viernes, 28 de octubre de 2011

Entre vivos y muertos

…noviembre abre sus días y noches anunciando que la muerte llegó entre ofrendas y responsos, anunciando al pueblo del águila y el nopal las albricias de resurrección y el camino de eternidad por el que circulan las almas y donde, nos guste o no, también tendremos que transitar…

Llega noviembre y con él el olor a vida que celebra la muerte, olor a pan y copal, a fruta y cera quemada que nos transporta a la esfera metafísica donde el ser descubre su sentido.

Entre tradiciones, mitos y leyendas, descubrimos la memoria de los seres queridos que anticiparon la esperanza del feliz regreso “a casa”, al seno del Padre, paciente y misericordioso, hasta el cumplimiento del capítulo veinticinco del Evangelio de Mateo.

Costumbres y ritos se amalgaman en la fiesta de la muerte, donde se transmite la herencia del último suspiro, donde las veladoras iluminan la magia del mole, los tamales, las hojaldras y dulces, donde existe vida mientras haya una tumba que visitar, un cempasúchil para adornar, una lágrima que guardar y una memoria sin olvidar. De cualquier modo, noviembre abre sus días y noches anunciando que la muerte llegó entre ofrendas y responsos, anunciando al pueblo del águila y el nopal las albricias de resurrección y el camino de eternidad por el que circulan las almas y donde, nos guste o no, también tendremos que transitar.

La lógica de la realidad se dispara en colores y se funde con la fantasía del recuerdo de aquellos que un día también, amasaron y cocieron a fuego lento, los platillos ofrendados en el altar que despoja a la muerte de sus caprichosos terrores y tragedias, porque de ellos aprendimos que a la muerte se le celebra, se le canta, se le pinta, se le come, se le adorna, y sobre todo con alegría y sin temor, se le espera.

Noviembre nos anticipa lo inevitable, el último suspiro de la vida, pero también iza la bandera nacional en el hasta de la Revolución, en las carrilleras de generales y adelitas que en el hambre de una vida digna, hicieron girar a toda velocidad los ejes de nuestra historia.

La paradoja de los ideales se dispararon desde las trincheras de los batallones campesinos, la sangre firmó las escrituras de las tierras para muchos jamás soñadas y para otros siempre ambicionadas, los padres de la democracia murieron y sus hijos levantaron monumentos para que las piedras critiquen, juzguen y sentencien, con olivos y laureles, la herencia nacional que ellos dispusieron. Y también, sin demagogia y discursos efímeros, noviembre es mes de la fe, defendida con la inocencia de la vida, sin culpa y con valentía, pero sobre todo con amor a esta tierra mexicana donde reina Cristo y Santa María de Guadalupe.

Noviembre de santos y beatos mártires, inscritos o santificados por la fe del pueblo, otros revolucionarios que heredaron un país donde la fe se vive desde el corazón, bendita tierra por la cual se vive y se muere y se derrama sangre de mártires, horizonte donde Dios nunca muere.

Postre

¿Reelección? ¡No! Los señores legisladores no tienen un pelo de tonto, qué mañosos. La mayoría, si no es que todos, no repetirían en el cargo. Como decía la moderadora del programa de televisión “El rival más débil”, “tú simplemente te vas. Adiós”, tal cual aplicaríamos a los diputados y senadores nuestra sentencia en las votaciones. ¡No!, no les conviene, dejar de vivir bien a costa nuestra, ¡eso no! y para el trabajo que desempeñan… Por eso, las cosas seguirán igual, los Labastida, los Noroña y tantos políticos encumbrados volverán a ocupar un escaño en otra legislatura y ni quien se de cuenta. Por eso estamos como estamos, con un bajo nivel de debate político.

viernes, 21 de octubre de 2011

San Juan de Dios, el templo de las historias tristes

El gobierno nos debe agradecer por conservar el patrimonio arquitectónico y cultural como son los templos, más aún si se encuentran en el centro histórico porque desafortunadamente prefieren invertir en edificios más rentables.

En la calle 5 de mayo y esquina con 16 oriente del centro histórico de Puebla, se encuentra el templo del ex hospital de San Juan de Dios, un inmueble sobrio que poco a poco se ha ganado la atención de propios y extraños con su fachada teñida de amarillo y ocre, además de su tablero labrado en cantera gris. En torno al citado predio compiten por la feligresía el santuario del Señor de las Maravillas, el ex convento de Santa Rosa y la parroquia de San José. Pese a ello, el edificio conserva historias de prodigiosos milagros y grandes tristezas, guarda detalles que esperan ser descubiertos, se mantiene vivo gracias al empeño del sacerdote Luis Maldonado Frutos, quien no solo ha logrado restaurarlo sin la ayuda del gobierno, también ha propiciado que la gente encuentre en ese lugar, un remanso de paz.


