domingo, 15 de septiembre de 2019

Para los que no pudieron ir a Misa...



El evangelio del día corresponde a la lectura de Lucas 1, 1-32 pasaje que narra 3 parábolas: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo.

domingo, 1 de septiembre de 2019

375 años del Seminario Palafoxiano

Hemos vivido 55 años en este precioso edificio, sus once rectores posteriores se han esforzado, bajo la dirección episcopal de Víctor Sánchez, en la complicada tarea de los equilibrios entre la apertura doctrinal y pastoral al mundo y la sólida formación espiritual de los alumnos que se preparan para ser testigos del amor de Dios ante los hombres.


Por Pbro. Lic. Rogelio Montenegro

Don Juan de Palafox entendió que el seminario debía ser la razón tangible de sus proyectos pastorales, el corazón de su Diócesis y el colegio apostólico que pudiera sostener sus sueños misioneros para hacer presente el Evangelio. Por eso, el 22 de agosto de 1644, funda propiamente el Colegio de San Juan como Seminario Conciliar, dotándolo de bellos edificios colaterales a la Catedral para completar la esplendidez urbana de la Puebla de los Ángeles. Primero el Rey y luego el Papa Inocencio X, aprueban y aplauden dicha obra que unida más tarde al Colegio de San Pablo, a la Biblioteca y a la Escuela de Teología de San Pantaleón, conforman la levítica calle de nuestro orgulloso centro histórico.

Incomprensiones históricas, revueltas irrespetuosas de lo sacro, rescoldos criollos de la Revolución Francesa, despojan primero a la Iglesia de sus edificios en 1867 y en 1914 después, para que nunca volvieran a sus manos, y ahora alojan pacíficamente administraciones públicas, entre las honorables la Casa de la Cultura, mientras tanto el Seminario, portando los pendones heráldicos de Palafox, ha sobrevivido en los anexos de San Juan de Letrán en el portal lateral del Teatro Principal, junto al Templo de San Pablo de los Frailes en el edificio contiguo a la Cruz Roja actual, en casas parroquiales rurales y en muchos sitios según el fragor de las políticas y de las guerras intestinas de nuestro país.

Al lado del templo de Belén, el primer Arzobispo de Puebla, Ramón Ibarra y González, logró redimensionar los alcances académicos de nuestra institución, creando de sus contexturas, la Universidad Pontificia con variadas facultades. Finalmente, el 13 de diciembre de 1919 se instala una vez más nuestro Seminario en el Colegio Jesuita del Sagrado Corazón donde persistió aún entre la pólvora cristera y las deficiencias propias de los vaivenes sociales.

Don Octaviano Márquez, quinto Arzobispo, se afanó por edificar un espacio abierto y pedagógico en consonancia con los tiempos modernos y con las exigencias ecológicas adecuadas a las juventudes de este histórico semillero, creando un gran recinto de cristal abierto a la luz y al tiempo, que inauguramos el 6 de agosto de 1964. Le tocó a quien fuera arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca, y a su equipo, la difícil tarea de leer las constituciones y decretos del Concilio y abrir posibilidades de comprensión tanto en la conciencia de maestros como de alumnos.

“Necesitamos una verdadera renovación, cambiar de casa es una oportunidad para cambiar de actitudes, no cambiemos simplemente nuestros pecados de domicilio” fueron sus palabras inaugurales. Faltaba un año para que terminara el Concilio. Los tiempos siguientes fueron difíciles para toda la Iglesia: había que ir conformando lo doctrinal y por lo tanto todos los esquemas educacionales, a las nuevas directrices.


Lumen Gentium trazó perspectivas generales de una eclesiología más fundamentada en las páginas bíblicas del pueblo de Dios, dejando menos relieves a la Iglesia jerárquica. Gaudiem et Spes abrió la ventana al mundo, se dio cuenta del drama de la disyunción entre Evangelio y Cultura, entre actitudes veteromonacales y las primordiales exigencias del milenario mandato: “Id y haced discípulos”.

Hemos vivido 55 años en este precioso edificio, sus once rectores posteriores se han esforzado, bajo la dirección episcopal de Víctor Sánchez, en la complicada tarea de los equilibrios entre la apertura doctrinal y pastoral al mundo y la sólida formación espiritual de los alumnos que se preparan para ser testigos del amor de Dios ante los hombres.

El Padre Antonio González Bañuelos, su actual Rector, sabe que la presencia de su Santidad Juan Pablo II en nuestro Seminario en febrero de 1979, para inaugurar la III Conferencia Episcopal Latinoamericana y pronunciar su histórico discurso sobre la verdad del hombre y de la Iglesia, marcó derroteros para leer las pulsaciones e inquietudes de una Iglesia viva, y que la Exhortación Apostólica “Os daré pastores”, vino a clarificar más las líneas y las exigencias de una educación sacerdotal para nuestro tiempo.

El Seminario Palafoxiano, con sus 375 años de historia, ha sembrado espacios de reflexión, preparando a mucha gente para todos los quehaceres de la vida social, políticos, escritores, dramaturgos y sacerdotes que han estado presentes en la historia de nuestro país en momentos álgidos como la Independencia y en las decisiones cruciales del progreso de muchas comunidades.

La Iglesia de Jesucristo tiene mucho que decir al mundo contemporáneo, pero hay que buscarle nuevos giros lexicales a su dicción secular; hay que cargar de contenido las palabras y bombardear los núcleos de las conciencias dándole un lugar central y vivencial al Maestro, tanto en la investigación bíblico-teológica, como en las celebraciones litúrgicas y en los compromisos de todos los días. Se trata de marchar al ritmo de los hombres.

lunes, 24 de junio de 2019

Una reflexión a propósito del día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio)

La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe hacer valer en público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender la tierra, el agua y el aire como dones de la creación que pertenecen a todos. Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo.
Mensaje del Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz 2008


El escandaloso deterioro del medio ambiente obliga al hombre a pensar en el aspecto ecológico y a considerarlo como un grave problema que exige atención prioritaria y urgente.

El progresivo y acelerado deterioro de nuestro planeta está alcanzando efectos inimaginables de difícil solución; el exceso de anhídrido carbónico y otros gases está dando lugar al “efecto invernadero”; la destrucción de la capa de ozono, protectora ante los rayos ultravioleta, crea problemas serios para la salud del ser humano y la vida en general.

La crisis del medio ambiente se manifiesta de manera particular en América Latina, que cuenta con los mejores recursos forestales del planeta. Más del 50% de su superficie está cubierta de bosques; por ejemplo, Brasil posee el 26% del total de bosques a nivel mundial; sin embargo, se está dando una tala indiscriminada, los bosques destruidos hasta ahora son el 50% del total.

El agua contaminada es otro problema ecológico; la mayoría de los desechos humano-industriales van a las aguas. La desertización avanza por el mal uso y la mala administración de la tierra; un 35% de tierra de América Latina está amenazada con convertirse en desierto. La contaminación del aire se va extendiendo a muchas zonas urbanas.

Este tipo de ejemplos junto con sus datos precisos, se pueden multiplicar sin mayor esfuerzo, aminorando la gravedad de nuestro tema; por tanto, se exige una opción más decidida, de parte de todos, para luchar por proteger nuestro hábitat. Antes, en y después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente y el desarrollo, celebrada en Río de Janeiro, Brasil (Conferencia de Río, 1992) se quiso concientizar al mundo de la gravedad de la crisis ecológica.

La Iglesia, sin pretender tomar la ecología como tema de moda, manifestó la gravedad del problema en varios de sus documentos:

Pablo VI en 1971, ya alertaba al mundo de la explotación desconsiderada de la naturaleza y decía que comenzaba a correr el riesgo de destruirla y de ser también víctima de esa desgracia (nuevas enfermedades, poder destructor, males irreversibles, etc.). Elevaba su voz para decir que era un problema social de gran envergadura, que afecta a toda la familia humana.

Juan Pablo II afronta “la cuestión ecológica” al denunciar con claridad y valentía la incapacidad del ser humano para comprender y asumir la responsabilidad de su destino único y común; incapacidad fundada en la falta de solidaridad, en el consumismo y en la explotación del hombre y de la naturaleza.

Benedicto XVI, en diversos momentos de su pontificado, se expresó sobre el problema de la ecología, una de sus mejores manifestaciones lo hizo en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2008: “La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe hacer valer en público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender la tierra, el agua y el aire como dones de la creación que pertenecen a todos. Debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo”.

Con su Laudato si, el papa Francisco enriquece el magisterio social de sus predecesores con un asunto hasta ahora solo tratado de forma marginal: la ecología o, como él dice en el título de su escrito, “el cuidado de la casa común”. Lo ha hecho porque está convencido de que “el ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta de tal manera que el estilo de vida actual, por ser insostenible, solo puede terminar en catástrofe, como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversos países”.

