El domingo de la semana pasada, 24 de enero, se dio a conocer el mensaje del Vicario de Cristo para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebrará el 16 de mayo y lleva por título: “El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra”. El Papa pide a los presbíteros proclamar, la Buena Nueva a través de los recursos de comunicación e información disponibles en internet (blogs, redes sociales y podcast), de tal manera que se abran amplias perspectivas para pregonar las excelencias del evangelio con los ojos de hoy, para descubrir el rostro de Cristo, para abordar diversos temas y problemáticas actuales, además sumar esfuerzos de colaboración no solo entre los católicos, también entre los que no creen y desconfían, entre los creyentes de otras religiones y los que no conocen a Dios.
La red social de videos católicos (www.tucristo.com), el Centro Católico Multimedial (www.ccm.org.mx), la Red Católica de Monterrey (www.redcm.net), el lugar de encuentro de los católicos en internet (www.catholic.net), el canal de videos de la Santa Sede (www.youtube.com/vatican), el sitio web del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales que emplea aplicaciones como Facebook y i-Phone, entre otras iniciativas bien elaboradas y creativas, dan cuenta de la utilidad de la red de redes para hacer realidad la petición del rabí de Galilea, llevar a todos los rincones del mundo su mensaje.
La exhortación del Papa no sólo debe limitarse a los clérigos, a propósito del año jubilar sacerdotal, también hombres y mujeres de vida religiosa están llamados a comunicar a Dios y darlo a conocer con valor e ingenio. Sobra decir el papel de los laicos que invierten tiempo, esfuerzo y talento para apoyar y generar iniciativas. Sin embargo, a pesar de las facilidades con las que contamos para llegar a millones de personas de todo el mundo, a un clic de distancia, no perdamos de vista el arduo trabajo que significa sembrar la simiente de esperanza y justicia en nuestro entorno, de ir en busca de las ovejas perdidas, de rescatar las ovejas descarriadas, de sanar a las ovejas lastimadas, de animar a otras ovejas para que vengan a nuestro redil y mucho de esa tarea depende de nuestro testimonio de vida derivado de la congruencia entre pensar y hacer, comprometerse y ser genuino, leal y generoso, arriesgado y alegre. Y es que de nada sirve tener templos arreglados, con bonitas fachadas si la gente no acude a ellos, como tampoco de nada sirve tener páginas web interactivas atractivas si son pocos los usuarios los que ingresan a ellas.
Así pues, no nos contentemos con predicar en el púlpito de la Iglesia o en las palestras virtuales, también es necesario salir a evangelizar en las plazas públicas, como antaño lo hizo el rabí de Galilea que, por cierto, tiene su perfil en Facebook y muchos seguidores que están empeñados en ser fieles servidores.
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