viernes, 24 de diciembre de 2021

Belén de mis recuerdos

Noche de paz, noche de amor entre los pastizales colaterales del negro asfalto de la carretera. El Hijo de Dios se hizo hombre y sólo hundir la cabeza en el misterio incomprensible de tan magna aventura, hacía que las lejanas luminarias del firmamento guiñaran sus arpegios.

Por Pbro. Rogelio Montenegro Quiroz +

Yo fui alumno de la Ecole Biblique de Saint Etienne, de los padres dominicos franceses, los años 1975-76 y pude vivir de cerca el encanto de la tierra de Jesús y de tantas gestas sagradas que registran las páginas milenarias de la Biblia. Fue un privilegio respirar los horizontes de tantos rostros anónimos que compartieron estas estepas en la gradualidad de los siglos, emociones atemporales que ahora almacena la memoria y celebra mi alma al compás del viejo tambor de los recuerdos.

Muchas veces recorrí a pie largas distancias, disfruté los rincones secretos de las reservas privadas del arqueólogo, bajé por los barrancos que sangran las arenas y disfruté atalayas que otrora convivieron los Patriarcas en sus largas caminatas de beduinos. Por aquí se entretejieron los sueños inocentes de tantas generaciones, se desbordaron sus pasiones y se pelearon sus rencores. Tierra Santa es el vértice atemporal de muchas eternidades.

Beth-Lejem es una aldea a 10 kilómetros al sur de Jerusalén en los bordes occidentales del desierto de Judá. La historia universal la menciona por primera vez en las cartas de Tel-Amarna a propósito de una petición de ayuda bélica al Faraón Amenofis IV. En cambio, Gen 35, 19 dice que la sepultura de Raquel estaba precisamente en ese pueblecillo de los tiempos patriarcales. 2Sam 23, 13 recuerda la cueva de Adul-Lam y una cisterna en la entrada del caserío. Más tarde, hay referencias de su continuidad en la historia hasta en los tiempos de Ruth y el nacimiento y coronación del Rey David que narra 1Sam 16, allá por el año 1010 a. C.

Como la profecía de Natán fue dirigida al rey betlemita, la aldea va a quedar marcada para siempre en la conciencia de los profetas y prédicas del hilo conductor horizontal abierto al futuro. De tal manera que el Éxodo, la Alianza, la Ley y la esperanza de un Rey futuro portador de paz y amor van a conformar la dorsalidad extraña de un proyecto de nación que conoce sus timones y puede iluminar sus pasos con la verde confianza de sentirse pueblo elegido y acompañado hacia sus logros por la presencia fiel de su Dios. Uno de esos videntes profesionales de la esperanza se atrevió a decir: “Y tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir Aquel que ha de dominar en Israel”.

Fue una larga noche de luceros y de emociones palpitantes el 24 de diciembre de 1975, siendo como ya dije, alumno en la vieja ciudad de Jerusalén, cuando un anciano y correoso monje, de esos de deveras, de los que producía Domingo de Guzmán en el siglo XIII, converso judío de la familia de los Dreiffus, nos invitó a cumplir la costumbre anual de sus devociones.

Había que ir caminando hasta Belén para concelebrar la Misa de media noche con el patriarca latino en adoración al Niño de los pastores y querubines. Fueron 10 kilómetros por la sencilla carretera vecinal a la luz de la luna, en los largos tramos deshabitados y sin la explosión actual de las casas, habitantes y electrones. Éramos 12 alumnos peregrinos que salimos a las 9 de la noche al paso de los pastores que tienen una cita con la fe y con la historia.

Sudor frío sobre los lomos de la montaña de Judá que desciende imperceptiblemente hasta Hebrón. Pocas palabras salpicaban el amplio manto del silencio y las estrellas. Noche santa de pirotecnias del corazón y el blanco hábito del dominico que nos guiaba con la retórica silente de su prestigio moral. Ya nos había contado su historia y su conversión en los fragores lejanos de la segunda Guerra Mundial y ahora era el maestro exegeta de los contenidos arcanos y profundos de los cantos del Siervo de Yahvé. Ese era el báculo que congregaba y conducía. Tenía alma de niño, porque los verdaderos científicos se envuelven en la sencillez franciscana de la sobriedad elemental. Pero esa noche se hundió en la gramática de la quietud, dejando que el ritmo de nuestros pasos fueran el único aplauso cadencioso de nuestro arrobamiento.

Noche de paz, noche de amor entre los pastizales colaterales del negro asfalto de la carretera. El Hijo de Dios se hizo hombre y sólo hundir la cabeza en el misterio incomprensible de tan magna aventura, hacía que las lejanas luminarias del firmamento guiñaran sus arpegios.

La luna iluminaba nuestros pasos y facilitaba el tintinábulo del recuerdo. 2000 años se comprimían en los renglones escénicos del Evangelio Lucano. En el claroscuro de la noche Rembrandt asomaba las siluetas de los pastores y sus ovejas que también iban camino de la cueva.

Entramos a la ciudad por la tumba de Raquel y fuimos siguiendo las curvaturas zigzagueantes de la falda montañosa de Belén. Subimos la cuesta de la saliente oriental de la pequeña cordillera que señala hacia el desierto de Judá antesala del Mar Muerto. Ya en la plaza central participamos de la algarabía desbordante de las celebraciones.

Empezamos a recordar que los lugareños y sus descendientes nunca olvidaron el lugar de los prodigios, pero los romanos que estaban en Palestina desde el año 64 a.C., jamás se enteraron o nunca les importó la tradición sostenedora y arquitecta de los conglomerados humanos.

En tiempo de la rebelión de Bar Kokeba 132-135 los invasores disolvieron la sedición poniendo punto final a la nación judía y por orden de Adriano se arrasó Jerusalén y se construyó una nueva colonia romana con el nombre de Aelia Capitolina, estableciendo en el lugar del templo las estatuas de Júpiter y del emperador y en Belén cubrieron el lugar con un bosque en honor de Adonis, dios de la vegetación que muere en invierno y resucita en primavera. Todavía San Cirilo + 387, da testimonio de haber visto el lugar cubierto de árboles. Orígenes por su parte, anota las siguientes frases durante un viaje a Palestina: “En Belén se muestra la cueva en que nació Jesús y dentro de la cueva, el pesebre en que fue reclinado, siendo de todos conocido, incluso de gentes ajenas a la fe, que en esta cueva nació Jesús a quien admiran y adoran los cristianos”.

Penetramos a la basílica construida por Justiniano en el año 539 sobre los restos de la que Constantino y su madre habían inaugurado el 31 de mayo del 339. Sabemos que esta basílica bizantina está de pie como único monumento en toda Palestina después de la gran destrucción llevada a cabo por los persas en el año 614. Bajamos a la gruta y nos fuimos a postrar para besar piadosamente la estrella de plata indicativo visible del gran recuerdo: aquí nació Jesús el Hijo de María.

A las 12 horas nos revestimos y nos unimos a muchos otros sacerdotes de varias nacionalidades para concelebrar nuestra alegría navideña con el patriarca de Jerusalén en la Basílica medieval de la parte norte dedicada a Santa Catalina, la mártir de Alejandría, que ahora es la Iglesia parroquial de los católicos lugareños. Cantamos en latín el gloria in excelsis Deo con el trasfondo tubular del gran órgano y la emoción milenaria de todos los recuerdos. Afuera los coros juveniles de 20 naciones entonaban los viejos villancicos que, en un concurso anual, le confiere a la noche de Belén la tonalidad azul del infinito.


+ El Padre Rogelio fue Profesor del Seminario Palafoxiano, Director del Instituto Católico de Teología para Laicos Camino, Verdad y Vida, capellán del Templo de Santa Rosa y conductor de la sección El poder de la palabra en el programa de radio Buenas Noches Puebla. Falleció el 15 de febrero de 2021.

domingo, 7 de noviembre de 2021

¿Indio o Indígena?

