Las Fiestas Patrias son la celebración de la independencia de México, de su nacimiento como Estado soberano en el concierto internacional de los pueblos. Es el cumpleaños de México. Aunque realmente nuestra independencia se consumó el 27 de septiembre, el 16 fue el inicio, el arranque de la decisión de un grupo de mexicanos que se lanzaron a la empresa, pero siguieron mandando las autoridades españolas. No éramos aún independientes.
El día 27 de septiembre fue la consumación, la efectividad de la independencia: el virrey O'Donojú reconoció el hecho y firmó el acta de independencia cesando en su ejercicio a las autoridades españolas. Celebremos ambas fechas: del inicio y de la gloriosa terminación ¡Ambas son en septiembre!
Cuando felicitamos a una persona por su cumpleaños le deseamos muchos días de éstos y muchas felicidades. Lo mismo hemos de desear a México: muchos años como Estado soberano y en medio de una conveniente prosperidad.
Desear para nuestra Patria “muchas felicidades” debe comprometernos a esfuerzos muy serios y sostenidos para fomentar nuestra personalidad, nuestra identidad nacional y para contribuir a crear la prosperidad que dé a la patria la felicidad que le deseamos, y que consiste en dar bienestar a todos sus hijos. El primer obligado en esta tarea son los responsables del gobierno en la nación, ellos son los depositarios inmediatos de la gestión del bien común nacional; su tarea es irremplazable. Ni con la mayor buena voluntad del mundo podríamos los particulares sustituirlo, se necesita la organización gubernamental. Pero aunado a las obligaciones y derechos de los gobernantes, cada mexicano debe en la medida de sus posibilidades, contribuir al bien común. No se trata de contribuir sólo con aportaciones económicas que se hacen mediante el pago de impuestos -que han de ser leales-, sino de las actividades y servicios propios de nuestra profesión y empleo que deben -por patriotismo- realizarse con diligencia, entusiasmo y perfección. Se trata de superar al “ahí se va”, el “a mí qué”, el “me vale”, tan característicos del temperamento mexicano y que hacen mediocre la vida nacional; se trata de inflamar el sentido de responsabilidad, de cooperación al bien social, de auténtico “patriotismo” que eleve a la patria a mayores alturas hasta colocarla entre las grandes.
Las felicidades que deseamos a México en su cumpleaños, consisten en eso: trabajo esforzado, sostenido, calificado, que genere empleos a todos los mexicanos, justo pago por su trabajo, excelencia en la producción de bienes y servicios para un decoroso nivel de vida interno, una mejor calidad de existencia, libertad y seguridad.
Felicidades a México y a cada uno de los mexicanos.
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