…hoy el enemigo del hombre se llama hombre, hoy se anuncia
otra cabalgata apocalíptica de la muerte que empuña la hoz de la injusticia
para arrasar con todo aquel que de culpa sólo tiene el haber nacido ahí,
precisamente donde ya no hay ojos para mirar, donde los oídos han perdido su
sensibilidad y el tacto sólo recoge la aridez del orgullo y la necedad…
Cuando la diplomacia pierde su encanto, cuando se ha agotado
la fuerza de la razón, cuando triunfa el odio sobre la bondad del corazón,
suceden acontecimientos que elevan la intolerancia hasta el punto de lacerar la
faz del mundo que se esfuerza por mantener la tranquilidad de las heridas que
la historia ha marcado sobre su rostro.
Rostro triste por las heridas, cada vez más profundas, que
se dibujan sobre la geografía de una humanidad que no ha aprendido, ni deseado
alcanzar la utopía que en herencia han legado sus grandes maestros y
pensadores. Pensadores que denuncian las consecuencias del cataclismo
desencadenado por Adán y que en nombre del Dios de cada quien, se han adueñado
de las personalidades, elevándolas y dejándolas caer en el abismo inmenso del
destino cruel y sanguinario.
Sanguinario es el futuro que hoy contemplamos, hoy el
enemigo del hombre se llama hombre, hoy se anuncia otra cabalgata apocalíptica
de la muerte que empuña la hoz de la injusticia para arrasar con todo aquel que
de culpa sólo tiene el haber nacido ahí, precisamente donde ya no hay ojos para
mirar, donde los oídos han perdido su sensibilidad y el tacto sólo recoge la
aridez del orgullo y la necedad. Necedad que engaña y que arremete contra los
inocentes que morirán y seguirán muriendo como tributo a lo que no se quiso
evitar y a lo que si se quiso vivir.
Vivir una guerra más es preparar honores a los héroes,
erigir tumbas a los caídos, negar el perdón a los derrotados, reconstrucción de
lo que nunca se debió derribar sino acrecentar, sembrar el terror para que lo
cosechen quienes nunca lo soñaron, dividir opiniones entre pueblo y
gobernantes, lanzar la moneda al aire y desestabilizar economías enriqueciendo
a los que tienen y quitando lo que no se tiene (incluyendo la dignidad), estar
dispuestos a escribir con letras escarlatas la memoria histórica que leerán con
o sin compasión los que llegaron al nuevo milenio siendo niños y jóvenes.
¡Jóvenes ustedes no saben lo que es vivir el horror de la
guerra!, gritó una voz (incansable y firme) que un día subió a la barca de
Pedro para guiarla en medio de murmullos seculares a fin de no encallar sino de
testificar la presencia del único camino, de la primera verdad, de la eterna
vida; abriendo el costado herido de la misericordia a aquellos que vivirán
observando la devastación del propio orgullo con la creencia de que nunca
fueron ellos los culpables.
Por los que morirán en el combate, por los que nunca
volverán a ver al padre, al hijo, al hermano, al amigo, por los que reiniciaron
el éxodo abandonando su tierra prometida, por los que vivirán interminables noches
de insomnio, bajo los sedantes efectos del remordimiento en la conciencia, por
los que nunca hemos vivido en la dictadura del odio, por los santos inocentes
de todo el mundo, ¡Nunca la Guerra!
Postre
¿Se abarata el nombramiento de “Pueblo Mágico”? Quiero suponer
que no, tengo entendido que para conseguir la certificación, además de cumplir
con los requisitos, se sigue una rigurosa evaluación que toma tiempo. En este
año, Pahuatlán, Chignahuapan y Cholula (San Pedro y San Andrés), municipios del
Estado de Puebla, se sumaron a la lista de Pueblos Mágicos, de los cuales,
Cuetzalan y Zacatlán ya están incluidos. Están en lista de espera
Tlatlauquitepec, Tetela de Ocampo y Tochimilco…
Me sorprende que en poco tiempo los sitios mencionados adquirieran
la categoría ya que no alcanzan a cumplir por completo los estándares
requeridos del programa. Más vale que los intereses comerciales no afecten la
vida de los lugareños y realmente se vean beneficiados, incluidos a los
indígenas, quienes no siempre son favorecidos y sí menospreciados.
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