Los pueblos indígenas de este continente tenemos que decir qué somos desde nuestro propio punto de vista, cuál es la verdad de nuestro ser, de nuestro rostro y corazón propios.


Por Pbro. Mario Pérez Pérez, Párroco de Cuautlancingo. Arquidiócesis de Puebla.


Desde una visión pastoral –nos decían los Obispos reunidos en Bogotá [1]– llamamos “indígenas” a los miembros de un sector importante de la población latinoamericana que se identifican como pertenecientes a un grupo étnico, generalmente de campesinos, selváticos o emigrados a los cinturones de miseria de nuestras ciudades, que estructuralmente viven fuera de la sociedad occidentalizada o en un proceso diferenciado de integración a la misma.

Presentan algunos rasgos comunes como son:

• Ser descendientes de los aborígenes amerindios.

• Mantener una relación vital con la tierra.

• Tener un fuerte sentido comunitario religioso.

• Conservar en mayor o en menor grado su propia lengua.

• Conservar ciertas peculiaridades en sus formas de vida familiar, de vestir, de alimentación, de salud y de transmisión de la educación.

Hay quienes consideran que el “indígena” es solamente aquel que racialmente, es decir, por fisonomía y por sangre, desciende de los pobladores precolombinos de América. En tal caso el grado de autoctonía se medirá por la pureza de la sangre y de los rasgos somáticos. Lo cual resulta prácticamente imposible de verificar, por la enorme cantidad de mezclas de sangre que se han dado en la conformación de las comunidades actuales.

Para otros el “indígena” es el que habla una lengua indígena, esto es, que recibe y prolonga lingüísticamente las culturales precolombinas. Esta posición es verificable y se puede medir y poner en estadísticas, sin embargo, creemos que es insuficiente, porque solo hace aparecer como indígenas únicamente a los monolingües nativos, como ha sucedido en los censos de población. Hay instituciones gubernamentales que utilizan este criterio para establecer quienes son o no son indígenas.

Para quienes desde el Evangelio tratamos de trabajar comprometidamente con las comunidades indígenas –sostiene la comisión Episcopal para la Pastoral Indígena de México [2] - creemos que es aquel hombre o aquella mujer, o la comunidad de ellos, que predominantemente definen su vida por la herencia cultural de los pobladores prehispánicos de América y que se hallan, por la imposición de las estructuras injustas de las sociedades nacionales, en situación de marginación y explotación, por lo que “pueden ser considerados los más pobres entre los pobres” [3].

El término indio no obstante ser equivocado y equívoco ha prevalecido, para designar a nuestros antepasados y a quienes descendemos de ellos. El vocablo “indio” es, pues, un sobrenombre que se nos dio debido a la equivocación geográfica de Cristóbal Colón, quien, cuando arribó acá, creyó al principio haber llegado a la India. Posteriormente ese término condensa toda una historia de 500 años de desprecio, explotación, ridiculización. Cuando se empezó a usar la expresión de indio ésta no tenía el contenido social de dependencia y explotación que le ha dado el sistema imperante, y que prevalece hasta el momento.

La ideologización negativa sobre el mundo amerindio ha invalidado todos los sectores operativamente y se manifiesta tendenciosamente en las formas de expresarse sobre él. Así, tanto a los Indígenas como las comunidades aborígenes, con frecuencia se les califica de salvajes, incivilizados, incluso como bestias y animales, cuestionando su nivel de humanidad. Igualmente, se les considera como incultos e infantiles, e incluso como inmorales, con otras connotaciones totalmente negativas en el plano religioso, como supersticiosos e idólatras.

Estas connotaciones comúnmente son incorporadas a la palabra “indio”. Por este motivo el anciano Nivaclé Tanuuj, expresa: “Aún no nos había invadido tanta gente extraña venida de tan lejos. Por eso nadie nos insultaba llamándonos indios. Esta palabra con la cual nos menosprecian los elé (blancos de cabellos rubios) y los santó (blancos de cabellos negros). Indio significa inútil, incapaz, feo, sucio. Y hasta a nuestros jóvenes les han hecho creer que los viejos somos indios, porque no sabemos leer ni escribir y vivimos sin los conocimientos de los Blancos”. [4]

En el siglo XIX surge la voz “indígena” impuesta sin consulta alguna por organismos internacionales, con el fin de suavizar las implicaciones del término “indio” y, al mismo tiempo, por la nueva situación emergente del indio, para restarle su capacidad de lucha por su territorio. También se empezó a usar la palabra indígena para amortiguar ideológicamente el peso sociopolítico de la explotación que sufre.

Ahora el término “indio” va siendo recuperado por los mismos indios, como signo de identidad y lucha, así aparece en un manifiesto indio, donde Pedro Vilca Apaza, de Perú, proclama: “Si indio ha sido el nombre con el que fuimos sometidos, indio será el nombre con el que nos sublevaremos”. [5]

A pesar de que va habiendo este modo de recuperar el término indio y darle otra orientación, comúnmente, por toda la carga negativa y discriminadora presente en el término, casi a nadie nos gusta reconocernos públicamente como indios o indígenas, aun cuando nuestros rasgos o modo de ser nos delatan. Preferimos decir que somos Nahuas, Zapotecos, Totonacos o Mayas, porque, además, en realidad eso es lo que somos.

Últimamente existe la tendencia de encontrar nuestras raíces, de recuperar nuestra identidad, de definir quienes somos y de dónde venimos, para poder emitir un firme pronunciamiento. Por eso, Carlos Machado, en Brasil, con intuición y dignidad, dirá: “Quiero aclarar que yo no soy indio para comenzar, quiero decir que yo soy Tucano. Fue invención de los europeos que dijeron que los que estaban eran indios, porque ellos erraron la ruta y cuando llegaron aquí pensaron que eran las Indias. Pero aquí ya existían Xavantes, Tupís-Guaranis, tucanos y además otras tribus”. [6]

Finalmente, los términos indio e indígena constituyen una herramienta técnica para hacer referencia a una realidad, en cuanto contempla los elementos de los que ya hemos hablado. Pero estos conceptos no precisan lo que realmente se es. Es decir, cuando nosotros buscamos nuestras “raíces indígenas” al final concluimos que nuestras raíces son nahuas o totonacas -por mencionar solo a dos pueblos-, y que nosotros ciertamente eso es lo que somos: Nahuas o Totonacos. Por eso al usar los términos indio o indígena debemos ser cautelosos, teniendo en cuenta su sentido global y equívoco y, además, sus límites e imprecisiones.


[1] DEMIS-CELAM. Documento Bogotá (1985), Número 1 “Población” en Documentos de Pastoral Indígena. Demis, 9. Bogotá, Colombia. 1989.

[2] Mons. Bartolomé Carrasco Briceño. Situación de los Indígenas de México (Informe Pastoral), en: De Una Pastoral Indigenista a una Pastoral Indígena. Demis-Celam, 83. Bogotá, Colombia, 1987. Pág. 188.

[3] Doc. Puebla, 34.

[4] Cfr. Gonzalez Dorado, Antonio. Evangelización integral y comunidades amerindias, en: De una Pastoral Indigenista a una Pastoral Indígena. Demis-Celam, 83. Bogotá, Colombia, 1987. Pág.309.

[5] Cfr. Franco García, Martha J. y Cabrera Huerta, Francisco. 500 años de Resistencia India, en: Momento. Revista semanal. Núm. 210. Editora Alatriste. Puebla, México. 1990. p. 5.

