domingo, 12 de marzo de 2017

La Iglesia de la Utopía: Cuarto año de pontificado del Papa Francisco

Hace siete años me llegó por correo electrónico un texto titulado “La Iglesia de la utopía”, el artículo propone doce hipotéticos escenarios por los que, bajo el signo de los tiempos, debe transitar la Iglesia católica. En una primera lectura las propuestas son imposibles de realizar, no faltarán obispos, cardenales o funcionarios de la curia romana de orientación conservadora que lo tachen de herejía, sin embargo, hay gente descontenta con el sistema eclesiástico y dogmático que vería con esperanza una renovada teología en esos apuntes. En este sentido el Papa Francisco ha dado los primeros pasos para presentar una Iglesia católica más cercana al pueblo, una Iglesia católica más misericordiosa y menos palaciega, una Iglesia de Jesús donde la utopía podría pasar a los hechos.


En los años anteriores he recogido las 30 frases más significativas del Papa Francisco por cada año de su pontificado, en esta ocasión, los doce hipotéticos escenarios de “La Iglesia de la utopía”, están en vísperas de hacerse realidad por cada una de las acciones y dichos del pontífice argentino que cumple cuatro años de pontificado. Lo pongo a su consideración y reflexione:



Imagina que la Iglesia estuviese verdaderamente dispuesta a asumir que ha sido enviada a dar la Buena Noticia a los pobres y asumiera todas las consecuencias de su compromiso de servir a los pequeños…

Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. (Vigilia de Pentecostés, 18 de mayo de 2013)


Imagina que laicos y pastores pudieran encontrarse en un diálogo fraterno y abierto sobre los signos de los tiempos que demandan el testimonio profético que denuncia y arriesga nuevos caminos...

…ustedes levanten la mirada, miren ‘fuera’, a los muchos ‘lejanos’ de nuestro mundo, a las tantas familias en dificultad y necesitadas de misericordia, a los tantos campos de apostolado aún por explorar, a los numerosos laicos con corazón bueno y generosos, que con gusto pondrían al servicio del Evangelio, sus energías, su tiempo, sus capacidades, si se les implicara, valorizara y acompañara con afecto de parte de los pastores y de las instituciones eclesiásticas. (Exhortación del Papa Francisco, a los participantes en la Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos. 17 de junio de 2016)


Imagina que la Iglesia comenzase por cuestionar su propio ejercicio del poder, respetando las diferencias y el derecho a discrepar, sin excluir a nadie, estableciendo un auténtico espíritu democrático y participativo...

…el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños; eso que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado. Sólo el que sirve con amor sabe custodiar. (Fragmento de la homilía del Papa Francisco por el inicio de su ministerio petrino. 19 de marzo de 2013)


Imagina que la Iglesia hiciese el mismo itinerario de su Maestro y fuese corriendo al encuentro de la Humanidad toda, que está falta de afecto y de pan, para anunciarle la Buena Noticia de la dignidad y de la paz...

Lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia es capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones. Cercanía. Proximidad. Como un hospital de campaña tras una batalla. (Fragmento de la entrevista a la revista Civiltà Cattolica que se publicó el 21 de septiembre de 2013)


Imagina que la Iglesia tuviera en cuenta al formar a sus cuadros la realidad socioeconómica, la diversificación de las culturas, la influencia de las ciencias humanas, la hermenéutica bíblica, la sexualidad...

La Iglesia toma con mucha seriedad las distintas culturas y aún más cuando son poco respetadas. Por eso valora las vocaciones indígenas y procura ofrecerles una formación adecuada. Además, porque las personas que hablan las lenguas indígenas son cristianos y tienen derecho a pastores que evangelicen su cultura. (Fragmento del documento “El don de la vocación sacerdotal. Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis”. 8 de diciembre de 2016)


Imagina que la Iglesia revisase toda su moral a partir del Evangelio y de una vez por todas, barriese todas las aberraciones que escribió respecto del sexo y exaltara el cuerpo como fuente de vida y gozo…

Es difícil pensar la educación sexual en una época en que la sexualidad tiende a banalizarse y a empobrecerse. Solo podría entenderse en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua (…). El impulso sexual puede ser cultivado en un camino de autoconocimiento y en el desarrollo de una capacidad de autodominio, que pueden ayudar a sacar a la luz capacidades preciosas de gozo y de encuentro amoroso. (Fragmento del capítulo “Sí a la educación sexual”, de la Exhortación apostólica sobre el amor en la familia, Amoris Laetitia)


Imagina que la Iglesia fuese consecuente en sus declaraciones contra el machismo y abriese para la mujer las mismas oportunidades, tanto en el plano de los ministerios como en el de las decisiones...

A la mujer no sólo hay que escucharla más, sino que su voz debe tener un peso real, una autoridad reconocida, en la sociedad y en la Iglesia. (Audiencia general del Papa Francisco. 15 de abril de 2015)


Imagina que la Iglesia dejase a las parejas la libertad decidir el método que mejor les pareciese para la planificación familiar, y no los maldijese, reproduciendo hoy la torcida moral agustiniana...

Algunos piensan, disculpen si uso la palabra, que para ser buenos católicos tenemos que reproducirnos como conejos, pero no (…) la Iglesia promueve la paternidad responsable. (Conferencia del Papa Francisco en el avión que lo llevó de Manila a Roma. 19 de enero de 2015)


Imagina que la Iglesia tuviese la sensibilidad de acompañar la evolución de la humanidad y tratase con el mismo cariño de Madre a aquellas personas que deshicieron su unión conyugal pero que continúan su camino en la búsqueda del amor y de la felicidad…

Cuando el amor fracasa, porque muchas veces fracasa, debemos sentir el dolor del fracaso, acompañar a las personas que tuvieron este fracaso en su propio amor. (Fragmento de la homilía del Papa en Santa Marta. 28 de febrero de 2015)


Imagina que la Iglesia cuestionase la obligación inhumana del celibato, que, impuesta a los clérigos, se hizo obsoleta en la historia, y hoy contribuye a la mentira y el desequilibrio humano y afectivo...

La Iglesia católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos, hay en el rito oriental. Porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta. (Entrevista al Papa Francisco durante el vuelo de regreso de Río de Janeiro. 27 de mayo de 2014)


Imagina que la Iglesia acogiese en un abrazo tierno y fraterno a todos aquellos hermanos en el sacerdocio ministerial que, casados, hicieron más completo su ministerio al expresar con la vida en pareja lo que hay de más bello en la creación: mujer y hombre a imagen de Dios...

Debemos analizar si los ‘viri probati' son una posibilidad y también debemos establecer cuáles tareas podrían asumir, por ejemplo en comunidades aisladas. La Iglesia siempre debe reconocer el momento justo en el que el espíritu pide algo. (Fragmento de la entrevista que la revista alemana “Die Zeit” hizo al Papa Francisco. 08 de marzo de 2017)


Imagina que la Iglesia cambiase sus criterios para seleccionar sus cuadros de mando y sólo tuviese en su jerarquía gente capacitada, abierta, equilibrada, madura humana y afectivamente, capaz de entregar su propia vida por amor al Reino...

El cardenal entra a la Iglesia de Roma, no entra a una corte. Evitemos todos y ayudémonos a evitar costumbres y comportamientos de corte: intrigas, chismes, grupos, favoritismos, preferencias. (El Papa a los nuevos cardenales, 23 de febrero de 2014)


Cabe señalar que el artículo se publicó en la revista “Misión Joven” editada por los salesianos de España y lo retoma el sitio web www.feaddulta.com

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