¿Por qué tantas lágrimas derramadas?

Hace 18 años al Padre Luis Maldonado Frutos recibió el templo San Juan de Dios, cosa que le parece un juego del destino porque siendo niño visitaba con su mamá el templo de las Maravillas y después el templo de San Juan, lugar que le producía temor entrar. Años después, siendo sacerdote, Luis Maldonado regresa con la encomienda de reconstruir material y espiritualmente el tabernáculo sin sospechar que su tarea sería intermitente.

El templo de san Juan de Dios es una obra de la Orden Hospitalaria de los Hermanos de la Caridad, mejor conocidos como “juaninos”, se construyó entre los años 1667 y 1681. El primer templo quedó destruido por un terremoto en 1711 y fue nuevamente edificado.

“San Juan de Dios es un templo que ha sido testigo mudo de la injusticia, que habla por la gente pobre porque en nuestro país la justicia es costosa”, indica el padre Maldonado. “Sobre todo, si te has dado cuenta, se respira una profunda paz y tranquilidad, síntoma de que el templo ha vuelto a la vida y que los feligreses contribuyen con ello cuando lo visitan.

“Cuando San Juan de Dios funcionaba como hospital, entre los siglos XVI y XVIII, fue uno de los mejores junto con el de San Pedro por sus avances médicos en la ciudad de Puebla, y la gente humilde, sobre todo mujeres, venían a pedir y suplicar con lágrimas por la salud de sus enfermos.

“Lo que ahora tú ves, era la capilla de hospital, tiempo después, con el asunto de las Leyes de Reforma, el hospital es materialmente separado de la Iglesia para convertirlo en cuartel militar y finalmente en cárcel cuya gestión concluyó en 1988.

“Y las historias tristes no pararon, este lugar sufrió los constantes cateos de la policía cuando había fuga de reos. ¡Gendarmes que entran a la casa de Dios para atrapar gente! Actualmente los que dicen mantener la ley y el orden, con lujo de prepotencia y armas de alto poder, entran en los templos no solo para atrapar a narcos, para asustar a la gente, ¡caray!

“La época más triste y difícil para la penitenciaría ocurrió entre los años 1950 a 1970, muchas personas venían a pedirle al Justo Juez por los familiares, amigos o conocidos en prisión, ya que en aquellos días era muy famosa por la manera que se trataba a los reos, los torturaban y la capilla de San Judas Tadeo sirvió para tales actos.”

Cabe señalar que hubo un tiempo que el templo estuvo cerrado, después del terremoto de 1985 hasta su reapertura en 1993. Desafortunadamente ese lugar ha sido uno de los más saqueados de Puebla pero conserva un aceptable acervo; pinturas de Miguel Jerónimo Cendejas, Cástulo Padilla, José María Martínez y Agustín Arrieta, así como cuadros anónimos, muebles e imágenes.


Algunas anécdotas

“Un padrecito viejito, que ya falleció y estuvo aquí, narró que en una ocasión se fugaron 30 reos del penal de San Juan de Dios, salieron por la sacristía y pues, ya te habrás de imaginar los días y las noches que ocurrieron cuando los policías y vigilantes entraban para peinar el lugar.

“Tanta fama cobró la cárcel de San Juan que hubo suicidios. El padre de quien te digo decía que fugarse de la cárcel era toda una aventura porque tenían que burlar la vigilancia, hubo unos cuantos que lo lograron, pero cuando eran descubiertos, preferían caer al vacío, desde la cúpula de la Iglesia en vez de regresar a la tormentosa celda.

“Un evento muy simpático fue el de un muchacho que le decían ‘el loco’. Este chico estaba enfermito y cada vez que podía, miraba por largo rato y diciendo cosas incoherentes o imperceptibles, la imagen del niño enfermero, que se parece mucho al niño doctor de Tepeaca. El chico dejó de venir un tiempo y cuando se le volvió a ver lo observé cuerdo. Yo digo que es un milagro. Así como él existen otras personas que están un momento mirando las imágenes y cuando les suceden cosas extraordinarias, colocan listones rojos.

“Otro hecho conmovedor que me tocó ver, fue el de un niño que venía todos los días a misa, después de cada celebración le rezaba al Justo Juez. Atrapó mi atención la devoción de este chiquillo y le pregunté por qué le rezaba a la imagen y venía todos los días a misa, el niño me dijo que estaba pidiendo para que sus padres se volvieran a unir: ‘Parece que Diosito no me quiere oír. ¿Usted sabe cuándo van a volverse a unir mis papás?’ Francamente no pude contestarle y el chamaco dejó de venir. Días más tarde el niño me buscó, estaba muy contento y le pregunté si sus papás se habían unido, me dijo que no, que su papá vino a Puebla a ver a su mamá y eso fue suficiente para estar feliz y ver que sus padres estaban unidos otra vez.”