[6] Cfr. González Dorado. Op. cit. Pág. 309. La traducción es mía.

domingo, 29 de agosto de 2021

Periodismo en México: lecturas y videos recomendables

Manuales técnicos, historias del periodismo y los periodistas de nuestro país, ética y filosofía, así como ensayos y artículos sobre teoría de la comunicación, conforman la columna vertebral bibliográfica que un estudiante de comunicación o periodismo debe leer a lo largo de su formación académica. En esta ocasión quiero compartir lo que, a mi parecer, son las lecturas indispensables en cuanto a historia del periodismo y los periodistas de nuestro país se refiere. Además, agrego algunas recomendaciones cinematográficas disponibles y al alcance:



Leñero, Vicente. Los periodistas. Edición especial a 30 años del golpe a Excelsior. Editorial Planeta. 2006. 387 páginas.

Un texto de lectura obligada, ya sea para la materia Nota informativa, Géneros Periodísticos, Ética o Sistema Político Mexicano. Narra cómo se gestó el golpe al que fuera el periódico de la vida nacional y el consecuente nacimiento del semanario Proceso a finales del sexenio de Luis Echeverría. La historia no solo es valiosa en sí misma, la redacción pormenorizada que el autor hace de los hechos.



Loret de Mola, Rafael. Denuncia, presidente sin palabra. Editorial Grijalbo. 1995. 246 páginas

Alarma, Impacto, El diario de Irapuato, la cadena García Valseca (hoy El Sol de México) y el atentado a Carlos Loret de Mola (abuelo del actual periodista del mismo nombre y apellido, así como padre del autor) son las historias que leeremos en este libro que narra a modo de denuncia periodística, la compleja relación entre la crítica y el poder.




Fernández, José Ramón. Mi pasión, una vida dedicada a la comunicación y al deporte. Editorial Planeta. 2007. 194 páginas.

Joserra, considerado el padre del periodismo deportivo en nuestro país, no es un narrador o comentarista de deportes, ni siquiera un mero conductor de programas de radio y televisión con apuntador, es, un periodista deportivo que ha vivido muchas vicisitudes detrás de cámaras y micrófonos, incluso en la sala de redacción y en la oficina de prensa. Un texto recomendable para quien le apasione el periodismo deportivo.



Toledo, Alejandro. La batalla de Gutiérrez Vivó. El acoso foxista a la libertad de expresión. Random House Mondadori. 2007. 189 páginas.

José Gutiérrez Vivó tiene el mérito de producir nuevos y mejores formatos noticiosos de radio en nuestro país, no en balde el lema que se escuchó en los spots por las ondas hertzianas: “marcando el paso en la radio”. Pero la historia que propone el autor no gira en los logros del mencionado periodista, más bien en los embates del poder para acabar con un proyecto radiofónico y periodístico con carácter ciudadano. 



Maza, Enrique. Libertad de expresión en la Iglesia. Editorial Océano. 2006. 190 páginas.

Este libro ciertamente no va acorde con la línea del periodismo en México de los últimos cincuenta años pero sí con su línea conductora. El lector seguramente coincidirá con el autor: “ante una Iglesia vaticana que teme el pensamiento de sus fieles, que se aterra por la capacidad de razonar de sus ovejas, la libertad de expresión de esos mismos fieles que se rehúsan a ser precisamente ovejas, la fustigan como Jesús fustigó a los mercaderes y reprobó a los fariseos”.


Otros textos recomendables:

* Torre Wilbert. El despido: la verdad detrás de la salida de Carmen Aristegui del noticiero más escuchado en México. Temas de hoy México. 2015, 208 páginas.

Escrito en 37 días, El despido narra una parte importante de la historia detrás de la salida de Carmen Aristegui del noticiero más escuchado de la radio de México. A partir de la crónica, el ensayo, la entrevista y una buena dosis de conjetura, el autor incursiona en territorios claves para entender lo que pudo suceder.


* Cacho Lydia. Memorias de una infamia. Editorial Debate. 2007, 350 páginas.

La autora narra cómo destapó una red de pederastas que involucra a importantes empresarios y poderosos políticos mexicanos. Describe, además, los momentos más difíciles en los que, tras la publicación de su primer libro, Los Demonios del Edén (2005), fue retenida por agentes judiciales que la maltrataron psicológica y sexualmente. Todo, por haberse metido con las redes del poder.


* Poniatowska Elena. La noche de Tlatelolco. Editorial ERA. 1997, 282 páginas.

Es una crónica basada en la matanza estudiantil sucedida durante el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, también conocida como Conjunto Habitacional de Tlatelolco, en Ciudad de México. La autora recopiló una serie de testimonios que recogen el pensamiento y sentimiento de personas a favor y contra el movimiento estudiantil. La segunda parte del libro se trata de la noche de la masacre y los sentimientos de los estudiantes, víctimas y familia.


* Capote Truman. A sangre fría. Edivisión. 1994, 245 páginas.

Se trata de una crónica apasionante en la que Capote narra la historia del asesinato de la familia Clutter en Holcomb, Kansas, así como la búsqueda, arresto y posterior ejecución de los criminales Dick Hickock y Perry Smith. La construcción de esta novela de no ficción, estrella de la corriente del “Nuevo Periodismo”, está basada en siete años de trabajo de investigación periodística del autor.


* Márquez García Gabriel. Noticia de un secuestro. Editorial Diana. 1996, 346 páginas.

Con lenguaje literario y rigor periodístico, el literato colombiano escribe magistralmente la historia real del secuestro de Maruja Pachón y otros periodistas colombianos, perpetrado por la organización criminal llamada “los extraditables”, en los años 90 con el propósito de impedir la extradición a Estados Unidos de Pablo Escobar, otrora líder del cártel de Medellín. Cabe señalar que el libro no son los acontecimientos como tal, sino el sufrimiento de las personas. La noticia es esa, cómo sufre un secuestrado, cómo sufre la familia del secuestrado, incluso los secuestradores.



De postre, algunas películas y series recomendables:

Todos los hombres del presidente. Warner Bros. 1976, 138 minutos.

Basada en el libro homónimo de Bob Woodward y Carl Bernstein, publicado en 1974, relata la historia de la investigación periodística que condujo al famoso escándalo de "Watergate", que obligó a Richard Nixon a dimitir como presidente de los Estados Unidos. 


En primera plana. Open Road Films. 2015, 128 minutos.

El filme cuenta la historia de cómo la unidad de investigación del periódico The Boston Globe, llamada “Spotlight” —la más antigua en los Estados Unidos— desenmascaró un escándalo en el que la Iglesia católica de Massachusetts ocultó un número importante de abusos sexuales perpetrados por distintos sacerdotes de Boston, y por el cual el citado rotativo ganó el Premio Pulitzer en la sección servicio público de 2003.


Reportaje. PECIME. 1953, 108 minutos.

Quién iba a imaginarse que para el año 1953 ya no se hacía buen periodismo en nuestro país y que todos publicaban las mismas noticias y la información de los boletines oficiales. Eso lo dice el dueño de un periódico al director del rotativo, y es vergonzoso ya que significa que los reporteros no buscan historias interesantes y se limitan a cumplir con el número de notas que les exigen. Y con este argumento inician los primeros minutos de la película y para poner a prueba a los reporteros, son retados a conseguir la mejor noticia del último día del año y aquel que lo consiga ganará diez mil pesos. Los reporteros salen a la calle para encontrarse con distintas historias, interpretadas por una multitud de estrellas del cine mexicano.


Tijuana. Netflix. 2019, 1 Temporada (11 episodios)

Narra el día a día de la redacción de un semanario que se juega la vida continuamente por sacar a la luz aquello que otros quieren ocultar, en este caso el asesinato a sangre fría de un político. La redacción debe convivir entre la corrupción del sistema político, el empresarial, los sindicatos y el narcotráfico. En palabras del director de la serie, “…queremos demostrar que no puede ser normal que maten a periodistas todos los días”.


