fábrica no tenía nombre y mi papá barajaba algunas propuestas, le sugirieron ponerle Centenario ya que en ese entonces se cumplían cien años de la consumación de la independencia de México, le gustó y desde entonces así nos conocen”.

Un museo que honra su legado

Admirar la precisión milimétrica con la cual se fabrican y ponen en funcionamiento los relojes, el deleite con los sonidos de los carillones [1] y enriquecer nuestro bagaje cultural con la historia de esta fábrica, son el aperitivo para visitar la única exposición en su género en América Latina, el Museo de Relojería Alberto Olvera Hernández, les aseguro que se sorprenderán no sólo por las joyas de la Relojería e ingeniería, también por las diversas formas que el hombre ha inventado para medir el tiempo, desde artilugios que se idearon dos mil años antes de Cristo, hasta Relojes de la época actual.

El museo también cuenta con una sala audiovisual para la presentación de documentales y un mural que detalla la obra y el pensamiento de Don Alberto. Además está en exposición el objeto más valioso del recinto, el primer reloj que fabricó el pionero de esta industria, no sólo es una pieza más, ¡funciona!, al igual que todos los artefactos que a lo largo del tiempo la familia Olvera ha adquirido. “Si se construye el corredor industrial de Zacatlán, haremos de este lugar un gran museo para que la gente sepa que aquí nació y prospera una empresa que nos ha dado muchas satisfacciones”, indica José Luis quien antes de concluir la visita señala que al vender un reloj se adquiere un compromiso que no finaliza el día de la inauguración. “Cuando es necesario, los técnicos viajan por el país o al extranjero para reparar o sencillamente para dar mantenimiento, de esa manera estamos presentes hasta en los lugares más lejanos”.

1. Carillón es el conjunto de campanas que producen determinado sonido o melodía para señalar lapsos de tiempo. Las melodías del carillón las elige el cliente de acuerdo con las tradiciones musicales del lugar o con sus preferencias personales.

martes, 4 de enero de 2011

En la víspera de Reyes

Los adultos también escribimos a los Reyes, ¡también tenemos nuestro corazón de niño o de niña!, según sea el caso. Les hacemos llegar nuestro inventario de emociones y sensibles afanes, y aunque al día siguiente no recibamos nada, confiamos que a lo largo del año consigamos los bienes y albricias del Todopoderoso.

Mañana, niños y niñas, con la confianza de haber tenido un buen comportamiento a lo largo del año 2010, enviarán su lista de peticiones a los Magos de Oriente quienes buenamente habrán de hacer realidad las ilusiones de los chiquitines. Llama la atención que, además de los objetos solicitados por los infantes, integren en su pliego petitorio conceptos como “unidad familiar”, “felicidad en mi hogar” y “mejora en la economía de la casa”. No nos deben sorprender estos sinceros deseos, dado que les ha tocado vivir una época social, cultural y económicamente compleja.

Los adultos también escribimos a los Reyes, ¡también tenemos nuestro corazón de niño o de niña!, según sea el caso. Les hacemos llegar nuestro inventario de emociones y sensibles afanes, y aunque al día siguiente no recibamos nada, confiamos que a lo largo del año consigamos los bienes y albricias del Todopoderoso. Y es que en la alborada del nuevo año muchos regresamos al muelle: Unos, alegres por la abundante pesca; otros, disgustados por no capturar lo que originalmente habían calculado; los demás, desalentados por retornar con las redes rotas y vacías. A estos últimos el rabí de Galilea los alienta a bregar una vez más mar adentro y los pescadores regresan con la confianza de lograr una abundante captura, porque se encomiendan en la certidumbre de quien los impulsa con su Palabra de vida.

Nuestra cartita estará completa si le sumamos las quiméricas pero necesarias perspectivas de un mundo libre de hambre, guerra, enfermedad, contaminación y destrucción. Estoy seguro que Dios, muy gustoso, recibirá la retahíla de interpelaciones, sin embargo, de nada sirve molestar al Omnipotente si no hacemos la parte que nos corresponde. Las cosas por sí solas no se arreglan.

Tampoco puedo omitir la pretensión ciudadana para que los servidores públicos y congresistas guarezcan lo concerniente al bien común y no por sus intereses, dejen de enzarzarse en discusiones estériles y se pongan a legislar. Que ya no se hagan tontos al encubrir a su compañero de partido (llámese narco alcalde, presidente municipal golpeador, gober en su modalidad de precioso, piadoso o fogoso) y les apliquen mínimo una sanción, ya no se diga un escarmiento.

Empecemos pues el año, como los niños en vísperas de la Epifanía del Señor, llenos de esperanza y con la confianza de que ésta es una oportunidad para demostrar una vez más de qué estamos hechos porque de otras crisis hemos prevalecido.

Postre

Pese a los accidentes viales (con todo y muertos) además del pésimo servicio de transporte urbano en Puebla capital (unidades que se queman en plena vía pública), desde el 1 de enero incrementó su costo un peso más, seis pesos es la tarifa. Hay un descontento generalizado por el alza, no es para menos y en los próximos días subirá el pan, el gas, los peajes y un párale de contar. ¿Cuánto subió el salario mínimo? Dos tristes pesos...

Cuidado, el alto costo de la vida abonará el camino para que el pueblo se rebele.