Estas y otras muchas súplicas en favor de la protección del medio ambiente salen a la luz desde diferentes esferas sociales para concientizar al hombre sobre esta cuestión.

Ante las terribles evidencias de destrucción de nuestro planeta, es necesario reordenar y armonizar las relaciones entre el hombre y la naturaleza. Lograr esta nueva relación, deseo generalizado, no es fácil, ya que existen diversas posturas (Partido ecologistas, Greenpeace, movimiento animal, etc.) atrás de las cuales subyacen aspectos teóricos, también distintos. Cada posición concibe de modo distinto la relación hombre-naturaleza; lo que a su vez implica, diferente forma de contacto con el medio ambiente, distintas técnicas para ayudar a conservar los ecosistemas, mayor o menor cantidad de recursos asignados, etc.

Al buscar un acercamiento a estos aspectos teóricos sobre los derechos de la naturaleza, podemos distinguir tres corrientes fundamentales.

La primera, sostiene que, a través de la naturaleza, hay que proteger al hombre. El medio ambiente, en esta postura, no está dotado de un valor intrínseco; de tal manera que cuando se le destruye, no importa tanto, sino porque se está poniendo en juego la propia existencia del hombre.

La segunda, tomando en serio el principio utilitarista, dice que no sólo hay que buscar el interés propio de los hombres, sino de manera más general, tender a disminuir la suma de los sufrimientos y aumentar hasta donde sea posible el bienestar.

La tercera, busca la reivindicación de un derecho de los árboles y de las piedras (Aldo Leopold, Hans Jonas). Haciendo una severa crítica al humanismo moderno, más en concreto a la civilización occidental, pide una cruzada en contra de este tipo de antropocentrismo en nombre de los derechos de la naturaleza. El hombre ya no es considerado como el centro del mundo, sino el cosmos a quien hay que proteger del mismo hombre (deep ecology o ecocéntrica).

Ante estas tres posiciones fácilmente podemos advertir, que, en la primera, el hombre se convierte en el único sujeto dotado de poder, capaz de usar y hasta destruir a su arbitrio personal y según su interés (económico) todo aquello que le rodea; la solidaridad generacional y el principio de responsabilidad por proteger el mundo están ausentes.

En la segunda posición, el hombre vive con la idea de “si me sirve lo cuido y si no, hasta puede que lo destruya”. Las ansias insaciables de bienestar y comodidad, lo pueden llevar a un materialismo esclavizante que, con tal de satisfacerlo, es capaz de realizar acciones inhumanas destructivas.

La última posición señalada, la revolucionaria, encarna en sí misma un rechazo contundente a la civilización occidental; se opone de modo radical al humanismo jurídico que domina en el universo liberal moderno. Reconoce la supremacía de los valores de la ecósfera por encima de los del humanismo (la revolución en contra de los modos de pensar y los medios usados para destruir la naturaleza, es el camino para reivindicar a la naturaleza en sus derechos y entablar una nueva relación hombre-naturaleza).

Sin ideologizarnos en nuestra postura, respecto al medio ambiente, podemos lanzar una mirada a la tradición de la doctrina social católica, para que nos ilumine y comprendamos mejor, cómo y qué tipo de relación hombre-naturaleza, es la que mejor va de acuerdo al plan de Dios, Creador y Señor de todo.

Los puntos que señalo, tomados de esa tradición, forman las dimensiones integrales de la responsabilidad ecológica, que, a nivel personal y social, debe existir.

Una visión sacramental del universo centrada en Dios, donde el hombre es el responsable del destino de la tierra; el respeto de la vida humana, incluyendo el respeto de todo lo creado; una ética solidaria que implica, responsabilidad con las generaciones, una cooperación y un sistema justo de compartir; una conciencia de interdependencia y de trabajo por el bien común; la búsqueda preferencial por favorecer a los más afectados por la destrucción realizada en la naturaleza; un deseo serio, unido a mecanismos eficaces por recuperar la armonía en nuestra casa.

Ojalá que el día mundial del medio ambiente, sea una ocasión para reflexionar sobre la cuestión ecológica y favorecer posturas que contribuyan a la conservación de este mundo maravilloso en el cual estamos todos.

lunes, 10 de junio de 2019

Los niños maltratados

El 4 de junio, día dedicado a los niños víctimas de la agresión, bien vale la pena tener esta información para participar, de acuerdo a nuestras posibilidades, en las acciones que se emprendan en el futuro para combatir el maltrato infantil.


Por Alejandro Guillén Reyes *

Un niño es un ser humano pequeño de edad y por lo tanto es un ser precario en muchos aspectos, necesitando más de los mayores que lo que éstos se necesitan entre sí. Es símbolo y portador de alegría, ternura e inocencia. Jugar y aprender son sus principales actividades. Tienen una capacidad de perdonar mucho más grande que la de los adultos y son un manantial de amor cuando se sienten amados. Por lo anterior, es indignante encontrar en notas periodísticas datos como los siguientes:

5 millones de niños trabajan; 400 mil de ellos lo hacen en las calles, de los cuales, según cálculos de Organismos no Gubernamentales (ONG´S), setenta por ciento son consecuencia de la violencia intrafamiliar; 140 mil niños no tienen hogar y esta cifra se incrementa entre 7 y 15 % anualmente; 14 % de los menores que viven en las calles son menores de cinco años; 25 mil niños sufrieron maltratos durante 1997; al menos 16 mil niños han sido víctimas de explotación, etcétera, etc.

Pero iniciemos por lo que parece obvio y que por lo mismo se reflexiona o se sabe poco. ¿Qué es el maltrato infantil?

Según el Comité Nacional de Prevención de Malos Tratos a los Niños de España, se entiende por malos tratos las lesiones corporales, no accidentales, servicios sexuales y psicológicas, negligencias manifiestas y explotación infantil, así como cualquier acto que trabe el normal y creciente desarrollo mental y físico del niño.

Los primero indicios -dice el Diccionario Enciclopédico de educación Especial- de que un niño ha sido maltratado son los externos, pero también hay otros síntomas como son las pérdidas del ritmo del crecimiento y del peso, el retraimiento social, el aislamiento, la ausencia de expresión emocional o gestual, trastornos del sueño, entre otros.

En las situaciones de malos tratos a niños no parece que haya prevalecía de ningún grupo social o económico, ya que se encuentran casos en todos los grupos o capas sociales. La causa suele estar en un fallo en la dinámica familiar, fundamentalmente en los lazos afectivos, interviniendo siempre factores psíquicos y socioeconómicos.

La Comisión Internacional Permanente de la Infancia Maltratada reconoce también que los malos tratos no derivan únicamente del sistema intrafamiliar sino de ambientes extrafamiliares, instituciones, grupos sociales, etc.

Los estudios realizados sobre el tema vienen demostrando que:

* El niño deficiente mental está más predispuesto a malos tratos.

* La mayoría de las agresiones tienen lugar en el hogar.

* El agresor identificado resulta ser con mayor frecuencia la madre.

* Las edades más expuestas oscilan de los dos a los seis años.

* En la historia de los padres que causan malos tratos hay cierto número que han sido objeto también ellos de los mismos.

* Que se dan con más frecuencia en familias numerosas de cuatro o más hijos. (Diccionario Enciclopédico de Educación Especial. Volúmenes I y III. Ed. Santillana. México, 1990)

Para la dirección de Formación y Capacitación Profesional de la Procuraduría General de la Justicia del Estado, el maltrato infantil es toda agresión producida al menor por sus padres, hermanos, familiares u otras personas con la intención de educarlo, castigarlo o causarle daño, a través de acciones como: golpes, insultos, abusos de poder o autoridad, y por omisiones cuando se dejan de atender las necesidades de vida del menor, por ejemplo, alimentación, higiene, vigilancia, y afecto.

Para el estudio y atención del maltrato infantil, esta dependencia del Estado lo clasifica en:


MALTRATO FÍSICO

Acciones como golpes o lesiones aplicadas al menor con fuerza y violencia con la intención de disciplinarlo educarlo o causarle daño. Tales como quemaduras, heridas, latigazos, mordeduras, moretes y fracturas, hasta lesiones que ponen en peligro su integridad física y pueden causarle la muerte como asfixia, puñaladas, hemorragias internas o a la ruptura de diferentes órganos.


MALTRATO EMOCIONAL

Son actividades dirigidas exclusivamente a dañar la integridad emocional del menor, puede ser todo tipo de manifestaciones verbales o gestuales que humilla y degradan al niño. Su evidencia es a nivel psíquico, generándoles sentimientos de desvalorización, baja autoestima e inseguridad personal, entre otros.