Red privada ¿Quién mató a Manuel Buendía? Netflix. 2021, 59 minutos. 

“¿Ya leíste a Buendía?”, era una de las preguntas más frecuentes entre los lectores del México de los años 70 y 80. ¿A poco era muy bueno? Se preguntarán las nuevas generaciones de estudiantes y profesionales de la comunicación. Pues sí, fue uno de los líderes de opinión en la prensa escrita y por su intrépida e incómoda labor le dieron cuello el 30 de mayo de 1984. Después de casi cuarenta años del artero crimen, Netflix presenta mediante documental, las pesquisas que intentan esclarecer el asesinato del famoso periodista que no solamente sacudió al mundo periodístico de nuestro país, también a la prensa internacional.

domingo, 16 de mayo de 2021

Cantinflas en su tinta

En algunas películas a color, Mario Moreno “Cantinflas” pudo dar cachetadas con guante blanco a personajes de la vida pública interpretando diversos oficios (médico, profesor, sacerdote), ciertamente con su tinte cómico, pero con efectivas dosis de incomodidad en situaciones que no son ajenas a nuestra realidad. Considero necesario rescatar esos diálogos, esos pensamientos que el mimo mexicano interpretó y que de alguna manera pudieran servir para fortalecer la deteriorada conciencia social.


Cantinflas y la doctrina social de la Iglesia

Padre Damián: Padre Sebastián, he sabido algo que me preocupa profundamente, comprendo que lo guía una buena intención, pero me veo en la necesidad de llamarle la atención. Don Silvestre me llamó para darme una queja, se trata de que en las primeras lecciones del catecismo les ha metido en la cabeza a los niños ciertas ideas que considero altamente perjudiciales.

Padre Sebas: ¿Cómo cuáles Padre?

Padre Damián: Pues les ha dicho a los chicos que hagan ver a sus padres que el esfuerzo de su trabajo debe estar en proporción al salario.

Padre Sebas: ¡Ah, eso sí! Que si cobran más que trabajan que cobren menos, pero que, si trabajan más que cobran, pues que cobren más.

Padre Damián: ¿Y usted sabe que esas teorías ya han empezado a armar líos y que varios obreros se han presentado con Don Silvestre pidiéndole aumento en el salario?

Padre Sebas: ¡Ah pues qué bueno!

Padre Damián: ¿Bueno? ¿Por qué?

Padre Sebas: Recuerde usted que se ha de procurar que las riquezas no se acumulen en manos de los ricos y que se repartan entre los trabajadores

Doña Sara: Pero eso es comunismo

Padre Sebas: No Doña Sara, esa es la encíclica de su santidad Pío XI. Y su santidad Juan XXIII en su encíclica dice: “que los trabajadores deben ganar lo suficiente para tener un nivel de vida verdaderamente humano que les permita sacar adelante a su familia”.

Padre Damián: Pero la forma en que lo enfoca puede traer problemas.

Padre Sebas: Pues no lo creo porque su santidad León XIII allá por el año de 1891 ya lo decía en su encíclica (Rerum Novarum) “que el Estado debe ayudar a la clase proletaria, porque del trabajo y del esfuerzo del obrero salen las riquezas de los Estados”. Eso lo dijo hace mucho tiempo y no ha pasado nada. No, si es un error querer acabar con los ricos, hay que acabar primero con los pobres Padre.

Padre Damián: Eso no lo dice la encíclica.

Padre Sebas: No, eso lo digo yo. Porque acabando con la pobreza pues habrá más equidad en el mundo.

Padre Damián: ¿Cómo es posible que siendo tan olvidadizo y distraído se sepa de memoria las encíclicas?

Padre Sebas: Es que en el noviciado me pusieron como castigo aprendérmelas un día que en presencia del Señor Arzobispo dije que yo esperaba grandes beneficios del actual concurso económico

Padre Damián: Ecuménico…

Susanita: Bueno, ¿y cuáles son esos beneficios que usted espera Padre Sebas?

Padre Sebas: Pues, pequeñas cositas si usted quiere pero que hagan menos grave, menos triste a la Iglesia. ¿Por qué la Iglesia debe ser triste? Al contrario, que haya alegría. ¿Por qué debe haber esas narices arrugadas y esas caras seriotas? ¿Por qué se debe hablar en voz baja casi en secreto como ocultando algo? ¡No! Yo creo que al Señor le gustaría ver pues, sonrisas y gente contenta en su casa. Y luego esas penitencias de gente humilde, esas promesas que hacen de ir a rezarle a la virgen de rodillas y llegan sangrando. Pues si la virgen es nuestra madre, ¿y a qué madre le iba gustar ver sufrir a sus hijos?

De la película “El Padrecito”, 1964, en el contexto del Concilio Vaticano II


Cantinflas y la burocracia

Melgarejo: Así me gusta, hasta que lo reconoció, y, es más, hay cosas que pasan aquí que también la culpa es de usted, no me lo desniegue.

Licenciado: ¡Le está usted faltando el respeto a un superior! Y no me vaya a venir con la fracesita de “el ministro y yo” porque ahora no le va a servir de nada. Recuerde que lo puedo despedir inmediatamente.

Melgarejo: ¡Ah! pero no le voy a dar ese gusto licenciado, no. Desde este momento reciba usted mi renuncia irrevocable, ¿me oyó? Irrevocable

Licenciado: ¡Aceptada! ¡Lárguese!

Melgarejo: ¡Ah! ¡No, no! Tampoco así de lárguese. ¡No! Déjeme desahogarme, si tengo algunas palabras que decirles a todos mis excompañeros.

Melgarejo: Sí señor. Ustedes tienen un concepto muy equivocado de lo que es la burocracia. ¿Saben de dónde proviene esa palabrita? Buró del francés, bureau, que en español significa escritorio y cracia, del griego cratos que significa poder. En otras palabras, es decir, ustedes ejercen el poder desde los escritorios.

Pero no toda la culpa es de ustedes. No, si ustedes son buenas gentes, la culpa más bien es de sus superiores, de jefes como usted y de muchos como usted que son aves de paso, que no han sabido inculcar en los empleados públicos el verdadero sentido de la burocracia y la responsabilidad que esta encierra. Porque las fallas en la administración frenan el desarrollo, el progreso, la democracia. ¿Saben lo que es democracia? El poder del pueblo por el pueblo y aunque ustedes también son pueblo, se olvidan de los que están allá afuera, de los que esperan, de los que hacen cola como estos que también son pueblo… Y que ellos dependen de ustedes, pero ustedes también dependen de ellos porque ellos al pagar sus impuestos, sus contribuciones están pagando los sueldos de todos ustedes, sus vacaciones, sus servicios médicos, sus jubilaciones.

En otras palabras, todos necesitamos de todos, vivimos en un mundo agresivo, en un mundo angustioso, en un mundo donde nadie creemos en nadie, hemos perdido hasta nuestra propia fe porque… ¿Por qué les estoy hablando? Si a lo mejor ni me entienden, estoy predicando en el desierto, de manera que, ya me voy. Licenciado voy, no me corre. Y saben una cosa, los voy a extrañar, de manera que, adiós mis ex compañeras y ex compañeros de trabajo… si a esto se le puede llamar trabajo.

De la película “El ministro y yo”, 1976


Cantinflas y el ejercicio médico

Doctor Medina: …fui a un asunto relacionado con mi profesión, doctor.

Doctor Marín: ¿Algún enfermo?

Doctor Medina: El papá de un enfermo. El papá de un niño que no quiere darle permiso de que lo operen.

Doctor Villanueva: ¡Ah! A propósito de ese niño. He sabido que lo atiende demasiado y es un enfermo que no le pertenece.

