jueves, 21 de julio de 2011

Guelaguetza, la máxima fiesta de los oaxaqueños

Hay otras actividades que complementan a la gran fiesta de los oaxaqueños; desde conciertos de grandes cantantes y muestras de arte, hasta competencias deportivas y ferias de mezcal, tamal y tejate, de tal manera la Guelaguetza se ha convertido en un festival de arte y cultura.

Maravilloso, mágico, espectacular e inolvidable son algunos adjetivos con los cuales visitantes nacionales y extranjeros distinguen a la Guelaguetza, el festival folclórico más importante de México y América Latina con casi 80 años de tradición. Y no es para menos; una pléyade de colores, música, baile y canto se manifiestan, a los ojos y oídos de propios y extraños, el tercer y cuarto lunes del mes de julio, excepto cuando el 18 de julio cae en día lunes, fecha que conmemora la muerte del benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, por lo que en esta ocasión se realizarán los días 25 de julio y 1 de agosto.

Guelaguetza es una palabra zapoteca que expresa “el acto de participar cooperando”, sus orígenes se remontan a la época prehispánica y están relacionados con el culto a la diosa del maíz, Centéotl. Para la época virreinal el festejo a la Virgen del Carmen reemplazó a Centéotl con procesiones, calendas y mojigangas. A finales del siglo XIX y principios del XX, se incorporan actividades deportivas e incipientes participaciones de danzas y bailes; además de los paseos, la convivencia de todos los oaxaqueños en las faldas del cerro del Fortín, que vestían sus mejores galas, de manera que en pocos años perdió su sentido religioso y se empezó a conocer como Fiestas del Lunes del Cerro.

En el cuarto centenario de la fundación de Oaxaca (15 de abril de 1932) se realizó un homenaje racial, ofrecido a la ciudad de Oaxaca en la persona de Margarita Santaella, “Señorita Oaxaca”, ganadora de un certamen de simpatía en el cual cada una de las regiones del estado ofrecieron sus principales danzas y bailes tradicionales, junto con productos característicos de su tierra, en las faldas del cerro del Fortín. A esta presentación se le llamó posteriormente Guelaguetza. Para mediados del siglo XX se decidió incluir a la Guelaguetza en las Fiestas del Lunes del Cerro como un espectáculo de danzas y bailes organizados, fue tal el éxito que se convirtió en una fiesta general de la ciudad y el estado, gracias al impulso de los gobiernos locales.

En torno a la Guelaguetza

Las actividades oficialmente inician con el certamen para elegir a la representante de la diosa Centéotl, quien presidirá las fiestas.

El sábado anterior a cada lunes se presenta la calenda de las delegaciones participantes a lo largo de las principales calles de la capital del estado. Ese mismo día, por la noche, comparece en la plaza de la danza el espectáculo Bani Stui Gulal (en zapoteco “repetición de la antigüedad”), lamentablemente por segundo año consecutivo no habrá función debido a que la representación escénica que explica el origen de la Guelaguetza está en disputa legal por la familia fundadora, en su lugar se presentarán dos conciertos: el sábado 23 de julio “200 niños, una sola Banda de Música”; una semana después, 30 de julio, “Las mujeres en las Bandas de Música Tradicional”. Al día siguiente, domingo en la noche, la puesta en escena de Donají… la leyenda.

El lunes, en el auditorio del Cerro del Fortín, grupos de danzantes y músicos de las 7 regiones del estado (Valles Centrales, la Sierra, la Cañada, Tuxtepec, la Mixteca, la Costa Chica y el Istmo) dan vida a la Guelaguetza. Cada delegación presenta una muestra viva de su patrimonio cultural a través de bailes que ejecutan al compás de la música y los cantos que les son propios, vistiendo indumentaria de gala de su respectivo pueblo. Al finalizar la presentación, cada grupo distribuye entre el público su “Guelaguetza” compuesta por objetos característicos de su región.

Cabe señalar que en poblaciones aledañas a la ciudad capital; tales como Cuilapam de Guerrero, San Pablo Mitla, Zaachila, Tlacolula y San Antonino Castillo Velasco, se llevan a cabo guelaguetzas igualmente coloridas y concurridas. También los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) organizan su Guelaguetza popular, aunque con buena concurrencia y gran policromía, no deja de ser un foro para la denuncia política.

Hay otras actividades que complementan a la gran fiesta de los oaxaqueños; desde conciertos de grandes cantantes y muestras de arte, hasta competencias deportivas y ferias de mezcal, tamal y tejate, de tal manera la Guelaguetza se ha convertido en un festival de arte y cultura.

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