Culturalmente el recurso de la violencia física o verbal se justifica en la educación de los niños. La falta de sentimiento paternal para proteger al niño, no tocarlo o no demostrarle amor constituye una forma grave de maltrato y por lo general no es reconocida como tal.


MALTRATOS POR NEGLIGENCIA O DESCUIDO

Este es un hecho muy frecuente que se caracteriza por el descuido de los padres con respecto a las necesidades de vida de los niños. Se manifiesta por la falta de control médico, alimentación inadecuada, higiene y vestuario defectuoso, mala formación de hábitos e inasistencia escolar.

Generalmente la vigilancia es deficiente y facilita accidentes como: caídas, quemaduras, intoxicaciones, mordeduras de animales, accidentes de tránsito y extravíos en la vía pública. Este tipo de maltrato ocasiona niños que practican la mendicidad, la drogadicción, la prostitución y otros.


MALTRATO POR ABUSO SEXUAL O EXPLOTACIÓN

Hay señales no verbales de los menores que son víctimas de este tipo de maltrato, por ejemplo: se resisten a participar en juegos en los que los demás se divierten especialmente cuando hay contacto físico, muestran rigidez en los músculos, se incomodan cuando alguien trata de acercárseles o tocarlos, muestran rechazo a su cuerpo, entre otros; y para detectar la agresión sexual en un menor se presentan características como el malestar físico, irritación genital, conducta agresiva, miedo sin motivo aparente, demandas de afecto, alteración de hábitos (sueños, alimentación, control de esfínteres), y rechazo hacia alguna persona en especial (el agresor) o con características parecidas a este.

De acuerdo con organizaciones civiles, la explotación sexual comercial infantil está directamente ligada a un sistema económico injusto. Los niños de la calle son las principales víctimas de bandas internacionales, integradas por individuos de mente torcida dedicadas a la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en México obteniendo cantidades millonarias, siendo las ciudades de Acapulco, Cancún, Tijuana, Guadalajara, Cuidad Juárez y Tapachula sus principales centros de operación.

El 4 de junio, día dedicado a los niños víctimas de la agresión, bien vale la pena tener esta información para participar, de acuerdo a nuestras posibilidades, en las acciones que se emprendan en el futuro para combatir el maltrato infantil.


* El autor es licenciado en Ciencias Políticas por la UPAEP, Maestro en Estudios Latinoamericanos, por la UNAM y Doctor en Ciencias de Gobierno y Política, por el Instituto en Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico, BUAP. Es Profesor Investigador de la licenciatura en Ciencias Políticas, titular de las materias Teoría Política Contemporánea y Sistema Político Mexicano. Ha escrito diversos artículos de opinión en distintos diarios locales, y colabora en diversos espacios radiofónicos y televisivos de la ciudad de Puebla.

domingo, 21 de abril de 2019

Para los que no fueron a Misa...




El evangelio del día corresponde a la lectura de Juan (20, 1-9), pasaje que narra la resurrección de Jesús: ...entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó...

En la misa vespertina se lee el evangelio de Lucas  (24 13-35), pasaje que narra el camino de Emaus: Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.

jueves, 11 de abril de 2019

Ingenio para el dolor: los altares de viernes de Dolores

Dispuso mi abuelo un suntuoso Altar de Dolores, profusión de aguas de colores, sembrados de tiestos porosos con trigo, alegría, lenteja, sartas de yoloxóchitl y manojos de trébol; a torrentes flores de chícharo, amapolas, retama, rosas, jazmines y claveles.
Memorias de Guillermo Prieto, poeta y periodista (1818-1897)


Ya casi es Semana Santa, días sobresalientes en el calendario litúrgico para los católicos y el próximo viernes (12 de abril); en las viviendas, templos y centros culturales tanto de la angelopolis como de nuestro país, se colocan desde sencillos hasta majestuosos altares dedicados a la Virgen María en su advocación de la Virgen de los Dolores o La Dolorosa, representada con una daga que atraviesa su corazón, en memoria de los sufrimientos que padeció por la crucifixión de su hijo Jesucristo.

La costumbre de poner un altar a la virgen de Dolores empezó en México con la llegada de los españoles en el siglo XVI, pero los testimonios no son muchos, los más fidedignos se remontan al siglo XVII. La tarea evangelizadora de los frailes franciscanos en nuestro país prosperó gracias a que muchas fiestas católicas concordaban con las de los nativos, tal es el caso de la Semana Santa que coincidía con los festejos de la fertilidad de los mexicas, por lo que, aparte de su significado católico, existe un trasfondo prehispánico en el que subyace una connotación de fertilidad de la tierra, es por eso que en el altar se observa una ofrenda integrada por semillas de amaranto, lenteja y chía.

 “Al principio, la costumbre del Altar estaba reservada a los espacios religiosos, pero paulatinamente fue permeando en las prácticas de los feligreses al grado de que, en las fechas de Semana Santa, cada familia también colocaba su altar en el hogar. En el actual barrio de San Ángel de la ciudad de México, que antaño era un pueblo, las grandes casonas en los siglos XVII y XVIII ya acostumbraban tener el propio; para el siglo XIX se había vuelto toda una tradición”, señala Alfredo Marín Gutiérrez, director del Museo del Carmen de la ciudad de México.

En Puebla capital tanto en el patio central de la Casa de Cultura como en la sala virreinal del Museo Amparo, sobresalen los majestuosos altares de Dolores. La tradición de colocar el Altar de Dolores en la Casa de Cultura de Puebla, se remonta a 1976, en aquella época era discreto, bonito y tradicional, en la actualidad es mucho más vistoso y grande, pero siempre retomando lo que se hacía en los hogares de los poblanos. Desde su apertura en 1991, el museo Amparo instala su altar de dolores, ya sea en la sala virreinal o en el patio de entrada del citado recinto.


¿Qué elementos integran el tabernáculo?

• El papel picado morado del monumento escalonado simboliza el luto.

• Las doce velas o veladoras recuerdan a los apóstoles que acompañaron a María.

• Las naranjas con banderitas en papel de colores que, por el calor de las velas, producen un murmullo, son para consolar a María.

• Las coronitas de espinas, hechas de palma o cucharilla, simbolizan la Gloria de Dios y la glorificación de la Virgen.

• Las pequeñas macetas con brotes amarillos de trigo y alpiste, que al recibir la luz del altar se tornan verdes, significan la esperanza y la renovación de la vida, lo mismo que los pequeños animales huecos de barro poroso, que en su húmedo interior tienen semillas de chía que, al germinar, adornan el caparazón de tortugas o la lana de los borregos.

• Las lágrimas de la Virgen, simbolizadas por los “ojos de Boticario”, son esferas de vidrio transparente de diferentes tamaños, en pilas de agua pintada de colores que deben su nombre al uso que les daban los boticarios, como lupas o lentes de aumento para poder leer las recetas médicas.

• Los vitroleros de aguas frescas de distintos sabores: la jamaica simboliza la sangre de Cristo, la chía las lágrimas de la Virgen, el limón la esperanza de María en la Resurrección, el melón o naranja el atardecer del Calvario durante la Crucifixión, el tamarindo la amargura, y la horchata la pureza de María. Las bebidas se ofrecen u ofrecían después de que la feligresía rezaba el rosario o alguna oración y preguntaba: ¿No ha llorado la Virgen aquí?

• Los fruteros simbolizan la solidaridad con que se convida a los visitantes a participar en el consuelo de María.

• Finalmente, las flores multicolores a diferentes alturas, logran magníficas composiciones que simbolizan la alegría con la que los devotos consuelan a La Dolorosa.




Los sufrimientos de la madre de Jesús

Los siete dolores de María son un conjunto de sucesos de la vida de la Virgen María que, al paso del tiempo, se convirtieron en una advocación popular y se encuentran frecuentemente recogidos en el arte, tal es el caso del altar de dolores:

1. La profecía de Simeón (Lc 2, 34-35)
2. La huida a Egipto (Mt 2, 13-15)
3. El niño perdido en el templo (Lc 2,41-52)
4. María encuentra a Jesús camino al Calvario (Jn 19, 25-27)
5. Jesús muere en la cruz (Mt 27, 45-50. 54)
6. María recibe el cuerpo de Jesús al bajarlo de la cruz (Jn 19,38)
7. La sepultura de Jesús (Mc 15:42-47)

Cabe señalar que estos siete dolores no se deben confundir con los cinco misterios de dolorosos del Rosario.

domingo, 7 de abril de 2019

Para los que no pudieron ir a Misa...




