jueves, 26 de abril de 2012

La resistencia civil y sus límites


…resistir es proponer porque la resistencia es a la guerra, no a los guerreros. Es una actitud que requiere coherencia en lo privado y en lo público…


El cuarto mandamiento de Dios nos ordena honrar a todos los que, para nuestro bien, han recibido de Dios una autoridad en la sociedad. Este mandamiento determina tanto los deberes de quienes ejercen la autoridad como los de quienes están sometidos a ella. Es claro que los que ejercen una autoridad deben hacerlo como un servicio: “El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro esclavo” (Mt 20, 26).

Cuando la autoridad pública, excediéndose en sus competencias, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rechazar las exigencias objetivas del bien común; pero les es lícito defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de esta autoridad. En este sentido, la resistencia civil es una expresión de los ciudadanos que se oponen o que no ceden a la acción de una fuerza, es una muestra de oposición desarmada a la guerra. El Catecismo de la Iglesia Católica al respecto señala lo siguiente: “La resistencia a la opresión de quienes gobiernan no podrá recurrir legítimamente a las armas sino cuando se reúnan las condiciones siguientes: 1) en caso de violaciones ciertas, graves y prolongadas de los derechos fundamentales; 2) después de haber agotado todos los otros recursos; 3) sin provocar desórdenes peores; 4) que haya esperanza fundada de éxito; 5) si es imposible prever razonablemente soluciones mejores. (no. 2243)

Un hecho es catalogado como resistencia civil a partir de dos características principales: que sean acciones colectivas y eviten el recurso a la violencia. Por eso estas acciones no son parte de una estrategia de alzamiento civil y no significan apoyo a ningún actor armado, es una acción de la población civil para la población civil. Su principal objetivo es la defensa de la vida, el patrimonio cultural y la dignidad humana. No atender precisiones como las anteriores, hace que los involucrados en fenómenos de resistencia civil corran varios riesgos: que se conviertan en enemigos con posibilidades de usar la fuerza, incluso armada, para lograr sus objetivos.

La resistencia civil no es estar en contra, es una fuerza ética, política y existencial, donde la democracia es el espacio propicio para la paz. Es organización porque quiere restructurar el tejido social a través del rescate y fortalecimiento de los valores y costumbres, mediante la reducación de la gente y la realización de prácticas diarias de no violencia, el apoyo a los procesos comunitarios y sociales, el respeto a la diversidad y a la cosmovisión del pueblo.

La resistencia se ejerce en contra del detrimento de la identidad y dignidad de los pueblos; resistir es proponer porque la resistencia es a la guerra, no a los guerreros. Es una actitud que requiere coherencia en lo privado y en lo público; respaldar y promover la resistencia civil implica la búsqueda de soluciones al conflicto mediante consensos sociales, consultas y concertaciones porque con ella se vive o se permanece en la barbarie.

Postre
Ay Felipillo, ¡cómo te atreves a decir que estás indignado por los presuntos casos de soborno de Wal-Mart en nuestro país! ¿No sentiste vergüenza admitir que somos un país corrupto? ¡Cínico! Entiendo la necesidad de generar empleos pero no a cualquier costo. Aquí en la ciudad de Puebla, la cadena norteamericana de supermercados quería instalar una tienda en un predio propiedad de Infonavit La Margarita, terreno que los inquilinos han defendido férreamente por tratarse de un área verde de la unidad habitacional. Hasta el momento no se sabe el desenlace de esta lucha por la defensa de tres hectáreas arboladas. En Cuetzalan, uno de los pueblos mágicos del estado de Puebla, quieren, a como dé lugar, instalar una Bodega Aurrerá, en detrimento  del pequeño comercio y la cultura indígena.

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