Percepción personal del templo

El padre Maldonado tiene una impresión positiva del lugar y de las personas. “Tenemos cien niños en el catecismo, es un buen número, también funciona el único consultorio psicológico, la gente no sabe qué es un psicólogo y en qué puede ayudarnos.

“Esta Iglesia, a pesar de sus momentos difíciles y sus historias tristes, está renaciendo, lo puedes constatar. La gente viene a orar, a desahogarse, a encontrar la paz. Y aunque en Puebla hay muchas Iglesias, y la gente puede ir a la que quiera, personas que en su época vivieron por estos rumbos y que habitan en otros lugares, aquí vienen a Misa.


Entorno religioso competido

“A pesar de tener como vecinos al Señor de las Maravillas y a San José, la gente nos visita. Algunos turistas han venido y se han quedado sorprendidos por la riqueza cultural de este lugar que muchas veces puede pasar inadvertido. Ciertamente dentro del templo nos hemos esforzado por mantenerlo limpio y bien conservado, sin embargo, necesitamos arreglar el atrio y la fachada porque eso también es importante.

“Lamentablemente nos vienen a visitar y nos conocen cuando se presentan situaciones adversas como los sismos y las inclemencias del tiempo. Los trabajos de restauración del antiguo hospital de San Juan de Dios (actualmente sede del Sistema Estatal DIF), provocaron que se fracturaran las estructuras del techo, la bóveda, la cúpula y la sacristía del templo, y eso para mí fue preocupante porque es un lugar que conserva un valioso acervo histórico y cultural, además porque este templo iba a ser demolido. En este sentido, el gobierno nos debe agradecer por conservar el patrimonio arquitectónico y cultural como son los templos, más aún si se encuentran en el centro histórico porque desafortunadamente prefieren invertir en edificios más rentables”, concluyó el presbítero.

viernes, 14 de octubre de 2011

Buen gobierno y participación ciudadana

La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia.

En la democracia, la participación ciudadana es un elemento esencial que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece.

La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo responsable y con vistas al bien común. La participación no puede ser delimitada o restringida a algún contenido particular de la vida social, dada su importancia para el crecimiento, sobre todo humano, en ámbitos como el mundo del trabajo y de las actividades económicas en sus dinámicas internas, la información y la cultura y, muy especialmente, la vida social y política hasta los niveles más altos, como son aquellos de los que depende la colaboración de todos los pueblos en la edificación de una comunidad internacional solidaria.

Desde esta perspectiva, se hace imprescindible la exigencia de favorecer la participación, sobre todo, de los más débiles, así como la alternancia de los dirigentes políticos, con el fin de evitar que se instauren privilegios ocultos; es necesario, además, un fuerte empeño moral, para que la gestión de la vida pública sea el fruto de la corresponsabilidad de cada uno con respecto al bien común.

La participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia.

El gobierno democrático, en efecto, se define a partir de la atribución, por parte del pueblo, de poderes y funciones, que deben ejercitarse en su nombre, por su cuenta y a su favor; es evidente, pues, que toda democracia debe ser participativa. Lo cual comporta que los diversos sujetos de la comunidad civil, en cualquiera de sus niveles, sean informados, escuchados e implicados en el ejercicio de las funciones que ésta desarrolla. La participación puede lograrse en todas las relaciones posibles entre el ciudadano y las instituciones, para ello, se debe prestar particular atención a los contextos históricos y sociales en los que la participación debería actuarse verdaderamente.

La superación de los obstáculos culturales, jurídicos y sociales que con frecuencia se interponen, como verdaderas barreras, a la participación solidaria de los ciudadanos en los destinos de la propia comunidad, requiere una obra informativa y educativa. Sin esto se pone en peligro la participación ciudadana pues caería en posturas que llevan al ciudadano a formas de participación insuficientes o incorrectas, llenas de desinterés por todo lo que concierne a la esfera de la vida social y política, ventajosas para quien las propone e impulsa, casi como si ésta estuviera al servicio de las necesidades egoístas; y en la praxis de limitarse a la expresión de la opción superficial y manipulada. La información se encuentra entre los principales instrumentos de participación democrática.

Es impensable la participación sin el conocimiento de los problemas de la comunidad política, de los datos de hecho y de las varias propuestas de solución. Es necesario asegurar un pluralismo real en este delicado ámbito de la vida social, garantizando una multiplicidad de formas e instrumentos en el campo de la información y de la comunicación, y facilitando condiciones de igualdad en la posesión y uso de estos instrumentos mediante leyes apropiadas.