El Evangelio del día corresponde a la lectura de Juan 8, 1-11, pasaje que narra la misericordia que tuvo Jesús con la adúltera: Yo no te condeno, anda y no peques más.

domingo, 31 de marzo de 2019

Para los que no pudieron ir a Misa...



El Evangelio del día corresponde a la lectura de Lucas 15 1-3. 11-32, pasaje que narra la parábola del hijo pródigo: Padre, vuelvo a casa.

sábado, 23 de marzo de 2019

El pecado del hombre

...el pecado es no cumplir con la tarea, en no hacer lo que podemos desde nuestra realidad condicionada, relativa y limitada pero tendiente a lo Absoluto...


Por Enrique López Albores

Pecado viene de Pecatum (latín) que a su vez proviene de Amartía (griego) que significa “no dar en el blanco”. Era una palabra utilizada por los guerreros que al disparar sus arcos y no dar en el blanco con sus flechas, cometían Amartía. Posteriormente esta palabra se tradujo al latín como Pecatum y el significado era el mismo.

Una flecha que sale disparada de un arco tiene como punto de llegada un “blanco”, algo a lo que le “debe pegar”, la exigencia de esta flecha es llegar a donde se le envió, cuando es desviada por el viento, ese tiro cayó en amartía, cometió pecatum, o sea cometió pecado. Si el viento es fuerte, el buen tirador ha de tomar en cuenta este factor para llevar a cabo su tiro al blanco y pegar en éste. El mal tirador no toma en cuenta el viento y piensa que con solo disparar basta para que el tiro llegue a su destino, este tirador puede “cometer graves pecados” al no tomar en cuenta los factores que pueden “desviar” su flecha del punto de llegada. Es por esto que uno de los peores pecados que puede cometer el hombre al “disparar sus flechas” es el de la ingenuidad: creer que basta con disparar para dar en el blanco.

Algún filósofo muy “sesudo” definía al pecado de la siguiente manera: “El pecado es la absolutización de lo relativo en el horizonte de lo absoluto” [1].

El hombre al ser lanzado del vientre de su madre, como flecha hacia su destino, tiene un grave problema, problema que no experimenta la flecha del arquero, no sabe cuál es su “destino”, no sabe “ya-de-por-sí” hacia donde se dirige, pero lleva dentro de sí mismo las exigencias que le llevarán a su “blanco”, pero no por llevarlas dentro será automático que las descubra y las ponga en práctica echando mano de ellas de manera eficiente, consciente e intencionada.

En el momento en que un ser humano nace es todo un proyecto, lo es en potencia, un proyecto que como tal se puede quedar en eso, en un proyecto que jamás se eche a andar. Si miramos a nuestro alrededor, nos encontraremos con muchos proyectos que están ahí en potencia, que no se han puesto en marcha.

La idea de la flecha nos puede ayudar a comprender lo que pasa con el hombre en el momento de ser disparado y durante todo el trayecto antes de llegar a su destino. La flecha pudo haber sido lanzada con muy mala puntería; pudo haber sido enviada con muy buen enfoque, pero el viento desviarla; puede que haya perdido fuerza o encontrarse con otro “blanco” en el camino y dar en él sin que haya sido su destino original.

Anteriormente señalaba que el hombre tiene un problema bastante fuerte, este es el hecho de que no sabe a ciencia cierta cuál es su destino, misión o a lo que está llamado, a este problema podemos añadirle algunos otros inconvenientes que por el momento solamente voy a mencionar.

Los inconvenientes a los que me refiero están intrínsecamente ligados a la naturaleza misma del ser humano como sujeto condicionado y relativo que es. Este ser condicionado y relativo lo lleva a “depender” de condicionamientos biológicos (a nivel pre, peri y postnatal); sociales (económicos, políticos, culturales, religiosos) psicológicos (intrapsíquicos, familiares, etc.). Estos condicionamientos, levemente esbozados, pueden servir al ser humano tanto como plataforma de lanzamiento hacia su desarrollo como obstáculo que distraiga o impida el mismo.

El Pecado del hombre consiste en quedarse atrapado en los aspectos relativos entre los cuales crece y se desarrolla. Como bien decía aquel filósofo, el pecado es la absolutización de lo relativo en el horizonte de lo absoluto y creer que aferrándose al medio se ha alcanzado el fin. Pero, ¿Cuál es el fin del hombre? He ahí la dificultad y reto para todos los que nos decimos ser humanos. ¿Cuál es nuestro “blanco”? ¿No será que nos estamos aferrando a un falso “blanco” creyendo que hemos dado en el blanco? ¿Cuáles son las exigencias a las que debo atender para dar en el blanco? ¿Cómo pongo atención a dichas exigencias? ¿Qué distractores me impiden llegar al blanco? ¿Qué condiciones se necesitan para que una semilla de frutos y no fracase en el intento?

Pero el hombre no es ni una flecha, ni una semilla, que, aunque similar en sus dinamismos internos que lo mueven a ser lo que es, es diferente por el hecho de que el ser humano no es un ente carente de voluntad y de intencionalidad, sino un ser que se mueve en busca de algo que de sentido a su vida y con el empuje por llegar a ser. Existen responsabilidades compartidas, aunque no sé en qué porcentajes, entre la voluntad e intencionalidad de ser que el hombre posee y el medio en el que quiere ser y de donde no lo podemos sacar (enajenar) perdiendo de vista el escenario y a los otros que lo acompañan en esa búsqueda de ser.

De aquí que la tarea se pueda complicar o facilitar mucho más puesto que no es un trabajo aislado, sino un trabajo en común con los otros que me definen y que también quieren ser.

El pecado consiste entonces en no dar en el “blanco” al que el hombre está llamado (humanización), el pecado es no cumplir con la tarea, en no hacer lo que podemos desde nuestra realidad condicionada, relativa y limitada pero tendiente a lo Absoluto. El Pecado consiste en hacer de algo pequeño mi ídolo y olvidar, perdiendo de vista, el horizonte de lo Absoluto. El pecado es quedar atrapado en los condicionamientos, pero más pecado será cuanto más cuenta me dé y menos haga por evitarlo.

[1] La reflexión en torno a la palabra Amartía y la definición de Pecado que ahora presento, fue provocada en la homilía del P. José Ignacio González Molina, el domingo 24 de mayo de 1998, en la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro a las 19 horas.

jueves, 14 de marzo de 2019

Para escuchar en esta Cuaresma



Los invito a escuchar 1 hora de programación que se emitió en Radio y Televisión de la Virgen del Camino en la Cuaresma 2010 (miércoles 17 de febrero al jueves 1 de abril). Que sea de su agrado...

domingo, 10 de marzo de 2019

Para los que no pudieron ir a Misa...



El Evangelio del día corresponde a la lectura de Lucas 4: 1-13, pasaje que narra el momento en que Jesús es tentado en el desierto.

sábado, 2 de marzo de 2019

La unidad de los cristianos y la situación de los católicos

Jesús, Señor, Tú has pedido para todos nosotros la gracia de la unidad. 
Señor, esta Iglesia que es tuya, no es nuestra,
la historia nos ha dividido.
Jesús, ayúdanos a ir por el camino de la unidad o 
por el camino de esta unidad reconciliada,
Señor, Tú siempre has hecho todo lo que has prometido, 
danos la unidad de todos los cristianos.
Fragmento de la oración del Papa Francisco en la audiencia general del 3 de julio de 2015


“Actúa siempre con toda justicia” (Dt 16, 18-20) fue el lema que abanderó la jornada mundial de oración para la unidad de los cristianos que se celebró del 18 al 25 de enero de este año. Desde hace más de un siglo se suplica al Espíritu Santo el pleno cumplimiento de los deseos del rabí de Galilea: “Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros” (Juan 17,11).

El día que inició del octavario de este año (18 de enero); escuché en el programa de radio “Buenas Noches Puebla”, que se transmite en la XEHR, 1090 de amplitud modulada, un comentario del Padre Rogelio Montenegro respecto a la unidad de los cristianos. Me satisfizo la crítica y autocrítica que el Padre Montenegro hace de la jornada, por lo que me di a la tarea de transcribir íntegramente sus consideraciones y lo comparto con ustedes. Léanlo y saquen sus conclusiones:

“Inició el octavario para la unidad de los cristianos y como que ya pasó inadvertido durante muchos años, muchas décadas y no le ponemos atención sabiendo que se trata de algo esencial.

“¿Por qué se empezó a pedir dentro de la Iglesia cristiana católica, como es la nuestra, para que algún día todos los que creemos en Cristo, todos los que hemos sido bautizados e incorporados a su cuerpo, como se empezó a llamar desde el siglo XIV, allá con Bonifacio VIII, el cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia?