Doctor Medina: Se equivoca usted doctor. ¿Desde cuándo los enfermos son propiedad de nosotros los médicos? “Que no toques este porque es mío”. “Que deja que grite el de más allá porque pertenece a mi institución privada”. No doctor, como dice el juramento hipocrático “en todos los hogares que deba penetrar lo haré con gusto para cuidar de un enfermo.

Doctor Villanueva: Y a mí la experiencia me aconseja que no es bueno que el paciente se encariñe demasiado con su médico o viceversa.

Doctor Medina: Y si no se encariña con su médico, ¿con quién quiere que se encariñe? En su lecho de dolor, nosotros somos sus únicos amigos, somos su única esperanza, somos como una madre. ¿Por qué cree usted que el emblema del seguro social es una mujer con su hijo en brazos? ¿Por qué se le ocurrió al arquitecto?

Doctor Marín: Está bien doctor Medina, está bien, que esto no vuelva a repetirse.

Doctor Medina: Haré lo posible doctor, pero no se lo prometo…

De la película “El Señor Doctor”, 1965. ¿Antecedente del Instituto Gesundheit!?


Cantinflas y el magisterio

También ustedes, necesitan buenos cimientos que son la educación, el respeto a sus mayores y, sobre todo, el deseo de estudiar, de sobresalir y servir a la patria. 

La misión del educador no solamente es enseñar, sino ahondar en la vida de sus alumnos, porque los niños solo tienen dos fuentes de aprendizaje: el hogar y la escuela. Si falla una, la otra no funciona. Es sencillamente como el box, usted tiene muy buena izquierda, pero si no sabe rematar con la derecha, pues todo está perdido. Así es en la vida, uno se mata enseñando, uno les está diciendo esto es lo bueno, esto es lo malo, dándoles ejemplo, pero ¿qué pasa? Vuelven al hogar, ven los ejemplos malos y ya no saben distinguir de la bueno y de lo malo y entonces, se les olvidó de lo que uno les enseñó.

De la película “El profe”, 1964.


Cantinflas y la seguridad

777: ¿Concretamente qué decía el caballero?

Policía: Hablaba muy mal de la policía.

777: ¡Ja! ¿No me diga? ¿Y usted conoce que alguien hable bien de la policía? ¿De manera que, usted es de los que habla mal a espaldas de la policía?

Detenido: ¡Y también de frente!

777: ¡Eso sí me gusta! ¡Eso sí ya me gusta! Yo creo que nos vamos a entender.

Detenido: Yo sé, que la policía está para cuidar a la sociedad que paga sus servicios. Que está para protegerla, no para ensañarse con ella

777: ¿Eso dijo usted?

Detenido: ¡Eh, sí señor!

777: Pues está bien dicho. ¿A quién no le pareció?

Detenido: También dije que caer en una delegación es peor que haber caído en otros tiempos que caer en la santa inquisición.

777: Haber, haber, haber. Sígale

Detenido: Mucho se dijo que en los gobiernos no había corrupción. ¡Ah!, que ya no habría mordidas, que la justicia no tendría precio, que habría mucha moralidad… Y ya ve usted qué ha pasado: ¡Nada!

777: Pura demagogia, pura demagogia

Detenido: Pero aquí estoy yo tratando de hacer valer mis derechos

777: ¡Ah no! Eso sí, sus derechos valen licenciado, sus derechos valen y sus impuestos siguen trabajando.

Detenido: Entonces dígame, ¿por qué no encierran a los meros gallones?

777: Porque hay escasez de huevos.

Detenido: Eso es, qué bárbaro, qué bárbaro, qué bárbaro. Tal vez esté gritando en el desierto, pero gritando. ¡Mientras permanezcamos callados, nadie va a escuchar nuestro silencio!

777: ¡Ay qué frases licenciado! ¡Qué frases! Ojalá así fueran todos los consignados.

Detenido: Así es que enciérrenme, fusílenme o hagan algo porque no les voy a dar un solo centavo a estos señores. ¡Ya lo oyeron! ¡Ni un centavo partido por la mitad! Por eso me trajeron hasta acá, por no haber aceptado el precio que le ponían a mi libertad.

777: ¿Lo oyeron? Están con sus caras de mustios. Lo oyeron, ¿verdad? ¡Digan algo! No pueden, claro, no se pueden desnegar, ¡no! ¡Ay licenciado!, de verdad tengo la piel chinita. Oiga y usted ¿nunca ha aparecido en la televisión?

Detenido: No, no, ni quiero ni falta que me hace.

777: No, ni habría patrocinadores, pues si le sacan, le sacan… Lleven a este hombre tan gritón, tan agresivo, pues tiene toda la razón. Hombres como él nos hacen falta para el desarrollo de nuestros pueblos. Porque si en lugar de dar mordida, de solapar corrupciones, denunciáramos las inmoralidades y exigiéramos nuestros derechos, otro gallo nos cantaría… Sí, así como lo oyen. Ahora no dicen nada ustedes, porque como quien dice a ustedes no les viene el saco, ustedes no son los que dice el señor, como quien dice, son de los otros…

Detenido: Entonces qué, ¿me puedo ir?

De la película “El patrullero 777”, 1978.


Cantinflas y la política que no ha cambiado

Mucho se ha dicho que se hará justicia caiga quien caiga y resulta que caen los que no debieran caer mientras aquellos, aquellos a quien les cae de todo, esos nunca caen.

Vivimos en un mundo de desorden y de violencia, un mundo donde nadie respeta a las instituciones, ni las instituciones respetan a nadie. Un mundo de injusticias donde se abusa de la autoridad que da el poder. Nosotros, la policía, debemos representar el orden y la seguridad y no convertirnos en una amenaza uniformada.

Compañeros, cuando nos demos cuenta, cuando hagamos conciencia que, más que autoridad, somos servidores públicos, nos habremos ganado el respeto de nuestros conciudadanos y la confianza de la sociedad a la cual servimos.

Palabras de agradecimiento del personaje teniente Diógenes Bravo, en la película “El patrullero 777”, 1978.


Cantinflas y la política exterior

Con humildad, con humildad de albañiles no agremiados, debemos de luchar por derribar la barda que nos separa; la barda de la incomprensión, la barda de la mutua desconfianza, la barda del odio… El día que lo logremos, podremos decir que nos habremos volado la barda… Pero no la barda de las ideas, ¡eso no! ¡Nunca! El día que pensemos igual y actuemos igual, dejaremos de ser hombres para convertirnos en máquinas, en autómatas.

Ese es el grave error de los colorados, el querer imponer por la fuerza sus ideas y su sistema político y económico.

Hablan de libertades humanas, pero yo les pregunto: ¿existen esas libertades en sus propios países? Dicen defender los derechos del proletariado, pero sus propios obreros no tienen ni siquiera el derecho elemental de la huelga…

Hablan de la cultura universal al alcance de las masas, pero encarcelan a sus propios escritores por decir la verdad…

Hablan de la libre determinación de los pueblos y, sin embargo, hace años que oprimen una serie de naciones sin permitirles que se den la forma de gobierno que más les convenga…

¿Cómo podemos votar por un sistema que habla de dignidad y acto seguido atropella lo más sagrado de la dignidad humana que es la libertad de conciencia eliminando o pretendiendo eliminar a Dios por decreto?

¡No señores representantes! Yo no puedo estar con los colorados o, mejor dicho, con su manera de actuar. Respeto su modo de pensar, allá ellos, pero no puedo dar mi voto para que su sistema se implante por la fuerza en todos los países de la Tierra.

El que quiera ser colorado, que lo sea, pero que no pretenda que inhiba a los demás.

