“Nuestro peor enemigo es la creciente miseria y el oportunismo, las facciones, el pistolerismo, las mafias enriquecidas con el descuento de nuestros miserables sueldos”. Lo anterior es el fragmento de un desplegado que publicó el Comité de Lucha Pro Pliego Petitorio y Democratización de la Sección 9 encabezado por Othón Salazar en julio de 1956. Ustedes preguntarán quién es ése señor. Bueno, además de haber sido profesor normalista, fue el carismático líder de la sección 9 que luchó por la democratización sindical y la reivindicación de las condiciones económicas y laborales del magisterio de su tiempo. Por si no fuera suficiente, denunció a los representantes sindicales espurios, a las autoridades educativas despóticas e ineficientes y reclamó la ausencia de justicia... Por su “rebeldía” le quitaron su plaza y su salario, estuvo en la cárcel y fue alcalde de su pueblo, Alcozauca, Guerrero. En diciembre de 2008 murió en la absoluta pobreza. Poco antes de marcharse de este mundo dijo: “Nunca, ni en los peores momentos, conocí a una dirigente magisterial sindical con un estado de conciencia tan vendido a los intereses económicos y del gobierno”...
En el fracaso de la educación en México todos (padres de familia, alumnos, maestros, directivos y autoridades) estamos implicados, mucho se critica y poco se ha logrado avanzar pese a las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Antaño las evaluaciones eran desdeñadas y ahora todo tiene que examinarse, sin embargo, no se ha identificado lo que se hace bien y lo que se hace mal a fin de encontrar soluciones que permitan mejorar los resultados. Y es que no solo los alumnos reprueban, los profesores también y para colmo de males se omite parte de la Historia de México en los libros de texto.
En la inauguración del ciclo escolar 2009-2010, el presidente de México reconoció que “...se han dado casos en que la plaza para los maestros se resolvía con una palanca, con una influencia, con un contacto, con un compadre y la verdad eso se está acabando gracias a la voluntad de los propios maestros de decir aquí en México las plazas ni se venden, ni se compran, ni se heredan, ni se transan. Las plazas se concursan y entran las mejores y los mejores maestros.” ¿Será?
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