“¿Por qué si Cristo, en su oración final, previa a la pasión, en la versión de San Juan, capítulo 17, oró para que fuéramos uno (…) no se ha podido hacer verdad a lo largo de los siglos? Porque está de por medio la voluntad de los hombres, y no precisamente en los mejores hombres de la Iglesia, a veces en los más soberbios y los más perversos.

“¿Por qué hay tantas iglesias con credos diferentes? ¿Por qué las grandes escisiones de la iglesia, la luterana del siglo XVI, que más escándalo provocó en occidente? Pero también otra, muy grande, la del siglo XI, año 1054, la de los ortodoxos.

“Todos creemos en Cristo, todos recibimos el bautismo, celebramos la Cena del Señor en forma diferente y en distintos momentos, pero estamos muy alejados ya, los unos de los otros.

“¿Por qué, aparte de las oraciones, no hacemos movimientos de acercamiento? ¿Por qué nos ignoramos mutuamente? Porque mientras no nos conozcamos, no habrá ningún acercamiento, nunca va haber amor, el amor se da entre personas que se conocen.

“Ciertamente dentro del mundo separado, así le llamamos nosotros, ‘hermanos separados’ de la Iglesia Católica. ¿Sabremos cuántos grupos habrá, siquiera? ¿Sabremos cuántas partes del Credo oficial de la Iglesia Católica se practica en todas ellas?

“Nosotros los católicos, pensamos que la unidad de los cristianos sería algo así como decirles a ellos que nos pidan perdón, que se equivocaron y que regresen a la casa paterna. ¡Estaríamos locos! Solamente un obispo de 80 años podría pensar eso o algunos menores de edad, pero con mentalidad octogenaria… ¡No!

“A lo largo de los siglos, la Iglesia de Cristo siempre se ha equivocado porque está sobre hombros humanos. Imagínense ustedes una iglesia católica, voy a enumerar algunas cosas, una por una:

“Número uno: Pues por capricho o por lo que sea, a lo largo de los siglos, hasta el Vaticano II, vino celebrando sus liturgias en latín, la gente no lo entendía y de espaldas al templo. ¿Ustedes creen que eso es un esfuerzo de la iglesia por tratar de incluir a todos sus componentes por el bautismo? ¿A qué iban los cristianos cuando no entendían siquiera la lengua y mucho menos los ritos? Y todavía me preguntan a qué van a misa los cristianos católicos si nadie les explica exactamente lo que está pasando en la eucaristía. O algunos sacerdotes, como me dijeron esta semana, por allí en una casa, explican, pero dicen cada cosa que no tiene ningún sentido porque les falta preparación litúrgica y teológica. Tratan de explicar las partes, explicaban la doxología, según me dijeron. Explicaron también la némesis, aunque no se saben los nombres, pero poco a poco diciendo cosas verdaderamente espeluznantes que no tienen nada que ver con la liturgia cristiana, y ese de quien estoy hablando es un sacerdote católico… No quise indagar su nombre, no fuera que en algún momento se me resbalaran las sílabas de su nombre. No lo creo, de todas maneras, ya sé que no es solo uno, muchos carecen de formación sólida. ¡Imagínense nada más eso!

“Número dos: ¿A qué distancia los laicos bautizados; sacerdotes, profetas y reyes por el bautismo después del óleo crismal, han sido relegados; primero, desde el siglo V y después borrados del ambiente eclesiástico desde el siglo XI a la fecha? Se les repite que forman parte de la Iglesia, pero realmente no tienen ninguna preparación. No tienen oficios ni beneficios habiendo tantos ministerios que podrían ejercerse dentro de la Iglesia, tan solo el ministerio de la palabra. ¡Imagínense si los laicos del mundo cristiano católico estuvieran parados como están en las ‘iglesias separadas’ para transmitir la palabra de Dios!

“Si tuviéramos entusiasmo, no para que toquen de puerta en puerta como lo hacen muchos, sino para hacerlo en aulas o en cualquier parte para transmitir esa palabra… Si se sintieran tomados en cuenta, si fueran partes vigentes, diría yo ‘ciudadanos cristianos’ de esta Iglesia. Pero los laicos ocupan un segundo lugar, son cristianos de segunda dentro de esa pirámide terrible, espantosa, que empezó en el siglo XI ya más claro en torno a un pontífice en donde él es el rey y solamente el rey, como dijera el cantante Alfredo Jiménez. En donde hay jerarquías que con diversos colores se han alzado, poco a poquito, concentrando todo el poder y todas las posibilidades de actuación dentro de la Iglesia, dentro de la cual los laicos hacen favor de asistir a ella por tradición pero no porque tengan un lugar que el bautismo les hubiera dado y se los hubiera hecho valioso…

“Yo me pregunto si alguna vez las mujeres pudieran bautizar, que pudieran predicar la palabra con soltura dentro de la organización bajo la mirada de un pontífice. Yo no lo estoy borrando del mapa, ¡Dios nos libre! Y de un obispo diocesano, y en torno a un párroco. Que hubiera un laicado firme, que hasta ahora los diáconos laicales no tienen preparación suficiente para transmitir la palabra y pues sí, celebran algunos bautismos, pero no pueden transmitir todo porque les falta una preparación. Puedo dar nombres y da lo mismo…

“Si eso sucede, yo me pregunto: ¿Cuántas mujeres, de la experiencia que tengo yo, del instituto de teología Camino, Verdad y Vida, están tan preparadas o más capacitadas para la dirección, para el encuentro, para la palabra que los sacerdotes que tienen más tiempo que ellos? Porque muchos de ellos se dedicaron a la celebración de eucaristías y no le hacen caso a la palabra.

“Por razón de cuántas, de esas mujeres en el catecismo, la transmisión de la palabra, se puede hacer a los niños gracias a su presencia, a su celo apostólico y a su preparación y no tienen ninguna oficialidad dentro de la Iglesia.

“¿Solamente se trata de seguir pidiendo a Dios sin que nada hagamos favorablemente de parte nuestra? ¿Algún día hemos pensado que la voluntad de Cristo debe cumplirse, que haya unidad entre todos los creyentes en él para que todos seamos uno?

“¿Qué cosas se han ido realizando ya a pesar de que, en el siglo XVI, entre 1517 y 1536, se fueron desmoronando, sobre todo en Alemania, a partir de Lutero, se fue desmoronando el Credo? Desde luego no vamos a decir que la Iglesia Católica ha sido pura a través del tiempo. ¡Puras sus enseñanzas!, pero las personas que han tenido responsabilidades dentro de la Iglesia han sido pecadores muy grandes, Papas escandalosos, Obispos ya ni se diga, en aquel tiempo y ahora mismo… Cuántos obispos, ahora, han sido escandalosos; arzobispos, cardenales, sacerdotes, ¿con esta situación de la pederastia?

“Yo pregunto: ¿La Iglesia católica va a seguir manteniendo el celibato obligatorio contra lo que dice el evangelio según san Mateo, capítulo 19, si vamos a saber enfrentarnos a la modernidad, es decir, a un mundo en el que se van diluyendo las verdades y se dice que las verdades son relativas?

“Faltan muchos valores, ya no cuenta el proyecto de vida ni los valores que le pueden dar sentido a ella. La gente parece gozar y estar contenta con el consumismo, con el ‘comamos y bebamos que mañana moriremos’ y, por lo tanto, ya no hay personas que quieran consagrarse. Hay una falta muy grande de sacerdotes en el mundo, desde luego que las puertas del infierno no van a prevalecer contra la Iglesia, pero nos preguntamos cuál es el futuro de esta Iglesia actual cuando faltan tantos sacerdotes… ¿No será que Dios quiere dar un golpe de timón hacia los laicos? ¿No querrá que ellos se preparen más y vuelvan otra vez a la Iglesia y tengan nuevamente el estatus de dignidad que les arrebataron las jerarquías?

“¿No será que las escuelas de teología van incluyendo poco a poco a los laicos que puedan consagrarse ya casados, viviendo una vida normal, esposos-hijos, y predicando la palabra de Dios para que el futuro de esta Iglesia quede asegurado?

“¿No será que los grandes monasterios se seguirán vaciando como ocurre ahora, de tal manera que se están vendiendo los edificios para otras causas?

“¿Qué vamos a hacer, si no hemos hecho, como dice la Gaudium et Spes, una de las cuatro constituciones del Concilio Vaticano II, aprender el lenguaje de nuestro tiempo o a veces repetimos lexicalmente, sílaba por sílaba, pero las conceptualidades son distintas? ¿Hemos envejecido cada vez más el rostro y las arrugas de esta Iglesia a la que pertenecemos sin abrirle las puertas a una posibilidad diferente?

