Un mentor, por
definición, es una persona que sirve de guía a otra. En los países
desarrollados esta práctica es muy común, incluso, ha desembocado en la
configuración de Programas de Mentorazgo Empresarial, que permiten desarrollar
tanto al sector lucrativo como al no lucrativo, es decir, al filantrópico.
Imagínese como un portentoso empresario... Lo que lo distingue
de los demás es, en términos empresariales, el posicionamiento que su negocio
tiene respecto a los competidores más cercanos. El negocio va firme. Los
ingresos bien. Este éxito le da a su empresa prestigio y visibilidad. Usted es
notable. Por esta razón cientos de organizaciones filantrópicas lo tienen en la
mira para solicitarle un donativo económico. Mientras que algunas instituciones
buscan como compaginar el negocio que usted encabeza y la causa social que
ellos defienden, transcurrirá un largo tiempo. Otras tantas ya se comunicaron con usted y
están en espera de poder recibir su ayuda.
En su escritorio hay decenas de cartas pidiendo un donativo.
Usted quiere ayudar y enriquecer el quehacer económico de su negocio. Desea
incursionar dentro de la responsabilidad social empresarial. Está convencido de que nuestro país tendrá más oportunidades en la medida que usted aporte algo de lo que ha logrado.
Sin embargo el dinero que ha destinado para proyectos
sociales no alcanzaría si quisiera repartir, algo de efectivo, entre todas las
organizaciones que lo han contactado. Lo que parece ser un camino caótico en
realidad no lo es pues usted y su empresa, tienen algo más importante que
donar.
Desde el momento en que usted, ya sea en forma personal o
con algunos de sus consejeros o empleados, analiza y selecciona a quien sería
más adecuado apoyar, ya está contribuyendo, indirectamente; sus cualidades
como empresario le advierten qué proyecto está bien formulado
(costo-impacto-social), y lo más importante, cuál de ellos estaría en sintonía
con su misión de negocio.
Si decide contestar por escrito a quien le ha solicitado
ayuda económica y le proporciona una orientación sobre los motivos por los
cuales su empresa no podría destinar un donativo, Usted siguió ayudando.
En esta historia de la vida real se refleja la contribución
más valiosa que puede otorgar una empresa a una organización filantrópica: su
talento empresarial y el tiempo de sus directivos y ejecutivos que se puede
transferir, a fin de apoyar el desarrollo institucional de alguna asociación de
servicios a terceros. A esta ayuda se le da el nombre de Mentorazgo.
Un mentor, por definición, es una persona que sirve de guía
a otra. En los países desarrollados esta práctica es muy común e, incluso, ha
desembocado en la configuración de Programas de Mentorazgo Empresarial, que
permiten desarrollar tanto al sector lucrativo como al no lucrativo, es decir,
al filantrópico. Entre ellos se puede mencionar el programa de la Fundación
Príncipe de Gales en el Reino Unido, que reúne a decenas de líderes
empresariales que, en forma voluntaria, otorgan un determinado tiempo para
orientar a jóvenes estudiantes que desean emprender un negocio y que carecen de
la experiencia para hacerlo.
Los empresarios destinan un tiempo semanal para revisar el
proyecto, su plan de negocio, viabilidad, y posibles fuentes de financiamiento.
En México, el esquema lo está promoviendo la Fundación Keep Walkin. Otra
alternativa de Mentorazgo Empresarial, es el que nace de la propia empresa y
que se vincula con el programa de inversión en la comunidad.
El líder empresarial convencido del valioso aporte de tiempo
y talento empresarial fomenta que, directivos y ejecutivos, se vinculen
directamente con algunas organizaciones, ya sea como trabajadores voluntarios,
o como mentores de un proyecto específico. Lo hacen en tiempos de oficina.
Delloite Consulting dedica toda una jornada de trabajo al
año, en donde sus empleados y directivos rehabilitan escuelas públicas y les
dan mantenimiento, jardinería y equipan con computadoras. También han
desarrollado consultorías pro bono para organizaciones. Esta ayuda es
muy valiosa pues los empresarios enseñan a las organizaciones filantrópicas el
manejo de las herramientas para la planeación estratégica, evaluación e impacto
social de proyectos.
El mentorazgo es un poderoso recurso de donación que involucra
a empresarios e instituciones sociales. Los dos saldrán beneficiados, ellas por
recibir su talento empresarial que permitirá afinar los programas y proyectos y
usted por dar un sentido a su vida, compartir su talento y destinar lo más
valioso que se tiene: tiempo.
Aun cuando no lo perciba así, el beneficio social de su
acción empresarial va más allá de una simple relación, y repercute
favorablemente en la profesionalización de todo el sector filantrópico en
México.
Si Usted, amigo empresario, desea que su compañía sea una
más de las que han adoptado este Mentorazgo Empresarial, lo invitamos a conocer
a algunas de las asociaciones de beneficencia que trabajan en Puebla. Le
podemos garantizar que, el 97% de ellas, se encuentran en graves problemas económicos
y con dificultades para continuar trabajando y ayudando a los núcleos de
población más necesitados.
Visítelos, conózcalos, estudie su labor y sin duda alguna,
encontrará la forma de apoyarlos. Como hemos visto en este reportaje, hay
muchas formas de ayudar, solo falta la voluntad y decisión para hacerlo.
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