viernes, 7 de abril de 2017

Orígenes del Viernes Santo

En la Nueva España, fueron los frailes franciscanos, agustinos y dominicos quienes establecieron el culto y la práctica de la Procesión del Viernes Santo, con finalidades de catequización a los aborígenes de esta inventada América, en el siglo XVI.

Por Héctor Azar *


La presencia de Jesucristo en el mundo parte en dos el rumbo de la eternidad: Antes de Cristo y Después de Cristo. Acontecimiento mayor en la historia del planeta Tierra; insólita efeméride que no ha encontrado superación durante 20 siglos. La Pasión del Hijo de Dios hecho Hombre impactó cerebros y sensibilidades, dando lugar a una manera de ser y de estar en la vida matizada por conceptos filosófico-cristianos que trasciende tiempos y espacios, llenando de esperanza a los seres humanos acerca de una vida mejor así en la tierra como en los cielos.

Acontecimiento de tal naturaleza -La Pasión de Dios hecho Hombre- habría de obtener la consistencia de una fuerza intelectual y sentimental nutrida por el pensamiento de Tomás de Aquino, el Angélico Maestro, y de Agustín, Obispo de Hipona. Santo Tomás y San Agustín establecieron las bases de la única institución monumental que ha podido sobrevivir a las borrascas y a las tormentas del género humano, por encima de cualquiera otra edificación transitoria o efímera durante 20 siglos. Para ello, la catolicidad renueva su fe, estimula su esperanza y practica cada vez menos su exigua caridad, mediante celebraciones y trashumancias religadoras -esto es: religiosas- en las que el teatro sacro se fusiona con lo profano para animar el alma colectiva.

Este es el posible origen del Via Crucis o Vía Dolorosa de Jesucristo que diera lugar lo mismo a procesiones que a representaciones espectaculares como las que se efectúan en todos los pueblos y ciudades de México y probablemente de todo el mundo católico cristiano. Procesiones y representaciones teatrales que alcanzan su culminación en las celebraciones dramáticas y aún patéticas del Viernes Santo.

Son cuatro los grandes lugares en que se celebra la procesión del Viernes Santo y su profundo misterio pascual: Sevilla, España, en donde la fastuosidad abruma el fervor religioso matizado con espléndidos cantos flamencos. En amargo contrapunto, Taxco e Iztapalapa en México celebran la Semana Mayor verdaderamente insólita por el contenido humano que conllevan; y finalmente una pequeña villa alemana, Oberammergau, en que la culminación de la Semana Mayor, el Viernes Santo, se lleva a cabo mediante una muy cuidada representación teatral que estremece al turismo europeo cada diez años.

En la Nueva España, fueron los frailes franciscanos, agustinos y dominicos quienes establecieron el culto y la práctica de la Procesión del Viernes Santo, con finalidades de catequización a los aborígenes de esta inventada América, en el siglo XVI. De manera espectacular, aprovecharon las impresionantes tradiciones aborígenes protegiendo y estimulando las danzas y los cantos de los llamados indios, orientados hacia la nueva religión.

Los sacerdotes evangelizadores del siglo XVII, pronto se dieron cuenta de que el culto precolombino era preferentemente externo y ello propició que la implantación de la doctrina cristiana partiese del interior del templo, fuera por los atrios y saliera a las calles para inundar con sus preceptos religiosos todos los caminos que conducían a México y a la América hispana entera.

Las ciudades como México, Puebla, Guanajuato, Morelia, Zacatecas, San Luis Potosí, Mérida y las etnias chiapanecas, desarrollaron celebraciones religiosas con marcada devoción y decidida entrega, en expiación de la culpa de vivir en un mundo de agudas carencias económicas y espirituales, y en espacios donde el buen gobierno, en frecuentes ocasiones, brilla por su ausencia.


*dramaturgo, poeta y ensayista mexicano. Nació el 17 de octubre de 1930 en Atlixco, Puebla. Se desempeñó como Secretario de Cultura en su estado natal durante el gobierno de Manuel Bartlett Díaz, donde desarrolló diversos proyectos teatrales y literarios. Murió el 12 de mayo del año 2000.

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