Momento, momento jóvenes, ¿por qué tan sensitivos? Hombre si no aguantan nada. ¡No!, si no he terminado. Tomen asiento, ya sé que es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en cuanto oyen algo que no es de su agrado. Pero no he terminado, tomen asiento, no sean precipitosos, todavía tengo algo qué decir a los verdes, ¿les gustaría escucharlo?

Y ahora, mis queridos colegas verdes, ¿ustedes qué dijeron? Ya votó por nosotros. Pues no jóvenes. Y no votaré por ustedes porque también tienen mucha culpa de lo que pasa en el mundo.

Ustedes también son… medio soberbios, como si el mundo fuera ustedes y los demás tuvieran importancia muy relativa y aunque hablan de paz y de democracia y de cosas muy bonitas, a veces pretenden imponer su voluntad por la fuerza… por la fuera del dinero.

Yo estoy de acuerdo con ustedes que debemos luchar por el bien colectivo e individual, en combatir la miseria y resolver los tremendos problemas de la vivienda, el vestido y el sustento. Pero en lo que no estoy de acuerdo con ustedes es en la forma que ustedes pretenden resolver esos problemas.

Ustedes también han sucumbido ante el materialismo, se han olvidado de los más bellos valores del espíritu pensando solo en el negocio. Poco a poco se han ido convirtiendo en los acreedores de la humanidad y, por eso, la humanidad los ve con desconfianza.

El día de la inauguración de la asamblea, el señor embajador de doladronia, dijo que el remedio para todos nuestros males estaba en tener automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión. Y yo me pregunto: ¿para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos? ¿Para qué queremos refrigeradores si no tenemos alimentos qué meter dentro de ellos? ¿Para qué tener tanques y armamentos si no tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos? Debemos de pugnar porque el hombre piense en la paz, pero no solamente el impulsado por su instinto de conservación, sino fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y hacer del mundo una morada de paz y tranquilidad cada vez más digna de la especie humana y de sus santos destinos, pero esta aspiración no será posible si no hay abundancia para todos, bienestar común, felicidad colectiva y justicia social.

Es verdad que está en manos de los países poderosos de la Tierra, verdes y colorados, el ayudarnos a nosotros los débiles, pero no con dádivas, ni con préstamos, ni con alianzas militares. Ayúdenos pagando un precio más justo, más equitativo por nuestras materias primas. Ayudemos compartiendo con nosotros sus notables adelantos en la ciencia, en la técnica, pero no para fabricar bombas, sino para acabar con el hambre y con la miseria… Respetando nuestras costumbres, nuestras creencias, nuestra dignidad como seres humanos y nuestra personalidad como naciones por pequeños y débiles que seamos.

Practiquen la tolerancia y la verdadera fraternidad que nosotros sabremos corresponderles, pero dejen ya de tratarnos como simples peones de ajedrez en el tablero de la política internacional. Reconozcan como lo que somos, no solamente como clientes o como ratones de laboratorio, sino como seres humanos que sentimos, que sufrimos, que lloramos…

Consecuentemente no les he hablado a ustedes como excelencia, sino como un simple ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera, pero que sin embargo cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de la Tierra: el anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libres, el anhelo de legar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos un mundo mejor en el que reine la buena voluntad y la concordia. Y qué fácil sería señores, lograr ese mundo mejor, en que todos los hombres; blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres, pudiésemos vivir como hermanos, si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos. Si tan solo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquel carpintero de Galilea; sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: “Amaos, amaos los unos a los otros” Pero, desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos. Y ¿qué es lo que han hecho? ¿Qué es lo que hacen? “Armaos los unos contra los otros”. He dicho

De la película “Su Excelencia”, 1966, en el contexto de la guerra fría.

lunes, 22 de febrero de 2021

A cinco años de la visita del Papa Francisco a México

 “Ustedes están viviendo su pedacito de guerra, entre comillas, su pedacito de sufrimiento, de violencia (...) Si yo voy ahí, es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas (...) que ustedes saben que están sucediendo, se solucionen, porque el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los cárteles, no es el México que quiere nuestra madre”.

Entrevista que el Papa Francisco concedió a la agencia Notimex, 3 de febrero de 2016.


El pasado 12 de febrero, se cumplieron 5 años de la memorable visita del Papa Francisco a nuestro país y me llamó la atención que ningún medio católico, salvo el semanario Desde la Fe (versión electrónica) y la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación (mediante un comunicado), hicieran referencia al periplo del obispo de Roma. Considero que pudo ser una buena oportunidad para una retrospectiva de los mensajes del sucesor de Pedro y revisar qué tanto abonó a la fe de los fieles y a los quehaceres de la jerarquía eclesiástica mexicana.

De acuerdo con Bernardo Barranco, sociólogo especializado en creencias religiosas y cultura, lo que queda de la visita papal “…depende mucho de la propia sociedad; los planteamientos sociales que de manera fuerte han llegado a exponer los Papas se les resbalan a la propia jerarquía eclesial, acaso conmueve a unos cuantos. También a la clase política y a la élite gobernante, que piensa sólo en la legitimidad, en sacarse la foto de relumbrón; pero una vez que se va el Papa los contenidos se evaporan, se van”.

Un sondeo habría sido suficiente para tener un diagnóstico de las palabras o frases que los fieles recordaran del Papa Francisco. ¿Qué respuestas habrían surgido? Posiblemente lo anecdótico o sinceramente no recordarían nada de sus catequesis. En lo que sí podríamos estar seguros, es que la mayoría de los hipotéticos encuestados estarían de acuerdo en que el pontífice argentino vino a renovar la esperanza y a que le echáramos ganas.

Pero, ¿qué creen? A un lustro de distancia las cosas, al parecer, no mejoraron mucho, tan solo en el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporta que el número de católicos cayó de 82.7% en 2010 a 77.7%. Es notable el incremento que registraron los agnósticos y ateos que pasaron de 4.7% a 8.1% en sólo 10 años. Y sobre todo el incremento de los cristianos, principalmente evangélicos, que subieron de 7.5% en 2010 a 11.2% en 2020.

¿Qué revelador habría sido una entrevista con el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano sobre avances y retrocesos del catolicismo en México tras la visita de Francisco? ¿Alguna reacción por el jalón de orejas que les propinó a los obispos en la catedral metropolitana de México? Aunque lo nieguen, quedó el testimonio para la historia: “Si tienen que pelearse, peléense, si tienen que decirse cosas, se las digan, pero como hombres, en la cara y como hombres de Dios, que después van a rezar juntos, a discernir juntos y si se pasaron de la raya, a pedirse perdón, pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal”.

Entre el obispo en funciones y el emérito hay una que otra discrepancia, es normal, y se cuidan las formas para mantener al rebaño, pero cuando estos salen a la luz pública muestran lo mal que puede estar la relación. Tristemente hay algunos casos, para muestra la guerra fría entre el arzobispo primado de México Carlos Aguiar Retes y su antecesor Norberto Rivera, el del emérito de Guadalajara Juan Sandoval y el titular Francisco Robles y las posibles hostilidades entre el novel pastor de la Diócesis de Saltillo Hilario González y el emérito Raúl Vera… Ya ni se diga los desencuentros de algún sacerdote con su obispo, así como entre párroco y vicario.

Yo creo que no es justo ni del agrado de la venerada guadalupana ver a sus hijos dispersos y confrontados, desorientados y abandonados a su suerte, ignorantes y abusivos, sin esperanza ni amor. Ante este panorama, que es muy preocupante y penoso, es necesario regresar al espíritu del evangelio a la luz de las catequesis que el Papa Francisco impartió en nuestro país, ya que responden a los signos de los tiempos y a un cristianismo que apremia salir de los templos y no seguir anclado en las devociones estériles.


