miércoles, 4 de noviembre de 2009

¡No! ¡cómo crees!

Soy Jesús Torres, contador de profesión y uno de los millones de desempleados a causa de la crisis económica que atraviesa nuestro país. Quiero manifestar que políticamente estoy muy decepcionado. Con la esperanza de que mejoraran las cosas le di mi voto al partido tricolor en las pasadas elecciones federales y miren lo que hicieron estos infelices. A pesar de sus enredos y raros cabildeos, aprobaron aumentar los impuestos y con tal de no pagar el costo político, le endosaron la factura al presidente. ¡Qué fácil! “PRImero la gente”, ¡pamplinas! Tampoco se me olvida que Felipe Calderón se comprometió públicamente a no aumentar el precio de la gasolina el resto del año y resulta que siempre sí porque no hay dinero para continuar con los programas de... ¿Cómo dijo? ¿Asistencia social o combate a la delincuencia?

Incrementar los gravámenes, a mi manera de ver, evidencia que la pobreza seguirá siendo subsidiada, la gente como siempre, estirará la mano para que le den su dinerito, su despensa mensual, y de paso, controlarla, volverla conformista. ¡Ya estuvo bueno seguir sumidos en la inopia, no nos merecemos esto! Cómo carambas no se le prende el foco al panzón ese para que se fortalezcan y se creen micro y pequeñas empresas con atractivos incentivos para que se generen empleos, se reactive el consumo y la gente logre su prosperidad. Algunos empresarios fuertes, boyantes, los que sí cumplen con sus obligaciones fiscales señalan que estos incrementos, lejos de beneficiarnos, van en detrimento de la calidad de vida, atinadamente indican que el gobierno no administra bien, no sabe recaudar y para colmo de males dilapida recursos. ¿Alguien opina lo contrario?

Veamos, ¿por qué no quieren cobrar impuestos al comercio informal? ¡No! ¡Cómo crees! La piratería y el contrabando aniquilarían a las empresas bien establecidas. Bueno, entonces cómo le hacemos. ¡Ah!, ya sé, que aumenten el precio de los refrescos. ¡Tampoco!, eso atenta contra la canasta básica, qué no ves que los mexicanos si no tienen su coca para el desayuno, la comida o la cena, se desmayan, protestan. ¡No!

¡Caray! no se me ocurre otra cosa. Aunque les digamos a los diputados, senadores, magistrados y funcionarios públicos de alto nivel que se solidaricen con el país rebajando sus sueldos... ¡No! ¡cómo crees! ¡Sueñas!

Bueno, entonces dime cómo este ineficaz gobierno (y los anteriores, que no se nos olvide) puede captar recursos si se le está acabando el petróleo. ¿Por qué no pedir ayuda técnica y financiera a Brasil, un país productivo, para emular su desempeño? ¿Por qué seguir dependiendo y mendigando a nuestro vecino del norte que nos trata con la punta del zapato? Ya estuvo bueno de que nos sigan exprimiendo y seguir calladitos, aguantándonos la muina. En eso tienes razón, pero de nada sirve protestar si no hacemos algo en concreto, aunque déjame decirte que en este país no hay ningún líder capaz de encabezar un fuerte movimiento social que cimbre las estructuras del poder para poner un hasta aquí...

Me cuesta trabajo aceptar que pronto voy a ser policía, no será mucho lo que gane. Por lo pronto tendré chamba aunque será una etapa difícil, pondrá a prueba mi integridad. Confío que las cosas se compongan para volver a ejercer mi profesión en la primera oportunidad que se me presente y, quizás pagar mis impuestos. Ja, ja, ja. ¡Cómo crees!

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