Este domingo 13 de septiembre, fecha que conmemora la gesta de los Niños Héroes, inicia el conteo regresivo para festejar el bicentenario del inicio de la independencia de México y el centenario de la revolución mexicana, momentos claves en la Historia de nuestro país que, como quiera que sea, son motivo de orgullo y al mismo tiempo, de insatisfacción. De vanagloria por vivir en un país más o menos libre en comparación a Venezuela o Cuba, ya ni se diga en los países de regímenes totalitarios. De descontento porque seguimos siendo sometidos a los avatares de nuestro vecino del norte, antaño y ahora subordinados silenciosamente al país ibérico, de disgusto por la incapacidad vitalicia de la clase política mexicana. En fin, pese a esas y otras vicisitudes este mes somos muy mexicanos y de diversas maneras expresamos nuestra querencia por este hermoso país, y el próximo año, con algo más que orgullo patriótico, pienso que debe ser ocasión para una seria autocrítica y propiciar la construcción de una auténtica unidad nacional, no solo lisonjas que se limiten a mitigar la actual y dolorosa coyuntura.
Revisando las crónicas de los primeros cien años del México independiente, encontré, además de pomposas fiestas y desfiles con invitados de lujo, el carácter que Porfirio Díaz le impregnó a esos festejos: la reafirmación de su régimen. Tenía la necesidad de mostrar ante los países del mundo y sus inversionistas que nuestra patria, era una nación importante, progresista y confiable. El prestigio internacional de México se fincaba en su disposición a la inversión extranjera, las garantías y privilegios que el gobierno mexicano les otorgaba. En 1910 el régimen porfirista quiso asegurarse un lugar digno en la comunidad mundial. “El primer centenario debe denotar el mayor avance del país con la realización de obras de positiva utilidad pública y de que no hay pueblo que no inaugure en la solemne fecha, una mejora pública de importancia”.
A un año del magno festejo, ¿qué perfil desea darle el jefe del ejecutivo a las fiestas que presidirá? ¿Será una celebración austera? ¿Habrá una faraónica obra que deje para la posteridad? ¿Existe un entusiasmo entre los mexicanos por tal acontecimiento? ¿Sobran o faltan motivos para unirse a estos festejos? Al tiempo.
Postre
José Santos, Responsable de Comunicación Social de la Diócesis de Tehuacán, me envió un cuestionario que él título “10 preguntas patrias básicas”, ya que en pleno mes patrio los reporteros, además de buscar la nota, aprovechan estos días para preguntar o sondear lo que se supone todo mexicano conoce de su país. Para no hacer el oso ante cámaras y micrófonos, conviene buscar en el “mataburros” las respuestas a estas preguntas. ¡Buena suerte!
1. ¿Se sabe la letra del Himno Nacional Mexicano? Completa, no las dos estrofas que comúnmente entonamos.
2. ¿Te sabes el Himno del Estado de Puebla?
3. ¿Cuáles son los Símbolos Patrios?
4. ¿Dónde es la cuna de la independencia? Una pista, el estado de Guanajuato, no es.
5. ¿Quiénes son los héroes que nos dieron patria y libertad?
6. ¿Qué significado patrio tienen los colores de la Bandera Nacional?
7. ¿Qué historia tiene el escudo en nuestra bandera nacional?
8. ¿Quién escribió los “Sentimientos de la Nación”?
9. ¿Cómo están constituidos los poderes de la nación?
10. ¿Cómo está constituida geográfica y socialmente nuestra nación mexicana?
Algunas soluciones a este sondeo las encontrará en el siguiente número.
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