Postre:

Sí, hay tristeza y consternación por el fallecimiento del Padre Rogelio Montenegro, un erudito de las sagradas escrituras y respetado por sus loables esfuerzos para que los laicos fundamentaran su fe. Será difícil que alguien llene el hueco que dejó.

domingo, 7 de febrero de 2021

Prensa católica: los mejores periódicos de México

“La crisis del sector editorial puede llevar a una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales; en el celular, sin salir nunca a la calle, sin desgastar las suelas de los zapatos, sin encontrar a las personas para buscar historias”.
El Papa Francisco a los periodistas con motivo de la próxima la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2021.


A finales del siglo XX y principios del XXI surgieron en nuestro país muchas publicaciones diocesanas (periódicos, boletines y revistas de periodicidad semanal, catorcenal y mensual), órganos informativos oficiales de las Iglesias particulares con una fisonomía y una línea editorial distintos al resto de los medios impresos. En sus páginas encontramos los comunicados de los Obispos, el acontecer de la Iglesia regional y nacional, noticias de la Santa Sede, temas doctrinales, columnas y artículos que analizan la realidad social, económica y cultural del país bajo los principios del magisterio de la Iglesia. Cabe señalar que en esta tarea están involucrados sacerdotes y algunos laicos, muchos de ellos sin estudios en comunicación y diseño gráfico o editorial.

La presencia de la Iglesia en el quehacer parroquial, diocesano y episcopal, obedece al exhorto que hizo el Papa Pablo VI en el decreto Inter Mirifica, para que la Iglesia posea sus propios medios de comunicación a fin de comunicar el Evangelio y, al mismo tiempo, colaborar en la formación de la conciencia social. En nuestro país la Iglesia católica no puede poseer estaciones de radio y canales de televisión debido a la legislación en materia de medios electrónicos, pero tiene una gran presencia en la prensa con publicaciones propias.

Ocasionalmente tanto la prensa secular como la católica coinciden en el tratamiento periodístico de noticias y temas de actualidad, pero en el resto de los contenidos de las publicaciones diocesanas no hay mayor trascendencia: artículos doctrinales que pudieron ser buenos pero no lo lograron porque no es accesible a la comprensión lectora o porque los textos son muy extensos sin apoyo gráfico, mucha difusión de las actividades del obispo, repetición año con año de las fiestas del calendario litúrgico sin mayor enfoque. Y tampoco faltan quejas de los lectores: ¿es necesario que se publique la homilía que pronunció el obispo el domingo pasado? ¿Por qué el periódico ahora tiene tantos anuncios? ¿Otra vez obra y milagros del santo fulano de tal, si el año pasado publicaron su semblanza? “¡¡¡Ash!!! Ahora la Iglesia se mete en la “polaca”, que nos hablen de Dios”.

Y el tiraje, por consiguiente, sube y baja o baja según el contenido, para muestra un botón: suele suceder en las fiestas patronales, el párroco adquiere más ejemplares con la garantía de que se arme un buen reportaje en una o dos planas con la reseña de la festividad y muchas fotos, pero en la siguiente edición la venta ya no es la misma, y el sacerdote encargado del semanario o revista, junto con su equipo de trabajo o consejo editorial se cuestionen si la manera de presentarse ante los lectores es óptima o deben reinventarse por las razones expuestas…

Ante este panorama, se han realizado una serie de encuentros nacionales de periódicos católicos de nuestro país, con la finalidad de fortalecer la identidad, intercambiar experiencias y estrategias de trabajo, elevar la calidad de las publicaciones y analizar temas como la libertad de prensa.

El tema que a mí me interesa es la calidad de las publicaciones, y cuando escucho o leo este concepto me remito al contenido y al diseño. El contenido se relaciona con el empleo de los géneros periodísticos tanto informativos como los de opinión, y el diseño en la especialidad editorial. Por lo tanto, una publicación que el lector considere buena, es porque los contenidos y la manera en que estos son presentados en el impreso, además de ser visualmente llamativos, ofrecen artículos de interés. Puede haber un ejemplar con buen contenido, pero con un diseño poco o nada atractivo y viceversa.

En el tiempo en que trabajé para una publicación diocesana, tuve oportunidad de conocer otros medios impresos de la misma línea editorial y encontré cosas interesantes: un puñado de semanarios que no le pedían nada a los diarios de circulación nacional y que de cuando en cuando son materia de opinión pública, dan de qué hablar. Entre las cosas nada atrayentes: Por una parte, el diseño… Tal parece que la diagramación lo hacen en Word, Publisher o Corel, programas no aptos para el trabajo editorial. Por otro lado, el contenido: sin editorial, devociones, noticias de la Iglesia, temas de catequesis, escasos artículos de opinión. Y entiendo que muchos semanarios o boletines han salido adelante con más que buena voluntad.

También prevalece el miedo disfrazado de prudencia. Y sucede cuando un párroco condena en el púlpito una injusticia social o económica a la luz del evangelio, aquello incomoda a los autores de los atropellos o incluso al obispo en turno que le pide a su sacerdote “bajarle de tono” para no “meterlo en problemas”. El Rabí de Galilea nunca tuvo pelos en la lengua. Y alguna vez me tocó, como editor, que no se publicaran algunos artículos porque eran duros y podrían comprometer la línea editorial del semanario. Qué valentía de un obispo emérito que a lo largo de su ministerio denunció las raíces del pecado (falta de amor e injusticia) y su voz estuvo en los medios nacionales… Y en los periódicos católicos seguramente pasó desapercibida, importa más lo doctrinal y los eventos diocesanos.

No es mi apreciación personal, Jaime Septién, director del semanario católico El Observador, en diversos foros ha hecho estas observaciones:
   
“Nadie puede ostentarse como medio cuando es una publicación oficial de una diócesis, de un movimiento religioso o de una parroquia. Son voceros, no medios. Sé que esta distinción no gusta mucho a la mayoría de los productos editoriales católicos, pero tenemos que ser claros en este sentido; si no, nuestra Iglesia no va a avanzar nunca en lo que tiene que progresar la comunicación católica, un periodismo profesional, incisivo y contundente”. Y remata: “La Iglesia no sólo debe informar de su quehacer, también (debe) cuestionar y analizar las realidades temporales”.
Arnold Omar Jiménez Ramírez. Periodismo desde la Iglesia, ¿una utopía? Semanario Arquidiocesano de Guadalajara. Edición 417 del 30 de enero de 2005.

En el portal electrónico vidanuevadigital.com se publicó la nota “El periodismo católico tiene que ganarse su admisión en la plaza pública”, en el que hace referencia al tercer encuentro nacional de periódicos católicos celebrado del 28 al 30 de mayo de 2019 en la Arquidiócesis de Guadalajara, siendo Jaime Septién uno de los ponentes:

“El principal reto para el periodismo católico en México es la profesionalización de la información; es decir, pasar de la buena voluntad a ganarse su lugar, aunque sea modesto, entre los lectores (católicos y no católicos) por el interés y lo bien escrito de su información, de las opiniones, de los reportajes o las entrevistas que incluyen en sus ediciones”.

Y en la página web del semanario El Observador (elobservadorenlinea.com), nuevamente Jaime Septién señala en su nota introductoria a propósito del Segundo Reporte 2019 de Periodismo Católico, lo siguiente: “No porque soy católico me van a leer; no porque soy bueno voy a conquistar un nicho de mercado; no porque me bendijo el obispo o me paga mi orden religiosa, ya no tengo que cumplir las reglas básicas del periodismo. El derecho de admisión al que me refiero está estrechamente ligado a la calidad de los contenidos ligados a la verdad. Tenemos mucho que aportar a un hombre -como el hombre actual—sediento de absoluto.