“Ya hemos logrado algunas cosas, el Vaticano II, contra todo el horror del siglo XVI, logró que el latín no sea la lengua oficial de la Iglesia o sigue siendo, pero ya no se usa y ahora todas las liturgias se celebran en lenguas vernáculas. Ese es un paso que ya se pedía desde el siglo XVI. Si se hubiera dado a tiempo… Los laicos empiezan a adquirir cierta relevancia en cada una de las Iglesias, pero no la suficiente.

“A mí me gustaría morirme sabiendo que las mujeres rescataron el diaconado tal y como se ejercía en los primeros siglos de la Iglesia, que fueran personas que predicaran la palabra con seguridad después de haber cursado cuatro años de teología y pudieran bautizar a la gente también.

“Cuántas cosas más se han dado a través del tiempo y poco a poco vamos caminando, pero todavía estamos sumamente cerrados y todavía seguimos creyendo que la unidad de los cristianos se pueda dar cuando los otros digan que están arrepentidos de haberse ido; que vengan, se hinquen, pidan perdón y quieran rehacer su estancia dentro de nuestra Iglesia. ¿Acaso estamos locos? ¿No somos capaces de reconocer humildemente los pecados históricos para poder dar pasos juntos hacia la unidad o solamente se trata de rezar?

Hasta aquí la disertación del Padre Rogelio. Por mi parte, considero que si los evangélicos, los testigos de jehová, los anglicanos, los católicos de rito oriental, los metodistas y tantas denominaciones cristianas siguen disputándose el monopolio de la salvación y la verdad, particularmente la Iglesia Católica, difícilmente habrá unidad. Lucas en 9:49-50 al respecto refiere: “Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no anda con nosotros. Pero Jesús les dijo: No se lo impidan; porque el que no está contra nosotros, está a nuestro favor”.

domingo, 24 de febrero de 2019

Fray Sebastián de Aparicio, el caminero de México

Sebastián de Aparicio llegó hasta ese lugar y debió oír que a los colonos les ofrecían tierras de cultivo, de tal manera que quedó avecindado en la Puebla de los Ángeles, convertido en labrador, sembrando trigo, tal vez en las inmediaciones de Atlixco, pues allí estaban los mejores labrantíos.


Por Arq. Eduardo Merlo Juárez

En el templo franciscano de Puebla hay un anexo que se edificó para honrar a la Virgen María, a través de una diminuta imagen, de corte romántico, que, según la tradición, acompañó a los soldados españoles durante la campaña de conquista; por ello se le llama “La Conquistadora”. Vale la pena admirar esta obra de arte, una de las más antiguas que existen en México, disputando tal honor, con la de los Remedios de México y también con la cholulteca. El nicho de plata tiene la forma de un águila bicéfala, símbolo de la Casa de Austria, a la que pertenecieron Carlos V y Felipe II.

No obstante, el abolengo de la escultura mariana, el fervor y la atención se enfocan a una urna, también del argentífero metal, en la que se han representado magníficas escenas de la vida de uno de los hombres más positivos que hayan pisado suelo mexicano. Se trató de un español que llegó como todos, sin nada, “a hacer la América”, pero que, a diferencia de muchos, no resultó encomendero ni depredador de los indígenas. Me refiero a Sebastián de Aparicio del Prado, originario de la Gudiña, en el corazón de Galicia.

Cada año, de México viene la colonia de gallegos a sonar sus gaitas y a bailar alegremente a aquel paisano que, de recorrer los senderos de México, se volvió moreno como los habitantes de esta tierra, y “bueno como el pan”, como ellos. Cuando él nació, no se conocía aún la existencia de México, apenas se consolidaba la primacía de España en el Nuevo Mundo, y se ocultaban los descubrimientos para evitar que se adelantaran los insaciables portugueses.

Corría el año de 1502, cuando el recién nacido fue víctima de una de esas terribles epidemias que asolaban a Europa y que luego fueron heredadas a América. Su madre ante el temor de que se le obligara a recluir a la criatura en algún hospital -entonces aquello era peor que la cárcel- decidió llevarlo a despoblado para tratar de velar por su salud, sin embargo, del mal se esperaba lo inevitable. De acuerdo con las versiones aceptadas se dice que una noche entró una loba y lamiendo sus tumores, lo sanó, tomándose el hecho como premonitorio. De esta manera salvó la vida el prohombre.

No pretendemos aquí hacer una apología de su vida religiosa, pues de ello han escrito muchos autores, empezando por el afamado Padre Tetona en 1632. Además, si usted siente deseos de conocer más a fondo la vida y virtudes de Aparicio, basta con que visite su capilla. En ella están pintadas las escenas más importantes. Un gracioso verso describe en cada una lo que se presenta en el cuadro. Queremos enfatizar la aportación material que el buen gallego hiciera a nuestro país.

Después de gozar su niñez en los lares familiares, pasó a Salamanca donde sirviendo como criado tuvo ocasión de conocer a los gañanes y caballerangos, aprendiendo sin dificultades a montar primeramente y luego a amansar caballos, oficio harto difícil, pero muy importante en aquellos tiempos. Distintas circunstancias lo guiaron a San Lúcar de Barraneda, puerto importante de donde Colón salió para regresar con la novedad de un mundo nuevo. En ese sitio se relacionó Sebastián, que según sus biógrafos era de muy buen carácter, con marinos de los “siete mares” escuchando las más emocionantes aventuras y las descripciones fantásticas con que solían adornar sus experiencias. No era nada remoto, en aquellos medios que la gente se tragara la idea de que en alta mar vivían los más temibles monstruos, de que, en la lejana América, todavía no llamada así, existían ciudades de oro y plata, países tropicales en donde las amazonas amaban a los hombres para luego matarlos cruelmente.

Nuestro santo seguramente escuchó estas patrañas, pero al mismo tiempo conoció el arte de la mercadería, pues a San Lúcar y a Cádiz llegaban los más distintos productos del Asia, África y América. Fuese luego a Zafra, sitio en que aún perduraban habitantes moros, cuyo trato permitió afinar el conocimiento de la albeitería, y, sobre todo, la doma de los briosos corceles andaluces.

Teniendo pocas oportunidades de progresar, y recordando los relatos de los marinos se motivó para emigrar hasta las Indias, donde no faltaban las ocasiones de enriquecerse. Era difícil emigrar, la Corona Española restringía sobremanera los viajes y trataba de tener un control estricto de los pasajeros. La medida era para evitar una migración en masa de los muchos hispanos que entonces andaban sin trabajo. También era esencial poner coto a una posible infiltración de protestantes y moros, se pensaba que, de esa manera, las colonias no tendrían la contaminación ideológica que la dejaba sentir en lberia.

Sebastián se inscribió en las listas de aspirantes que debían ser investigados minuciosamente por el “Consejo de Indias”. Su condición de albéitar (especie de veterinario-domador de caballos) le franqueó el paso. Ciertamente hacían falta en todas partes hombres especializados, pues la época de los aventureros conquistadores estaba llegando al fin de su esplendor. Lamentablemente no sabemos la fecha de su embarque, aunque se piensa que, tras un lento y penoso viaje, llegó hasta la Española (hoy Dominicana) y de ahí para Santiago de Cuba, entrando al puerto de Veracruz en el año de 1533.

Ya no estaba tan joven, tenía 31, años y un fuerte entusiasmo. Seguramente le impresionó la desolación que mostraba la antigua Chalchihuecan, nombre original del páramo en que Cortés desembarcara un Viernes Santo. Mucho más impresionado lo dejaría la mísera vereda que conducía hasta la población, río adentro (hoy la Antigua). La mayor parte de los viajeros se lamentaban del clima insalubre y muchos de ellos enfermaban gravemente. El camino se hacía a pie, o en silla de manos, si es que se contaba con dinero suficiente, algunos a caballo o en mula, pero no abundaban estos animales. A medida que se remontaba la pendiente el ambiente se mejoraba, de tal manera que, al parar en las frecuentes ventas o postas, se podía descansar del agotador camino.

En aquel entonces la ruta obligada era de Veracruz a la Antigua, de ahí hasta Plan del Río, luego hasta la parte alta de la Sierra Madre, en donde se dice que un tal, “Pero”, de gran estatura, había puesto un mesón, le decían cariñosamente “Perote”. Seguía el camino para pasar por territorio tlaxcalteca y a través de Texcoco entrar a México. Sin embargo, se había hecho una ligera desviación, de tal manera que se tuviera que pasar por una “puebla” o caserío en ciernes con el propósito de que sirviera de descanso para los viajeros y al mismo tiempo acogiera a españoles que desearan vivir honestamente, dedicándose a las labores del campo, sin detrimento de los indios.

