martes, 10 de abril de 2012

Campañeando


…la propaganda del Instituto Federal Electoral (IFE) para alentar el voto e ir más allá del referido derecho ciudadano, podría tener efectos negativos. Tantos y los mismos mensajes que se difunden en radio y televisión a toda hora acaban por aborrecer al indeciso o desencantado elector…


La contienda electoral por la presidencia de la república, que inició el 30 de marzo, no ha generado entusiasmo en los votantes como se esperaba. Por una parte, la publicidad de los candidatos no plantea nada novedoso, tan solo las mismas propuestas y clichés de cada sexenio: Que van a generar muchos empleos para acabar con la pobreza, pero no tienen una idea clara de cómo alentar las inversiones en otros estados de la república que no son los más prósperos del país. Que mejorarán la recaudación hacendaria, pero no saben cómo cobrar impuestos sin que afecten los intereses de los poderosos empresarios y tampoco saben cómo integrar a los comerciantes informales a la base tributaria. Que harán valer la ley y el orden para frenar tanta anarquía y no nos dicen cómo acabar con la corrupción que beneficia a quienes tienen con qué para comprar favores. Que van a mejorar el sistema educativo para que dejemos de ser un país que pasa de panzazo, pero no saben cómo meter en cintura a la clase magisterial sin lacerar sus atribuciones

Por otro lado, la propaganda del Instituto Federal Electoral (IFE) para alentar el voto e ir más allá del referido derecho ciudadano, podría tener efectos negativos. Tantos y los mismos mensajes que se difunden en radio y televisión a toda hora acaban por aborrecer al indeciso o desencantado elector. Por si no fuese suficiente el IFE organizará dos debates entre candidatos… Dudo que sea realmente un debate de ideas y propuestas, donde los ciudadanos participen con sus preguntas  y señalamientos, así como un moderador que cuestione a los candidatos sin restricciones... Pero como ningún aspirante quiere perder, difícilmente darán paso a esa mecánica que generaría más expectativas.

Otro factor más, el desencanto ciudadano por la falta de liderazgo del jefe máximo de las instituciones, por la falta de compromiso de quienes ocupan una curul en el senado de la república o un escaño en la cámara de diputados ya sea a nivel federal o local, por el incumplimiento de las promesas de campaña de quienes son elegidos presidentes municipales, por la ineptitud de un instituto político en el poder para cambiar favorablemente a nuestro país y decide mantener el estado de cosas, cuestionan al elector si vale la pena sufragar este año. La respuesta de los defraudados por quienes se supone trabajan por el “bien común” es, no presentarse el día de los comicios, posición que en nada resuelve el descontento.

Coincidiendo con Denise Dresser, lo mejor es acudir a las urnas y anular nuestro voto, con ello estaremos diciéndoles a los candidatos que sus propuestas no nos convencen y a los partidos políticos, que sus plataformas ya no nos representan. Y que la jerarquía eclesiástica mexicana no se atreva a decir lo contrario, que anular el voto es un pecado y nuestra obligación es votar, por el menos malo, pero ir a sufragar ¡Por favor señores! dejémonos de cuentos y echemos un vistazo a cada uno de los postulantes para que me digan si vale la pena ejercer nuestra prerrogativa civil:

No negamos que Peña Nieto es guapetón, carismático, con un gran respaldo económico y mediático, sin embargo, un hombre que aspira a ser presidente de México no puede darse el lujo de ignorar la realidad de nuestro país y ser un perfecto producto de la mercadotecnia para apantallar a los indoctos e indecisos votantes.  Dice que quiere ser nuestro presidente para transformar a México en un país exitoso… Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel De la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo prometieron lo mismo y nos llevaron al caos económico… Definitivamente no.

Pese a ser mujer, el triunfo no es seguro, Vázquez Mota no tiene carisma, ni ingenio, ni propuestas. Si tuviera las enaguas para desmarcarse de Felipe Calderón y su absurda guerra contra el narcotráfico, posiblemente elevaría sus bonos pero como necesita del aparato gubernamental para enfrentar la contienda y dar batalla.... Definitivamente no.

Es de sabios rectificar, sin embargo, López Obrador es un lobo con piel de oveja, ¿quién me asegura que de ganar las elecciones al poco tiempo cambia de actitud y se vuelve igual o peor que Hugo Chávez? Definitivamente no.

Y qué decir de Quadri, ese “profesor” debe salir de las aulas y darse una vuelta por México en calidad de presidenciable para que conozca la verdadera realidad de nuestro país y no ande diciendo disparates, el gobierno federal no dice esas mentiras.

De quien no se ha vuelto a mencionar y pudiera empañar las elecciones es el crimen organizado, que apoye económicamente la campaña de algún candidato a cambio de arreglos que garanticen la paz social. Ojalá no se presente algún “hecho aislado” para intimidar o asesinar a candidatos y en el peor de los casos, se integren gobiernos paralelos donde el representación legítima sea fachada para que quienes con el poder de las armas y el dinero manden sin ninguna restricción.

Ojalá que el nivel de las campañas mejore, el IFE se comporte como buen árbitro y los malosos saquen sus manos sucias del proceso.

Postre
Es preocupante la revelación que el gobierno de Guatemala dio a conocer, los Maras recibiendo entrenamiento militar por los Zetas. Los mareros, de por sí violentos y sádicos, con el adiestramiento serán muy peligrosos para los intereses del cartel que va extendiendo sus tentáculos hacia Centroamérica. ¿Alguien se atreve a detenerlos?

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