Tras revisar la mayoría de las publicaciones católicas de nuestro país, en versión digital y no todas actualizadas o que dejaron de editarse a causa de la pandemia, puedo señalar, bajo los criterios de un buen diseño editorial (formato, uso de retícula, tipografía, armonía, contraste, disposición de las imágenes) y el uso de los géneros periodísticos (nota informativa, reportaje, entrevista, editorial, artículo de fondo, columna), qué semanarios católicos son los mejores de México. Aclaro, es mi apreciación personal y puede requerir un estudio más concienzudo, pero podemos estar de acuerdo en este “Top Five”:




Arquidiócesis de Guadalajara. Actualmente versión digital. La versión electrónica se puede consultar en www.arquimediosgdl.org.mx tiene muchos artículos de interés concentrados por secciones así como noticias diocesanas y de la santa sede. Amplía sus contenidos a través de las redes sociales (Facebook, tweeter, Instagram, youtube e Issuu). No se paga para leer la versión digital pero los editores de la publicación ponen a disposición del lector una cuenta bancaria para seguir apoyando el sostenimiento del órgano informativo de los tapatíos.




Arquidiócesis de México. Solo está disponible la versión digital que tiene costo para su consulta. La versión electrónica (www.desdelafe.mx) tiene muchos artículos de interés concentrados por secciones, así como noticias diocesanas y de la santa sede. Amplía sus contenidos a través de las redes sociales (Facebook, tweeter, Instagram y youtube).




Arquidiócesis de Morelia. Tanto la versión impresa como la digital se publicaron por última vez el 18 de octubre de 2020. No tiene versión electrónica, se mantiene en Facebook difundiendo las actividades de la arquidiócesis.




Diócesis de Ciudad Juárez. A partir de la edición 1374 (abril de 2020) se ofrece la versión digital que se puede consultar en su página electrónica https://presencia.digital/. Para leer los contenidos hay que suscribirse por una módica cuota. Amplía sus contenidos a través de las redes sociales (Facebook, tweeter, Instagram y youtube).




Esta publicación católica tiene el mérito de que es editada y publicada por laicos de la Diócesis de Querétaro. No es el órgano oficial de la citada Iglesia particular. Actualmente está disponible la versión digital y electrónica (https://elobservadorenlinea.com/), extiende sus contenidos a través de las redes sociales (Facebook, tweeter, Instagram, youtube e issuu).


Estos semanarios tienen mención honorífica:



Diócesis de Orizaba. Disponible la versión digital que se descarga sin costo. Expande sus contenidos a través de Facebook. No se apoya de otra red social y tampoco existe versión electrónica.




De la provincia eclesiástica Tlalnepantla. Es una publicación catorcenal que se distribuye en las diócesis de Cuautitlán, Texcoco, Chalco, Teotihuacan, Nezahualcoyotl, Ecatepec e Izcalli. Se apoyan en las redes sociales de Facebook, tweeter y yumpu. La versión electrónica (www.provinciadetlalnepantla.org.mx) se limita a hospedar la versión digital de la citada publicación.


Ciertamente la pandemia provocó que pararan las prensas por la falta de fieles y las ventas mermaran, por necesidad o intrepidez, se emigró al ámbito digital distribuyéndose en las redes sociales y la mensajería instantánea. Muchos por motivos económicos no han podido seguir a pesar de esta posibilidad, otros, apelando a la generosidad de los lectores, los invitan a suscribirse de manera que les permitan seguir trabajando por entregar semana a semana una publicación digna en sus contenidos y con calidad en su diseño.

Ojalá que al final de esta terrible calamidad que ha provocado el COVID-19; los semanarios, catorcenarios, boletines y revistas mensuales católicas, surjan con aires renovados en contenido y diseño. En buena medida se retomen los Encuentros Nacionales de Prensa Católica para que cada medio sopese avances y retrocesos, haga suyos los aspectos que le ayuden a prosperar y por qué no, invitar a participar a los periódicos nacionales cuyas experiencias (las buenas prácticas, desde luego) abonen al crecimiento de la prensa católica.


Otras publicaciones católicas de nuestro país:

Arquidiócesis de Acapulco: Mar Adentro. Solo versión digital vigente. En el Facebook de la mencionada Arquidiócesis se comparte el órgano informativo de los acapulqueños.

Arquidiócesis de Chihuahua: Notidiócesis. Disponible solo la versión digital. La versión electrónica (www.notidiocesis.com) está actualizada y solo utilizan Facebook como red social.

Arquidiócesis de Durango: No se encontró publicación oficial alguna.

Arquidiócesis de Hermosillo: En Marcha. Versión impresa (solo aparece la edición del 07 de mayo de 2018). La versión electrónica (www.enmarcha.mx) tiene información de hace dos meses, no está actualizada.

Arquidiócesis de Jalapa: Alégrate. Sólo versión digital que se hospeda en la página de la arquidiócesis (www.arquidiocesisdexalapa.com/alegrate).

Arquidiócesis de León: Gaudium. La versión impresa se publicó por última vez el 2 de octubre de 2020, posteriormente se continuó en formato digital y se mantiene vigente. La versión electrónica (www.gaudium.codipacleon.org) publica lo más importante de la versión digital ya que esta se vende al público. Se apoya de las redes sociales (Facebook, tweeter, Instagram, youtube e Issuu)

Arquidiócesis de Monterrey: Pastoral Siglo XXI. Solo versión digital actualizada. La versión electrónica (www.pastoralsiglo21.org) tiene información rezagada y un puñado de notas al día. Se desenvuelve muy bien en Facebook publicando las actividades de la arquidiócesis y emite algunos programas en vivo.

Arquidiócesis de Oaxaca. No se encontró publicación oficial alguna.

Arquidiócesis de Puebla: Angelus. La versión impresa y digital se publicaron por última vez el 2 de agosto de 2020. La versión electrónica (www.angelusmensajero.com) tiene información rezagada y un puñado de notas al día. Se apoya en notas de la Santa Sede. Su Facebook se limita a difundir la misa dominical, el santoral y algunos hechos relevantes de la Arquidiócesis.

Arquidiócesis de San Luis Potosí: La Red. Solo versión digital, vigente. Su única red social es Facebook dando difusión a la información arquidiocesana.

Arquidiócesis de Tlalnepantla: Cristo en medio de nosotros es en realidad un boletín arquidiocesano. La versión impresa se publicó por última vez el 2 de octubre de 2020, posteriormente se continuó en formato digital y se mantiene vigente. No tiene versión electrónica, la versión digital se encuentra en el sitio web de la citada Arquidiócesis (www.tierradeenmedio.org.mx/cristo-vive). Se apoyan en las redes sociales como Facebook, Tweeter, Instagram, Youtube y Pinterest.

Arquidiócesis de Tijuana: No se encontró publicación oficial alguna.

Arquidiócesis de Toluca: Génesis (dirigida a sacerdotes) y Mensajero de la Palabra (hojita dominical) son las publicaciones arquidiocesanas. Solo hay versión digital que se descarga gratuitamente. Se difunden a través del sitio web de la Arquidiócesis (www.arquidiocesistoluca.org.mx/publicaciones/) y Facebook.

Arquidiócesis de Tulancingo: Como tal no tiene una publicación oficial propia, por medio de la provincia Hidalgo, integrada por las diócesis de Tula, Huejutla y Tulancingo, publican y editan de manera catorcenal el periódico Luz de Luz. No hay versión impresa, solo digital y se puede conseguir en el Facebook de la citada publicación. La información es meramente diocesana, con artículos de opinión y catequéticos.

Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez: Semanario Católico. La última edición, suponemos que en versión impresa y digital, corresponde al 28 de febrero de 2016 que se puede consultar en Issuu. En el Facebook de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez y en la del mismo semanario, no hay referencia del ejemplar más reciente.

Arquidiócesis de Yucatán: No se encontró publicación oficial alguna.