Sebastián de Aparicio llegó hasta ese lugar y debió oír que a los colonos les ofrecían tierras de cultivo, de tal manera que quedó avecindado en la Puebla de los Ángeles, convertido en labrador, sembrando trigo, tal vez en las inmediaciones de Atlixco, pues allí estaban los mejores labrantíos.

Una de las cosas más comunes era el empleo de mano de obra indígena, muy barata desde entonces, hasta para las tareas más viles. Los pobres aborígenes cargaban en sus espaldas hasta los mismos españoles; ni qué decir de los cargamentos de mercancías. A nadie se le había ocurrido resolver este problema, ni siquiera a los frailes que defendían contra viento y marea a sus catecúmenos.

Aprovechando el oficio de albéitar, Sebastián empezó a hacerse famoso en la región, de tal manera que era solicitado con mucha frecuencia, lo que le permitió ahorrar un buen capital y aprovechar las remesas de bovinos que llegaban a Veracruz. Con un ímpetu laborioso, mandó construir carretas, como las que llenaban los caminos españoles, les unció bueyes y empezó a alquilarlas para la carga de Veracruz a Puebla y luego a México.

Cuando todo esto nos parece una buena idea y un éxito desde el principio, recordemos qué angostas veredas hacían las veces de caminos. Las carretas de Aparicio abrieron las primeras rutas formales. Sus arrieros y carreteros fueron paulatinamente mejorando, cortando, nivelando, empedrando, de tal manera que para 1542, resultaba uno de los vecinos más ricos de la Puebla. Para vigilar mejor sus negocios se trasladó a la ciudad de México, en donde puso varios comercios, toda vez que su calidad de transportista único, le daba las mayores ventajas.

Su espíritu emprendedor, le llevó a solicitar las autorizaciones correspondientes, para abrir los caminos que llevaban a los “presidios” del norte (de presidir no de cárcel). Sobre todo, para los beneficios mineros que se explotaban en Guanajuato y más tarde en Zacatecas. Se dice pronto, pero cuánto tiempo se necesitó para tan magna obra, todo esto con sus propios recursos que le resultaban extraordinaria inversión. Miles de peones trabajaban para el astuto gallego; se dio el lujo de empedrar el camino hasta la lejana tierra de la plata. Constantes caravanas de carretas iban y venían cargando el preciado metal o el azogue para el proceso de beneficio. No contento con esta actividad, compró una enorme extensión de tierra en Tlalnepantla, convirtiéndola en próspera hacienda que enriquecía más su caudal.

Muy pronto la geografía de México se vio cruzada por esas líneas ondulantes que lo mismo iban a Querétaro que a Guadalajara; todo ello, obra creativa de este pionero de las comunicaciones de México. La Patria le debe mucho por este trabajo incansable y fecundo. Con su compañía de carretas alivió un poco el sufrimiento de los indios Nueva España, claro que con tanta riqueza y poder era reconocido en la corte virreinal, debieron adularlo y ofrecerle todo tipo de negocios o hacerle las consabidas solicitudes pedigüeñas. Se sabe que siempre fue un hombre generoso y honrado, en la cúspide del triunfo material, aunque en el declive de la vida.

A los 69 años, decidió desprenderse de todo, venderlo y repartir el dinero entre los necesitados, luego solicitar humildemente el hábito de hermano lego franciscano, en cuya orden murió en olor de santidad, a los 98 años de edad en el año 1600. Este fue el primer caminero de México.

sábado, 2 de febrero de 2019

Hace 40 años, una visita memorable

había mucho miedo por la visita del Papa, la Iglesia no podía hacer un trabajo público, las instituciones de aquella época tenían que disfrazar su actividad. La sociedad estaba acostumbrada al disimulo, un obispo no podía dar declaraciones a los medios de comunicación y las revistas de corte católico eran muy marginales…


“Puebla de los Ángeles, el nombre sonoro y expresivo de vuestra ciudad, se encuentra hoy día en millones de labios a lo largo de América Latina y de todo el mundo. Vuestra ciudad se vuelve símbolo y señal para la iglesia latinoamericana”.

Así se manifestó, hace cuatro décadas, Juan Pablo II, en aquel entonces recién electo sucesor de Pedro, reconociendo a nuestra metrópoli, a la Arquidiócesis de Puebla, sede de la Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM), como un referente importante en la futura tarea evangelizadora, un tiempo donde se delinearon las nuevas coordenadas por donde tendría que moverse el catolicismo del “Continente de la Esperanza” frente a los nuevos escenarios que estaban por comparecer.

Después de su breve escala en Santo Domingo, México fue el primer país que visitó, a escasos tres meses de su elección, a pesar de no existir relaciones diplomáticas con el Vaticano desde hace 173 años. Ciertamente Paulo VI realizó una visita a Nueva York de carácter diplomático a la sede de las Naciones Unidas en 1965 y otra más como peregrino a Jerusalén. Sin embargo, con aquel primer viaje del Papa polaco en enero de 1979, inició una nueva era de viajes apostólicos, retomando nuevos bríos la modalidad evangélica que el rabí de Galilea impuso hace más de dos mil años, con aquel “vayan y enseñen a todas las gentes…”

Más allá de la algarabía y el nostálgico recuerdo de la visita del Sumo Pontífice a nuestro país, en especial a la iglesia particular, es importante tener en cuenta el contexto de aquel tiempo.

Antes de Juan Pablo II


El Papa Paulo VI murió el 6 de agosto de 1978, víctima de una crisis cardiaca complicada por un edema pulmonar. Fue sepultado el día 12 en la basílica de San Pedro. En el cónclave, 26 de agosto, el cardenal Albino Luciani, patriarca de Venecia, hijo de un obrero socialista, fue elegido nuevo Papa y eligió el nombre de Juan Pablo I.

Después de 26 días de pontificado (33 después de su elección), mientras dormía, según se informó oficialmente, el Papa Juan Pablo I murió de un infarto al miocardio, sin haber tomado una decisión importante para la Iglesia Católica. Para el 16 de octubre los cardenales eligieron, de manera sorpresiva, a Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia, Polonia, y primer Papa no italiano desde el año 1522. Adoptó el nombre de Juan Pablo II.

El primer acto importante de su pontificado en el agonizante año 1978, fue el anuncio de su primer viaje apostólico a México para participar en la tercera Conferencia Episcopal Latinoamericana, que inició en Puebla el 28 de enero de 1979. A partir de ese día el nuevo Papa marcó el rumbo y el contenido de su pontificado.

Cabe agregar un dato importante del cual se ha dicho muy poco y es polémico. Norberto Treviño Zapata, en aquel entonces embajador de México en el Vaticano, cuenta que Luis Echeverría y dos representantes de los poderes del Estado Mexicano, visitaron a Pablo VI sin permiso del Congreso de la Unión, lo cual constituyó un antecedente que mal harían en censurar, porque el motivo del viaje, además de invitar al Sucesor de Pedro a nuestro país en vísperas de la tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano, de alguna manera buscó un acercamiento para reestablecer relaciones diplomáticas con la Santa Sede y poner fin al triste capítulo de la Cristiada.

La composición de nuestro país en 1979


Por aquellos días, nuestro país se estremeció con las declaraciones del ex presidente Díaz Ordaz al referirse al movimiento de 1968: “en nuestras manos no estuvo evitar que se deteriorara la imagen de la nación”, declaración más que contundente sobre la actuación del ejército. Echeverría empacada maletas rumbo a Australia para ser embajador de ese país y evitar las suspicacias generadas en torno al movimiento estudiantil del 68. Nicaragua seguía sufriendo la dictadura de Somoza que amenazaba con mantenerse en el poder hasta la década de los ochentas y los sandinistas preparaban una nueva ofensiva contra el régimen. James Carter, presidente de los Estados Unidos alistaba su visita a México y el petróleo figuraba en la lista de pendientes.

Económicamente México ya estaba en la carrera de la devaluación que comenzó en 1976, con Luis Echeverría. Una nota de febrero de 1979 confirma que los trabajadores afiliados a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) están perdiendo su poder adquisitivo y el Fondo Nacional para el Comercio de los Trabajadores (FONACOT) es creado para paliar el poder de compra. Para esas fechas ya se planea la incursión de nuestro país en el Acuerdo General sobre Aranceles, Aduanas y Comercia (GATT), como una alternativa a la solución de problemas comerciales internacionales.

En lo cultural el cine mexicano navegaba en el tobogán de la mediocridad, el teatro universitario es una alternativa para la difusión del arte, pero le falta planeación y recursos para ofrecer obras de calidad. La ley federal de radio y televisión, así como el derecho a la información son cuestionados por una realidad social que los empezaba a rebasar.

