En el umbral del tercer milenio, nos han tocado vivir numerosos acontecimientos llenos de incertezas y problemas frente a un horizonte lleno de esperanzas. Todos ellos se presentan bajo formas de desafío a la paciencia y a la tenacidad humanas. Con grandes esfuerzos, hoy nos enfrentamos a la vorágine económica y a diversos conflictos sociales. Las economías crecen y bajan; la democracia, unas veces se consolida y otras veces dramáticamente retrocede. Aún quedan muchos problemas debidos a la crisis económica que se presentan como nuevos desafíos igualmente preocupantes. Los índices de desempleo y subempleo siguen elevándose; en muchas zonas de nuestro país se nota el desorden total de la seguridad y la corrupción continúa minando tanto la función pública como la actividad privada.
A pesar de los progresos económicos logrados, parece agravarse el terrible contraste entre los que poseen todo y viven en el consumismo desenfrenado y los que no tienen casi nada. A esos problemas se suman los grandes movimientos migratorios, la contaminación ambiental, el peligro de la destrucción del patrimonio ecológico, una carencia generalizada del sistema educativo y una desarticulación del núcleo familiar causada por la incorporación sin juicio de estilos de vida “diferentes”. Este proceso de deshumanización conduce a un empobrecimiento moral y espiritual de las personas y de los grupos sociales, especialmente de los jóvenes y adolescentes. Ello origina una grave crisis por la ausencia de valores en el campo de la ética, de la justicia, de la convivencia social y del respeto a la vida y dignidad de la persona, lleva a la desorientación, provoca desaliento y desesperanza, así como desconfianza en las instituciones. La salida a toda esa serie de situaciones es anhelada cada vez más por quienes piden el respeto y promoción de su inviolable dignidad de personas en todos los ámbitos de la sociedad.
Nuestro país ha sido bendecido con abundantes recursos naturales; cuenta con una población en su mayoría joven; dispone de gente capacitada en diversos sectores; todavía existe la posibilidad de una religiosidad arraigada y apertura a lo trascendente. Por eso, es hora de procurar un desarrollo que no sólo multiplique los bienes materiales, sino que también los ponga al servicio de la persona y de su libertad. Por tanto, el progreso debe realizarse en el respeto a cada hombre y a cada mujer concretos, en la protección de los niños y de los ancianos. Sin el cumplimiento de estos deberes de justicia, se corre el riesgo de que no haya desarrollo. Aunque son serias las dificultades e inmensos los desafíos, grande ha de ser también el empeño para afrontarlos.
Ante un presente con incertidumbres y un futuro con interrogantes, habrá que actuar con inteligencia y generosidad, confiando en Dios que ama al hombre.
Postre
A elegir:
1. Esta semana Steve Jobs; el creador de la Mac, del iPod, del iPad y del iPhone dejó este mundo para nacer a la inmortalidad. No solo dejó un legado tecnológico, el discurso que pronunció en la Universidad de Stanford hace algunos años (se puede consultar en youtube) también es un valioso testimonio para quienes queremos ver en ese genio, a una persona tan humana como usted y como yo. Le recomiendo consultar el video.
2. ¿Qué tan cierto es que los gobiernos de los estados pactan con el crimen organizado para dejarlos trabajar a cambio de paz social? Si eso fuera cierto, ¿por qué rasgarse las vestiduras por la propuesta de Vicente Fox de negociar la tranquilidad de nuestro país con los capos? ¿Será que no tiene remedio extirpar el cáncer de la impunidad y la corrupción que afecta por igual en todos los niveles de gobierno?
3. Fue desafortunada la declaración del obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero, de que una llamada del Papa inclinara la balanza para que la Suprema Corte que ratificara las reformas a las legislaciones locales de Baja California y San Luis Potosí que penalizan el aborto en esas entidades. Si las cosas fueran de esa dimensión, estaríamos viviendo un retroceso donde el poder civil estaría confinado a las decisiones del poder espiritual. Ni lo mande Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario