martes, 20 de octubre de 2015

Cualquiera puede cocinar

El mundo suele ser cruel con el nuevo talento. Las nuevas creaciones, lo nuevo, necesita amigos. (…) En el pasado, jamás oculté mi desdén por el famoso lema del chef Gusteau's: “Cualquiera puede cocinar”, pero al fin me doy cuenta de lo que quiso decir en realidad: no cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier lado.
Fragmento de la crítica de Anton Ego, en el filme Ratatouille (2007)



Alan Rangel fue el triunfador de la primera edición de Masterchef México que concluyó el domingo pasado, sin duda un programa que atrajo la atención del público, aburrido de las desgastadas propuestas de “entretenimiento” los domingos en la noche por la televisión abierta.

¿Qué cosas positivas aportó Masterchef al televidente y qué cosas negativas generó o desagradó? Veamos algunas consideraciones:

¿Qué gustó?
  • Concursantes sinceros, de diversos orígenes y condiciones sociales, con alguno de ellos nos sentimos identificados.
  • Las críticas, los regaños, las observaciones, los estímulos y las sugerencias de los chefs hacia los competidores para esmerarse en la preparación de sus guisos, pese a que hubo lágrimas en varios de ellos, demostraron actitud para superarse.
  • La incursión de otros chefs que compartieron no solo sus conocimientos y experiencia, retaron a los participantes a igualar o mejorar su platillo, previamente enseñado en la clase especial.
  • El reto por equipos de cocinar en Coyoacán y comprar sus ingredientes en el mercado.
  • La riqueza gastronómica mexicana no se limitó a los antojitos, las salsitas o la comida casera, hay talento y creatividad para proponer cosas nuevas o mejorar lo que existe.
  • No solo la competencia televisiva se vuelca en el fútbol, también en los programas de concursos, sin duda la apuesta de TV Azteca con Masterchef, superó a Televisa que no ha interesado a muchos con Big Brother.
  • Chef Adrián: Masterchef no solo fue una competencia, también fue aprendizaje para ambos, jueces y concursantes.
  • Pese a las diferencias de religión, la Hermana Flor y Gina hicieron buena mancuerna en un reto.
  • Un atino transmitir la versión mexicana de Masterchef para Américla Latina a través del canal Discovery Home and Health, libre de patrocinios y con buena edición.
  • El triunfo de Alan, una persona de condición humilde que logró su propósito de ganar el certamen, más por sus propuestas culinarias que por su simpatía.


¿Qué no gustó?
  • El exceso de comerciales.
  • Que Anette Michel fuera la conductora del programa, considero que Benito Molina lo habría hecho bien, ya que ha participado en otros proyectos como “Reto culinario” y “Benito&Solange” en el extinto canal Utilísima.
  • Que casi todo el programa se grabó en Colombia. Suponemos que fue lo mejor para reducir los costos de producción.
  • Los melodramas de algunos participantes, las pedradas e intrigas entre ellos que desvían el interés genuino del programa, como el suscitado entre Alan y Gonzalo.
  • Faltó un reto de cocinar por equipos bajo la dirección de un chef, semejante al programa “Reto culinario”.
  • El reto de cocinar para la boda… sinceramente me pareció un montaje, dudo mucho que una pareja de recién casados deje a unos concursantes la preparación de los alimentos en tiempo real.
  • En el último episodio de Masterchef se dedicó hora y media a recapitular dicho programa y resolver en media hora al ganador de la contienda. Cabe mencionar que la edición del programa demerita por escenas bruscamente cortadas.
  • El imperdonable error de pauta en la televisora del Ajusco, tal vez, "sin querer queriendo", dio a conocer con anticipación al ganador de Masterchef en un promocional, le restó emoción al programa y tal vez credibilidad.


Seguramente hay otras cosas que no gustaron y los detractores del programa, unas veces con acierto y otras tantas sin fundamento, las manifestaron en las redes sociales.

Ojalá que quienes participaron en esta primera temporada de Masterchef México, no cedan a las pretensiones de TV Azteca que ha insinuado ofertas para incluirlos en telenovelas, series o algún proyecto que económicamente les reditúe, lo mejor es que Alan, Marlene, la Hermana Flor y el resto de los competidores, sigan adelante con sus vidas.

Esperamos con impaciencia la versión infantil de Masterchef, ojalá sea una excelente producción como las que se han presentado en España, Estados Unidos o Australia, libre de melodramas y sí, lágrimas de emoción genuina, no acartonada.

Postre
Nuevamente Carlos Slim, el magnate mexicano, aboga para que la jornada de trabajo sea de 3 días, de 11 horas cada una y se descansen 4, para mejorar la calidad de vida y la productividad de los trabajadores, además extender la edad para la jubilación. No suena mal la idea, ya lo está poniendo en práctica en sus negocios y será interesante conocer los resultados de esta propuesta.

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