Con respecto al tema religioso, la Iglesia Católica en nuestro país estaba marginada y escondida. En este sentido Manuel Gómez Granados, en su momento director del Instituto de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC) y miembro del comité organizador del primer viaje Juan Pablo II, revela que había mucho miedo por la visita del Papa: “la Iglesia no podía hacer un trabajo público, las instituciones de aquella época tenían que disfrazar su actividad. La sociedad estaba acostumbrada al disimulo, un obispo no podía dar declaraciones a los medios de comunicación y las revistas de corte católico eran muy marginales, todo se manejaba con discreción”.

Los frutos de la visita


40 años después de la primera visita de Juan Pablo II a nuestra tierra, las cosas cambiaron diametralmente. Ahora el clero manifiesta sus consonancias y disonancias respecto a la dinámica regional, nacional e internacional; en las últimas visitas del Obispo de Roma la clase política participó en los actos litúrgicos; los medios y espacios que posee la Iglesia Católica de México ya no se limitan al quehacer parroquial, asumen un papel más crítico frente a las dinámicas del país con fundamento evangelizador más humano y menos dogmático; nacen nuevos apostolados y plantean a los ministros altos grados de dificultad para su desempeño, entre otras tareas.

América Latina también cambió radicalmente su rostro, no es ajena a los súbitos y violentos movimientos económicos, sociales, culturales y religiosos tanto en sus regiones como en el orbe, está dispuesta a ganarse un papel protagónico en el nuevo orden mundial.

sábado, 19 de enero de 2019

El famoso mes de Enero

En enero llegan las cuentas y a pagar; todo lo que alegremente se recibió en diciembre, se ha ido como agua de las manos. Con los fríos de enero y nosotros con una mano atrás y otra adelante, es el mes en que nos damos cuenta que era mejor celebrar únicamente espiritualmente, como lo que es la Navidad, como lo que debería de ser.


Por Arq. Eduardo Merlo Juárez

Dice un dicho popular: “enero y febrero: desviejadero”. Cruelmente se refiere a que la experiencia indica que, siendo los meses más fríos del año, los ancianos suelen enfermarse fácilmente y ser víctimas de serios achaques a menudo funestos.

Pero también, sobre todo enero, es un mes de cuesta arriba, por ello se le dice la cuesta de enero, porque es como si fuera uno cargando un pesado bulto en la espalda en una empinada escalera, hacia arriba, díganlo si no, los empeños, ¡ah! el tan visitado Monte de Piedad, que muchos conocen de “pe a pa”; el nombrecito le viene, yo creo que no lo sabía usted, del Monte Calvario en Jerusalén, donde la Virgen recibió en el regazo el cuerpo inerte de su Hijo, a lo que se le llama "La Piedad", de ahí el Monte de Piedad, donde a veces no tienen ídem de uno, pues las alhajitas compradas en abonos nada fáciles, en esas ventanillas parecerían haber perdido todo valor.

Ni modo, es la cuesta de enero que en realidad cuesta, porque los comerciantes, siempre quejosos de que las ventas navideñas no son como antes, se desquitan subiendo los precios con toda la impunidad del mundo.

En enero llegan las cuentas y a pagar; todo lo que alegremente se recibió en diciembre, se ha ido como agua de las manos. Con los fríos de enero y nosotros con una mano atrás y otra adelante, es el mes en que nos damos cuenta que era mejor celebrar únicamente espiritualmente, como lo que es la Navidad, como lo que debería de ser, recibir al niño en nuestro hogar, el vino al mundo sin cena, sin vestidos emperifollados y alhajas, sin regalos costosos, pero en fin, creo que siguiendo así, el próximo enero seguiremos diciendo lo mismo, y aun así en diciembre otra vez andaremos a las prisas comprando regalos, tratando de quedar bien, cuando lo único que hace falta es demostrarle ya celebrado el nacimiento de Cristo, que le adoramos, como los Reyes Magos, quienes le reconocen como redentor.

Lo que me hace recordar, una canción del Tío Herminio, dice: “Nadie sabe aquí cómo llegaron, pero la historia lo describe así: llegaron los Reyes Magos a divertirte a ti...”

Es cierta esa letra, nadie sabe bien cómo llegaron, porque solamente el evangelio de San Mateo refiere: “Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella al oriente y venimos a adorarle... Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, les interrogó cuidadosamente sobre el tiempo de la aparición de la estrella; y, enviándolos a Belén... Después de haber oído al rey, se fueron y la estrella que habían visto en el oriente les precedía, hasta que vino a pararse encima del lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella sintieron grandísimo gozo, y, llegando a la casa, vieron al Niño con María, su madre, y de hinojos le adoraron, y, abriendo sus cofres, le ofrecieron como dones oro, incienso y mirra”.

Siempre hemos sabido que fueron tres los reyes magos, pero ¿de dónde viene esto? Ninguna de las fuentes bíblicas o históricas nos dice que fueran tres, mucho menos sus nombres, sin embargo, en el siglo III un teólogo y sabio de nombre Orígenes, aseveró que fueron tres, puesto que tres habían sido las ofrendas, a saber: oro, incienso y mirra.

Tampoco la escritura menciona que fueran reyes, al contrario, se utiliza la palabra “mogu” que significa astrólogo. El problema es que para esos tiempos -siglo III- la astrología y su hermana gemela: la magia, estaban prohibidas por la Iglesia, aunque todos la practicaban, no obstante, había que salvar las apariencias, así que el también teólogo Tertuliano, afirmó que la tradición había recogido la noticia de que en realidad eran reyes y no tan magos, para quitar cualquier duda sobre su carácter, y luego ante la reticencia de muchos, no hubo más remedio que juntarles las dos ocupaciones: reyes magos y enseguida buscarles nombre, los cuales fueron inscritos por alguno que de esto sabía, en un mural del templo de San Apolinar en Rávena, donde quedaron como Balthassar, Melchior y Gaspar.

Así que ya desde el siglo V, oficialmente se les denominó los Santos Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque entonces tenían características muy distintas a las que ahora conocemos

Esta es la referencia que celebramos cada año, cuando esos magos, que no reyes, se abrieron camino con sus conocimientos sobre astrología, pues en esos tiempos se les decía magos, de la palabra persa “mogu”, a quienes manejaban con destreza las posiciones de las estrellas e interpretaban sus mensajes. Las ofrendas indican que sabían que Jesús era al mismo tiempo: Dios, hombre y rey.

Ahora la tradición nos hace recordar esa fecha con otro tipo se consumismo, esas tiendas de juguetes que se ven abarrotadas por papás que o a última hora o el mismo día corren a comprar los regalos; no es que sea malo, no, pero debemos tomar en cuenta lo que significa realmente y explicarlo así a los pequeños para que no se dejen guiar por el sentido material, lo que me recuerda que para finalizar compartiré amables lectores, lo que considero mi Carta a los Reyes Magos, para que ustedes a su vez la compartan con quienes le hacen de Reyes Magos.

Queridos Santos Reyes, Melchor, Gaspar y Baltasar:

Ya sé que en estos momentos andan como canica en bacinica, de un lado para otro, tratando de conseguir los juguetes y ropa que los millones de chamacos, los chiquillos, la pipiolera, les demandan por escrito, que es un contento ver cuántos obligan a sus papás a que les compren sus globos y en ellos colocar los sobres con las cartas de petición, para luego soltar esa esfera que se eleva hasta las celestes moradas donde ahora viven ustedes, imagino que será mejor lugar que los palacios que tenían en el Oriente.

Bueno, dije que reconocía la chamba que les espera entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, pero ni modo, ustedes se metieron en este jelengue, por andar interpretando estrellas.

Mi solicitud es que busquen esos juguetes tan increíbles que son los artesanales.

Lástima que a ustedes no les traían nada de pequeños, pero sí se acuerdan cuando tenían el buen gusto de llegar con muñecas que no sabían hacer nada, solamente ser muñecas, con trastecitos de barro, de hojalata, de peltre y hasta de plástico, cómo no.

Cuando arribaban con soldaditos de plomo, de pasta o de hule macizo; de pelotas, tambores, juegos como loterías, serpientes y escaleras, el coyote, damas chinas, canicas, cochecitos de madera o de hojalata, carriolas y otras muchas cosas.

Entonces, queridos Santos Reyes, no se metan a gastar lo que no tienen en esas sonseras electrónicas que duran menos que la alegría para un triste, allá ustedes si tiran el dinero a la basura, pues con esos endemoniados monos japoneses, lo único que lograrán será atarugar más a los motrocos, no la amuelen señores reyes, pongan un poco de memoria en sus compras, de todos modos, los chamacos lo agradecerán y disfrutarán. Gracias