Postre

La semana pasada, el gobernador de la capital de la república mexicana, Marcelo Ebrard, sugirió la conformación de un gobierno de coalición, dado que nuestro país vive una etapa crucial de su vida política y es necesario fortalecer su vida institucional, social y económica. La propuesta es, en principio, atractiva; sin embargo, para que la suma de todas las visiones del bien común encajen, tendrán que formular un proyecto de nación que realmente ponga el interés de la nación por encima de los intereses de mafias y feudos de poder. Aunque la propuesta tenga buenas intenciones, se esconde el propósito de impedir el regreso del PRI al poder.

viernes, 7 de octubre de 2011

México de cara a las dificultades

A pesar de los progresos económicos logrados, parece agravarse el terrible contraste entre los que poseen todo y viven en el consumismo desenfrenado y los que no tienen casi nada.

En el umbral del tercer milenio, nos han tocado vivir numerosos acontecimientos llenos de incertezas y problemas frente a un horizonte lleno de esperanzas. Todos ellos se presentan bajo formas de desafío a la paciencia y a la tenacidad humanas. Con grandes esfuerzos, hoy nos enfrentamos a la vorágine económica y a diversos conflictos sociales. Las economías crecen y bajan; la democracia, unas veces se consolida y otras veces dramáticamente retrocede. Aún quedan muchos problemas debidos a la crisis económica que se presentan como nuevos desafíos igualmente preocupantes. Los índices de desempleo y subempleo siguen elevándose; en muchas zonas de nuestro país se nota el desorden total de la seguridad y la corrupción continúa minando tanto la función pública como la actividad privada.

A pesar de los progresos económicos logrados, parece agravarse el terrible contraste entre los que poseen todo y viven en el consumismo desenfrenado y los que no tienen casi nada. A esos problemas se suman los grandes movimientos migratorios, la contaminación ambiental, el peligro de la destrucción del patrimonio ecológico, una carencia generalizada del sistema educativo y una desarticulación del núcleo familiar causada por la incorporación sin juicio de estilos de vida “diferentes”. Este proceso de deshumanización conduce a un empobrecimiento moral y espiritual de las personas y de los grupos sociales, especialmente de los jóvenes y adolescentes. Ello origina una grave crisis por la ausencia de valores en el campo de la ética, de la justicia, de la convivencia social y del respeto a la vida y dignidad de la persona, lleva a la desorientación, provoca desaliento y desesperanza, así como desconfianza en las instituciones. La salida a toda esa serie de situaciones es anhelada cada vez más por quienes piden el respeto y promoción de su inviolable dignidad de personas en todos los ámbitos de la sociedad.

Nuestro país ha sido bendecido con abundantes recursos naturales; cuenta con una población en su mayoría joven; dispone de gente capacitada en diversos sectores; todavía existe la posibilidad de una religiosidad arraigada y apertura a lo trascendente. Por eso, es hora de procurar un desarrollo que no sólo multiplique los bienes materiales, sino que también los ponga al servicio de la persona y de su libertad. Por tanto, el progreso debe realizarse en el respeto a cada hombre y a cada mujer concretos, en la protección de los niños y de los ancianos. Sin el cumplimiento de estos deberes de justicia, se corre el riesgo de que no haya desarrollo. Aunque son serias las dificultades e inmensos los desafíos, grande ha de ser también el empeño para afrontarlos.

Ante un presente con incertidumbres y un futuro con interrogantes, habrá que actuar con inteligencia y generosidad, confiando en Dios que ama al hombre.

Postre

A elegir:

1. Esta semana Steve Jobs; el creador de la Mac, del iPod, del iPad y del iPhone dejó este mundo para nacer a la inmortalidad. No solo dejó un legado tecnológico, el discurso que pronunció en la Universidad de Stanford hace algunos años (se puede consultar en youtube) también es un valioso testimonio para quienes queremos ver en ese genio, a una persona tan humana como usted y como yo. Le recomiendo consultar el video.

2. ¿Qué tan cierto es que los gobiernos de los estados pactan con el crimen organizado para dejarlos trabajar a cambio de paz social? Si eso fuera cierto, ¿por qué rasgarse las vestiduras por la propuesta de Vicente Fox de negociar la tranquilidad de nuestro país con los capos? ¿Será que no tiene remedio extirpar el cáncer de la impunidad y la corrupción que afecta por igual en todos los niveles de gobierno?

3. Fue desafortunada la declaración del obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero, de que una llamada del Papa inclinara la balanza para que la Suprema Corte que ratificara las reformas a las legislaciones locales de Baja California y San Luis Potosí que penalizan el aborto en esas entidades. Si las cosas fueran de esa dimensión, estaríamos viviendo un retroceso donde el poder civil estaría confinado a las decisiones del poder espiritual. Ni lo mande Dios.